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9 de junio 1885

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9 de junio 1885.
Cabo de Palos, España.

Las aguas eran claras en la costa de España y mojaban los pies de Jonathan cuando las olas rompían en la arena. Se acuclilló para poder lavarse el rostro y al cerrar los ojos cientos de imágenes lo inundaron, llevaba días sin ser capaz de cerrar sus ojos por culpa de esas imágenes donde veía a su ángel siendo atacada por los piratas, encerrada en una pequeña celda a morir de hambre y luego lanzada a las aguas. Casi podía sentir el dolor de ella en su cuerpo cuando impactaba el agua, podía sentir su cabeza palpitando como si le estuvieran martillando el cerebro, podía sentir la tensión en sus hombros que apenas le dejaba mover el cuello y el miedo...El miedo era el peor sentimiento, imaginarla asustada era una pesadilla, porque sabía que no podía hacer nada para ayudarla.

Se alejó de la costa y regresó al bote que se encontraba anclado en el muelle.

Su deseo era seguir rumbo sin detenerse, pero Plourde insistía en que no lograrían llegar a ningún lado sin reabastecerse cada una semana. Habían hecho una parada en Santa Ponsa al iniciar el viaje y con la bodega vacía y casi nada de carbón para quemar, apenas habían logrado llegar a Cabo de Palos en la costa española para conseguir algo más.

Y luego todavía les quedaba una parada más en Tarifa antes de poder alcanzar Rabat al norte de África.

Si miraba hacia el otro lado de las aguas podía distinguirse el norte de África. Estaba seguro de que estaba enfrentando Argelia, pero él necesitaba llegar a Marruecos, solo unos cuantos kilómetros hacia el estrecho de Gibraltar.

Entró en el barco y abrió la puerta del camarote para regresar al mapa, Harvie estaba dormitando sobre este con el sombrero caído a sus pies y un trago a medio terminar de whisky. Lo despertó dándole un golpe en el hombro y cuando este se sobresaltó, desocupó la silla y Jonathan se sentó.

Tenían la ruta trazada para calcular cuanto tiempo les tomaría y hasta el momento parecían ser otras dos semanas. No era nada bueno, cuanto más tiempo demoraran más lejos podría estar Olivia. Quería poder cargar el barco con suficientes provisiones para tres o cuatro semanas, pero eso solo los haría ir más lentos y considerando que había habido una tormenta días atrás, el Titania se había adelantado con la ayuda de los fuertes vientos. Ellos ya tendrían que haber llegado.

—Deberías dormir una noche completa, Jona —aconsejó Harvie y le sirvió un trago en su vaso—. No te traes buen aspecto.

—No puedo dormir.

—¿Sigues teniendo sueños?

—Más bien pesadillas —. Se bebió el whisky de un solo trago y suspiró—. Y se sienten tan reales, como si estuviera allí y pudiera sentir el frío del agua en mi cuerpo o el dolor al caer.

Harvie lo escuchó en silencio, apoyándose en el escritorio frente a él y cruzó los brazos.

Los tres llevaban varias noches intranquilos, Chester había empezado a enfrentar la realidad de no poder seguir siendo el más positivo y ayudaba en todo lo que podía para hacer el viaje más rápido. Harvie mantenía a la tripulación con vida, pues si perdían a un hombre por las enfermedades de los viajes, entonces tendrían que obligarse a ir más lento o parar para conseguir candidatos y Jonathan llevaba el mapa y se aseguraba de que Plourde mantuviera el curso.

Vidas cruzadas: El ciclo. #2 COMPLETA. +18. BORRADORWhere stories live. Discover now