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19 de abril 1983

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19 de abril 1983.
Minneapolis, Minnesota.

Después de meditarlo durante largos y complejos días, Harvie y Olivia finalmente se habían animado a dejar la casa con Jonathan para enseñarle el mundo moderno. Tenían miedo de que Jonathan no pudiera soportarlo, que todo el entorno le abrumara y terminara por hacerle algún daño psicológico, pero considerando que él se había acostumbrado al televisor de la mansión y miraba partidos de fútbol con Harvie sentados en el sofá todas las tardes mientras Olivia preparaba la cena, era probable que también pudiera acostumbrarse al exterior o al menos intentarlo.

Fueron en un taxi para no tener que arriesgarse a conducir sin papeles y durante todo el viaje, Jonathan se pegó a la ventana para poder ver el exterior y se mordió la lengua para evitar hacer comentarios en presencia del taxista. Olivia lo vio mirar a cada mujer que pasó cerca del auto, pero ni siquiera se molestó, sabía que él no las miraba por interés, sino porque la ropa que llevaban le alarmaba.

—¿Estás bien? —se interesó cuando él se enderezó en el asiento bastante tenso. Lo vio asentir y se recostó en su hombro intentando reconfortarlo—. Podemos irnos cuando quieras.

—Estoy bien.

Jonathan volvió a mirar por la ventana cuando entraron en Minneapolis y todos los edificios se impusieron ante él, levantó la cabeza, pegando su mejilla al cristal para poder apreciar que tan alto llegaban y Olivia sonrió y acarició su espalda. Le bajó la ventana del coche para que pudiera asomarse y él miró hacia la manija que bajaba la ventana y volvió a subirla para bajarla otra vez. Miró hacia donde el vidrio desaparecía y frunció el ceño. Tan solo se olvidó de la ventana cuando escuchó risas en la calle y se quedó mirando hacia un grupo de adolescentes que cruzaban corriendo detrás de su taxi para ir a una tienda. Vestían ropas coloridas, las chicas iban con pantalones tan cortos que apenas cubrían sus nalgas e incluso los varones iban de pantalones cortos.

Harvie le indició al chofer donde debía dejarlos y Jonathan bajó primero y de forma muy distraída, le ofreció la mano a Olivia para ayudarla, mientras sus ojos iban volando por toda la avenida y se detenía a analizar todo lo que veía.

—¿Cómo lo llevas?

—Estoy algo abrumado y tengo demasiadas preguntas, pero creo que el hecho de que aun no me haya desmayado es algo bueno...

—¿Te sientes cómodo para seguir? —. Jonathan asintió, todavía demasiado ido en sus pensamientos y mirar en todas las direcciones como para enfocarse únicamente en Olivia, ella se giró hacia Harvie—. ¿A dónde vamos primero?

—A comer, me estoy muriendo de hambre. ¿Le enseñamos McDonald?

Olivia lanzó una mirada a Jonathan y finalmente accedió y tomó su mano para que él caminara y no se quedara atrás.

Jonathan estrujó su mano en la suya, con un poco más de fuerza de la que era necesaria y se pegó a su lado mientras se abrían paso entre la multitud de personas. Se quedó viendo a cada hombre que pasaba por su lado prácticamente corriendo y también a las mujeres, estudiando sus ropas y sus comportamientos. Sentía que para la mayoría de hombres la ropa era la misma; trajes, aunque estos eran un poco más incomodos que aquellos que él usaba en el pasado, pero para las mujeres...Era tan diferente que le abrumaba y no estaba seguro de sí le gustaba. La ropa que muchas llevaban en esos momentos, enseñaba más piel que la ropa interior que se usaba en su época.

Vidas cruzadas: El ciclo. #2 COMPLETA. +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora