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Olivia vio que la mansión tenía múltiples habitaciones iluminadas así que asumió sus hijos estaban despiertos, probablemente esperando por todos ellos. Bajó rápidamente del carro mientras este seguía andando lentamente y empezó a correr por el camino que descendía en una pequeña colina, para llegar a la casa donde acababa de ver que sus hijos salían.

Levantó el frente de su vestido al correr por el camino y se dejó caer de rodillas cuando los más pequeños la alcanzaron y se lanzaron a sus brazos. Acarició la melena dorada de Elizabeth y llenó sus mejillas de besos con una enorme sonrisa. Ella y Grayson habían sido los más rápido en alcanzarla.

—¿Cómo se han portado? ¿Hicieron caso a sus hermanos?

—Sí, pero te extrañamos mucho —confesó Grayson ocultándose en su cuello.

—Por favor, no vuelvas a irte, mami.

Se le encogió el corazón al poder escuchar su voz después de tanto tiempo y finalmente pudiendo sostener a su pequeña en sus brazos y acarició su mejilla apartándose. Sus hijos eran su mundo entero y estar con ella en esos momentos, habiendo leído la carta que les había dejado en el futuro, se sentía especial. Quería poder abrazarla y no soltarla jamás.

—Mamá siempre estará con ustedes —les aseguró y se puso de pie para poder recibir al resto de sus hijos—. Oh, Dios, los extrañé tanto. ¿Cómo han estado? ¿Alguna complicación?

—No en la casa —aseguró Jian—. Hemos mantenido todo como a ti te gusta, mamá.

—Que orgullosa me siento. Pero no deberían estar despiertos a esta hora, especialmente todos ustedes —dijo, señalando a los menores de la familia—. Hora de irnos a la cama.

—Pero recién vuelves y los extrañamos mucho —protestó Elizabeth colgando de su brazo—. Por favor, no nos mandes a dormir todavía.

Vio a sus hijos cuando empezaron a suplicarle y no encontró las fuerzas para decirles que no. Cedió, riéndose cuando todos gritaron emocionados y fue con ellos hacia la mansión para entrar al recibidor como lo conocía. Encendido con todas las velas y decorado con esmero y mucho amor, ella había decorado cada rincón durante los años que habían pasado, dándole vida y formando la esencia que definía el hogar de los Morgan.

Había demasiado alboroto en el recibidor con todas las personas reunidas. Sus hijos, los empleados, Rowland y su familia y también todos los amigos que habían viajado desde White Oak.

Jonathan se reunió con sus amigos y charló con ellos, hablándoles del futuro y todo lo que había visto, Adrian y Eli se acercaron para escucharle otra vez con Chester, aunque ya conocieran la historia. Olivia le agradeció a los empleados por todo su apoyo y charló un poco con Charlotte sobre las novedades, tendría que hacerse cargo de algunos detalles en la mañana, pero esa noche simplemente se concentraron en estar todos juntos como una familia.

Los niños se apilaban alrededor de ella para mostrarle los dibujos que habían hecho durante su ausencia o compartirle sobre sus juegos y actividades del día. Las muchachas querían saber todo sobre el viaje y preguntarle sobre distintos temas que habían surgido en ese mes y afortunadamente los muchachos estaban rodeando a Jonathan para conocer su historia así que no aumentaban el caos entorno a Olivia.

Se sentaron en el salón a comer algo mientras charlaban y esta vez todos querían saber como había sido el viaje para Jonathan. Olivia estaba sentada en el sofá junto a él, sus niños estaban en el suelo rodeándolos y también algunas de las mujeres. Los varones o estaban en el sofá o de pie y también se encontraban sus amigos.

—¡¿Volaste en los cielos?! —chillaron las mujeres—. ¿Tenías alas?

—Era una caja enorme de metal. ¿Verdad, ángel?

Vidas cruzadas: El ciclo. #2 COMPLETA. +18. BORRADORWhere stories live. Discover now