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El reloj parecía moverse tan lento en esa habitación que ni siquiera sentía los segundos pasar

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El reloj parecía moverse tan lento en esa habitación que ni siquiera sentía los segundos pasar.

Estaba despojada de absolutamente todas las fortalezas que alguna vez había tenido, todo su carácter, su valor, su fuerza, perdidas y se sentía vulnerable y expuesta. Incluso aterrada. Desconocía a la mujer que era cuando Nathaniel estaba cerca, la mujer que había sido durante tanto tiempo estando con él. Nada en ella durante esos momentos se asemejaba a la mujer en quién se había convertido estando con Jonathan; el valor y fuerza que su compañía había despertado en ella, la voluntad que ser madre le había entregado, simplemente no existían bajo el firme puño de Nathaniel.

Todavía no comprendía como era posible que él hubiera viajado en el tiempo y estaba demasiado asustada como para preguntarle, en esos momentos solo quería agradecer que él mantenía la distancia entre sus cuerpos, lo que le permitía permanecer en su rincón seguro contra la pared.

Y esperaba que Jonathan o alguien llegara en cualquier momento y la sacara de ese lugar. Quería alejarse tanto como fuera posible, regresar a la casa y alejar también a sus hijas e hijos, asegurarse de que Nathaniel no podría llegar a ellos para hacerles daño.

Incluso si eso implicaba tener que quedarse atrás y enfrentarse a Nathaniel sola, lo haría para proteger a su familia.

—¿Por qué no puedes simplemente seguir con tu vida?

—¿Seguir con mi vida? Tu eres mi vida, Olivia —. Ella negó, suplicándole que la dejara ir—. He hecho hasta lo imposible para volver a encontrarte, hemos estado juntos desde pequeños y aun así me remplazas por este otro hombre que probablemente ni sepa follarte bien, solo ha servido para dejarte preñada.

—Estás celoso —espetó con la sangre hirviéndole en las venas. No podía soportar que hablaran así de Jonathan—. Celoso de que tu jamás serás él, jamás te daré un hijo o seré tu mujer, no podrás tocarme como él lo hace.

Nathaniel le impactó la mano en el rostro y la piel se encendió de un rojo intenso y el cuerpo de Olivia cayó al suelo. Se sostuvo en sus manos al impactar contra el piso de madera y lloró en silencio, mirando como sus lágrimas caían.

—No estoy celoso de nadie, no debo estarlo porque no eres nada. Eras bonita cuando nos conocimos, cuando solías ser mía, pero ahora —. La levantó tirándole del cabello, provocando que la herida que la piedra había dejado doliera y volviera a sangrar—. Ahora das asco.

Lo golpeó en un intento por apartarlo cuando Nathaniel le agarró el frente del vestido con ambas manos para rasgarlo y gritó por ayuda, maldiciéndolo y escupiéndole cuantas ofensas se le ocurrían. Él la empujó contra una de las camillas y aunque intentó quitárselo de encima, le empujó el rostro contra las mantas, obligándola a permanecer en silencio y le levantó el vestido con la otra.

—¿Crees que no puedo follarte? Puedo hacerte lo que quiera —. Se desabrochó el pantalón para poder guiarse en su interior y Olivia gritó, removiéndose con violencia debajo de su cuerpo—. ¿Qué pensará él cuando sepa que te folló otro hombre ¿eh? ¿Crees que seguirá amándote? ¿Qué seguirás gustándole?

Vidas cruzadas: El ciclo. #2 COMPLETA. +18. BORRADORWhere stories live. Discover now