Su amor ha demostrado ser más fuerte que aquellos obstáculos en el camino, pero su historia apenas comienza. Después de sobrevivir a una guerra y otros eventos que han puesto a prueba su unión y lealtad, Jonathan y Olivia se enfrentan a nuevos desaf...
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19 de julio 1880. White Oak Lands, Minnesota.
Emma se detuvo en la puerta del boudoir de su madre y retorció sus dedos esperando reunir el valor para entrar y hablar con ella. Sabía que su madre estaba concentrada en armar su vestido con la abuela, estaban terminando de hacer la estructura juntas y Marie le enseñaba algunos nuevos trucos para agregar volumen a la falda, pero quería comentarle algo que para ella era importante.
Entró en el salón, disculpándose al interrumpirla y Olivia aprovechó para enseñarle lo que llevaban del vestido y recibir una opinión. Le alegraba ver a su madre tan motivada por la boda y ansiosa, parecía haberla llenado de energía y vida a pesar de todo lo que debía hacer y ver a su madre tan feliz significaba todo para la familia.
—¿Qué necesitas, Emma?
—Quería...anunciar algo —explicó y ambas se olvidaron del vestido para mirarla.
—¿Embarazo? —curioseó Marie, igual de preocupada que su hija.
—No, no todavía...Creo...Pero no es eso. Keiran y yo hemos decidido que queremos casarnos —explicó y esperó por alguna reacción que no llegó—. Queremos casarnos con algo sencillo en la iglesia, nada elaborado...Solo nuestros votos y... ¿Me están escuchando?
—Sí, claro que sí es solo que... ¿Estás segura? Parece muy apresurado y no lo conoces hace mucho.
—Sé que no, mamá, pero papá planeaba casarnos de todas formas si yo quedaba embarazada y podría quedar embarazada tarde o temprano...
—No si dejaras de dormir con él —propuso Olivia y Emma suspiró.
—Mamá, por favor, me gusta Keiran y casarnos ahora impediría que surjan rumores a futuro si yo quedara embarazada.
—Pero casarte es algo serio y requiere de un compromiso que yo no sé si ese hombre tendrá. No pretendo ser grosera, Keiran se ha estado comportando muy bien últimamente, pero qué tal si luego se aburre y descubres que no es como nos hizo creer.
—Dudo sea peor que todo lo que ya conozco de él y sé que es un buen hombre.
Olivia miró hacia su madre y ella se encogió de hombros manteniéndose fuera de la conversación.
—¿Lo hablaste con tu padre?
Emma se encogió un poco en el lugar y tomó asiento en la silla junto a la mesa.
—Esperaba que...tu...se lo dijeras —confesó finalmente y Olivia dejó el vestido otra vez en el olvido para mirarla y empezar a reírse.
—Increíble —. Negó, incapaz de aceptarlo y se rio otra vez—. Quieres que yo discuta con tu padre por tus asuntos.
—No discutir, pero tal vez no se lo tome tan mal si tu se lo dices.
