Su amor ha demostrado ser más fuerte que aquellos obstáculos en el camino, pero su historia apenas comienza. Después de sobrevivir a una guerra y otros eventos que han puesto a prueba su unión y lealtad, Jonathan y Olivia se enfrentan a nuevos desaf...
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1 de septiembre 1873.
Pleasant Hill, Iowa.
Darrin sabía que su madre seguía enojada con él, Oliver y su padre por haber cruzado el río para sabotear a Sawyer unos días atrás, pero, aunque estuviera enojada y apenas les hablara cuando resultaba necesario, él estaba necesitando de sus consejos, así que tragó profundo y llamó a la puerta del salón para ingresar.
Ella estaba sentada leyendo un libro mientras mecía la cuna de Elizabeth con su otra mano y Grayson y Geordie jugaban en el suelo con sus muñecos de madera. Sus dos hermanos pequeños lo miraron y Grayson le enseñó su caballo antes de regresar su atención al juego.
—Sé que estás molesta conmigo, mamá, pero esperaba pudiéramos hablar un momento —. Olivia marcó la página del libro antes de cerrarlo y le señaló el sofá frente a ella—. Realmente lamento no haberte escuchado la otra noche, no lo he hecho porque no te respete. Tu siempre dices que debemos seguir nuestros instintos y hacer lo que creemos correcto y en el momento realmente para mí lo correcto era ir con papá.
—Y no te culpo por apoyar a tu padre, tan solo desearía que cuando digo algo se me escuchara.
—Te escuchamos, con todo respeto mamá, no puedes decir que no lo hacemos —señaló mirando hacia sus manos—. Oliver y yo siempre hemos hecho todo lo que tu nos dices por sobre lo que papá piensa, esta ha sido una única instancia en la que decidimos apoyarlo a él y comprendo porque te ha molestado, sé que solo quieres cuidar de nosotros, pero papá tiene razón y debemos aprender a protegernos.
Olivia lo miró sin responder inmediatamente y suspiró, dejó el libro a un lado y se inclinó para alcanzar las manos unidas de su hijo y colar la suya entre estas.
—Lo sé, cariño y respeto mucho que aprendan con su padre, tan solo no estoy lista para verlos enfrentar situaciones peligrosas. Ninguna madre jamás lo está y no he sabido controlar mis emociones, lamento si les he causado un mal rato.
Negó, restando importancia a la pelea y apretó su mano suavemente.
—No debes lamentar nada conmigo, aunque probablemente deberías hablar con papá. Apenas se han hablado desde la pelea.
Y a nadie en la casa le gustaba cuando Jonathan y Olivia se distanciaban, el ambiente se volvía tenso e incomodo si ellos estaban peleados. Las cenas eran una pesadilla y las mañanas incomodas, no sabían si debían hablar en presencia de ellos o permanecer en silencio e incluso hasta los más pequeños parecían sentir la tensión. Jonathan había intentado arreglar las cosas al regresar a la mansión aquella noche del sabotaje, pero Olivia se había negado a escucharlo y al final él también se había cansado dejándola completamente sola para lidiar con su malhumor. Apenas le había hablado el día anterior cuando le había pedido que escribiera una carta para la esposa de Sheridan y aunque había esperado que las cosas volvieran a la normalidad esa mañana, se había rendido cuando al despertar Olivia simplemente se había marchado a buscar a Elizabeth para darle el pecho sin siquiera besarle como hacía todos los días.
