Su amor ha demostrado ser más fuerte que aquellos obstáculos en el camino, pero su historia apenas comienza. Después de sobrevivir a una guerra y otros eventos que han puesto a prueba su unión y lealtad, Jonathan y Olivia se enfrentan a nuevos desaf...
Vale, no planeaba publicar este capítulo hoy, pero amo demasiado este capítulo y quería compartirlo y ver que les parece. Los siguientes capítulos son en relación con este y para mí son re intensos. Muchas emociones encontradas tenía mientras los escribía, así que ando ansiosa por publicarlos. Espero me cuenten que les parece, muchas graciaaas.
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11 de marzo 1880.
White Oak Lands, Minnesota.
Emma miró su canasta llena de pasteles y la cubrió con una pequeña tela antes de abrocharse el sombrero en la cabeza y cargarla para dejar la casa. Había pasado toda la noche cocinando para hacer su primer viaje al pueblo sola...Sola sin su madre y hermanas, aunque aun así necesitaría de alguno de sus hermanos para que la llevara, pero era un avance. No acostumbraba ir sola a ningún lado y esa tarde, finalmente reunía el coraje para dejar la mansión, pedir un aventó hasta White Oak y pasar su tarde explorando el pueblo y aprendiendo sin la compañía o seguridad de otra persona. Era toda una aventura y estaba emocionada, aunque también se sentía aterrada.
Miró el escalón del porche, congelándose en la puerta mientras Edgar la miraba y reunió todo el aire en su pecho, incapaz de soltarlo.
—No sé si puedo hacer esto —confesó, girándose hacia Edgar Horsfall—. No creo estar lista ¿sabe?
—Puede volver a intentarlo otro día, señorita.
—No, mi padre no me permitiría volver a intentarlo si descubre que tengo miedo —. Apretó el asa de la canasta en sus manos y suspiró—. Debo hacerlo hoy y demostrarle que estoy lista.
—Entonces vaya.
—Pero no puedo —. Bufó, exasperada, girándose de regresó al salón y apoyó la canasta sobre la mesa pequeña que había en el centro decorando el lugar—. ¿Qué tal si algo terrible sucede? ¿Me atacan? ¿Me roban? No sabría cómo defenderme...Mucho menos sobrevivir con el daño emocional que eso causaría en mí, suponiendo que me dejen con vida... ¿Qué tal si me matan? Oh, Dios, no estoy segura que sería peor.
—Sí me permite decir, creo que está pensando demasiado las cosas.
Se detuvo en medio de su desesperado recorrido por el salón.
—¿Lo estoy?
—Un poco, sí.
—Oh, vale...Está bien...Dejaré de pensarlo tanto y simplemente iré.
Edgar volvió a abrirle la puerta para que saliera y esta vez Emma logró poner sus pies afuera de la casa segura de que por primera vez se alejaría completamente sola de la mansión y cuando vio a su hermano Eli, montando en su caballo, llamó por él y corrió para alcanzarle.
—¿Irás a White Oak?
—Ajá, ¿por qué?
—Esperaba pudieras llevarme, aun no tengo un caballo propio.
