Su amor ha demostrado ser más fuerte que aquellos obstáculos en el camino, pero su historia apenas comienza. Después de sobrevivir a una guerra y otros eventos que han puesto a prueba su unión y lealtad, Jonathan y Olivia se enfrentan a nuevos desaf...
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22 de diciembre 1872.
White Oak Lands, Minnesota.
Esa tarde, con los preparativos para navidad, Olivia tuvo que sentarse un momento a descansar y como pudo, con su vientre en el camino, intentó masajear sus tobillos inflamados. Respiró hondo mirando hacia su panza y apoyó ambas manos sobre esta para acariciarla, ya los movimientos de Elizabeth eran más visibles y en esos momentos, la sentía con hipo, por lo tanto, le provocaba una sensación algo extraña y divertida en su vientre.
—A tu hija le ha dado hipo —anunció cuando vio que Jonathan entraba en el salón para buscarla—. Mira, siente...
Jonathan se sentó en el sofá a su lado y apoyó su mano sobre el vientre y sonrió al sentirlo temblar cuando el hipo le atacaba. No sabía si era hipo o que se movía, pero que Olivia lo dijera se lo confirmaba. La sintió moviéndose contra su mano y no pudo evitar sonreír. Era algo tan mágico e inigualable que le emocionaba de forma inexplicable.
—Está inquieta.
—Me he dado cuenta —se rio—. Es tan hermoso, desearía tu pudieras sentirlo como lo siento yo...Es algo único, Jona.
—Lo es. Dios, me alegra tanto verte tan feliz.
La atrajo hacia sus labios y ella terminó abrazándolo con fuerza y pegándose a su cuerpo cuanto pudo.
Era cierto, estaba feliz, desde mediados del mes pasado se sentía demasiado feliz y su felicidad aumentaba con cada día que pasaba y podía ver su embarazo progresando. Pensar en tener a Elizabeth en sus brazos muy pronto, hacer planes para cuando naciera, imaginar como sería finalmente conocerla, eran muchas las cosas que la emocionaban y sus miedos se estaban disipando. Quería verla, conocer como era su hermosa cara de bebé y como se sentiría sostenerla por primera vez y era su hija...Después de todo y aunque fuera complicado, era su hija y la amaba demasiado.
—Estoy feliz y ya casi es navidad y estoy emocionada. Hooper y David nos harán un banquete y vendrán todos nuestros amigos del pueblo, seguramente también los Garnier ¿y los Westley ¿verdad?
Jonathan asintió y ella se puso de pie con demasiada energía acumulada como para estar sentada.
—He conseguido un montón de regalos para nuestros hijos y pensé contratar una banda para la noche ¿no crees? Así las niñas podrán bailar con los jóvenes y será una noche muy romántica. ¿Deberíamos invitar al italiano? ¿Cómo es su nombre?
—No lo invitaremos, no me agrada.
—Pero no lo conoces.
—Justamente por eso no me agrada —. Se puso de pie y abrochó su chaqueta—. Iré a la estación a buscar a mi madre. ¿Necesitas algo de la ciudad?
—No, no... ¿Debería acompañarte a buscarla? No, mejor prepararé algo para darle la bienvenida, ojalá se quede a vivir con nosotros.
Dalia había aceptado pasar las navidades con ellos hacía ya una semana mediante algunas cartas que se había escrito con Jonathan y ese día ella llegaría a la estación y se hospedaría con ellos en la mansión. Era la primera vez que vería la casa, a Olivia embarazada y a alguno de sus nietos como Geordie, Grayson, Owen, Zenia y Aiden. Y volvería a ver a sus otros nietos que habían crecido demasiado desde la última vez; especialmente los mellizos y Katherina.
