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29 de agosto 1873

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29 de agosto 1873.

Pleasant Hill, Iowa.

Olivia apoyó una mano en el respaldo de la silla de Jonathan con la cafetera en su otra mano y miró hacia sus hijos cuando los notó intentando hacer malabares con cuatro naranjas. Podían ser hombres grandes, pero tenía la sensación de que esos hombres grandes nunca dejarían de ser niños en presencia de la familia, especialmente cuando hacían reír a sus hermanas.

—Romperán un vidrio —avisó al pasar entre ellos para volver a la cocina.

Eli y Darrin atajaron las naranjas antes de que cayeran y volvieron a dejarlas en el frutero mientras bromeaban. Estaban desayunando en el comedor de los sirvientes, porque quedaba más cerca de la cocina y tenía suficientes bancos para todos, incluyendo los empleados. Era toda una novedad para los sirvientes el estar comiendo con la familia como si fuera un día cualquiera en sus vidas y al principio la incomodidad se había notado por parte de ellos, hasta que Darrin, Eli y Oliver habían empezado a jugar con las naranjas y las risas habían inundado el salón.

—¿Quiere unos pastelitos, Horsfall?

—No debería señora.

—Por favor, están recién salidos del horno, le gustaran —insistió y sostuvo la bandeja a su lado.

Edgar la miró un tanto inseguro y miró a Charlotte, sentada frente a él en la mesa, como si esperara obtener una señal sobre que debía hacer. Charlotte se encogió de hombros, igual de perdida que él y ambos terminaron agarrándose unos pasteles para poner en sus platos.

—¿Amor? —. Jonathan ni siquiera se lo pensó dos veces antes de agarrarse cuatro pasteles, pues sabía que en cuanto Olivia diera la vuelta a la mesa y se acercara a sus hijas, ellas arrasarían con todo—. ¿Puedo encargarles a los niños por hoy? Saldré con Jona y no estoy segura a qué hora volveré.

—Por supuesto —dijo Charlotte sin pensárselo—. Cuidaremos de todos con Bettie.

—Muchas gracias, Jona les dará la dirección exacta para que envíen por mí si algo sucede ¿sí? —. Sujetó la mano de Marie cuando fue a agarrarse seis pasteles de la bandeja y la dejó llevarse únicamente dos—. Come con la boca no con los ojos.

—Pero papá se agarró cuatro.

—Papá es veinte veces más grande que tú y también mayor —contestó y Marie bufó cuando vio que su padre mordía uno de sus pasteles con una sonrisa victoriosa.

Regresó a la cocina para sacar los otros pasteles del horno y cuando regresó y los puso en el centro de la mesa, planeaba volver a irse cuando Jonathan sujetó su mano y señaló su asiento libre. Sólo cuando él se lo señaló, se percató de que no se había sentado con toda la familia a desayunar, así que decidió tenían suficiente comida en la mesa para todos y se sentó junto a Jonathan.

Él le sirvió una taza de té y le alcanzó el azúcar.

Estuvieron desayunando en lo que charlaban o leían el periódico y finalmente, Olivia se retiró para darle el pecho a sus hijos antes de irse y los dejó en la guardería con Bettie.

Vidas cruzadas: El ciclo. #2 COMPLETA. +18. BORRADORTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon