Strangers. (FreenBecky)

Capítulo 20: Mancha negra.

Bangkok, Tailandia.

En el mundo había una cantidad infinita de personas, personas que son desconocidos entre si y que tarde o temprano terminan entrelazando sus vidas, una cantidad infinita de extraños con una sola cosa en común, ser alguien; muchas veces vemos a las personas caminar y no sabemos lo que sucede en su vida diaria, no sabemos que situación está viviendo, no sabemos sus verdaderas intenciones. De esa cantidad infinita podríamos dividir a los buenos y los malos, ¿que cantidad ganaría? ¿Todos somos buenos? ¿O todos en algún punto de nuestras vidas nos volvemos malos?

Las buenas personas se pueden volver malas.

Y las malas se pueden volver buenas.

Hay actos que pueden cambiar a las personas, momentos tan impactantes en sus vidas que causan ese completo giro en su personalidad. Desde un padre ebrio que golpea a su mujer frente a sus hijo, hasta una madre que abandona a su esposo y sus dos pequeñas para vivir como tanto deseo.

Las personas son quienes deciden que hacer, son quienes deciden si irse por el lado bueno, o por el lado malo.

La bondad algunas veces gana, pasar gran parte de tu vida tratando de vivir en un país nuevo, con un idioma nuevo, ver cómo tu familia te abandona, no teniendo la suerte de tener un trabajo digno para salir adelante, tratando de criar y enseñar buenas cosas a dos pequeñas que no tienen la culpa de que su madre las haya abandonado. La bondad y el amor, algunas veces gana.

Solo algunas veces.

La maldad por otro lado, se puede instalar en ti, desde una edad muy temprana, desde ver cómo tu padre golpeaba a tu madre, escuchar insultos, ver como el amor de tu vida desea estar es con otra persona; la maldad puede ir consumiendo poco a poco todo lo que eres, como un virus o una bacteria, a medida que pasa el tiempo se convierte en una mancha negra, la cual solo va aumentando, comiendo todo a su paso, llenándote de odio y celos, llenándote de resentimientos; hasta que llegas a un punto en donde solo eres un agujero negro, eres una persona tan malvada que nadie quiere estar contigo, nadie desea tratar de salvarte, porque simplemente no tienes salvación. 

Desarrollas la excelente habilidad de pretender, pretendes ser alguien bueno, pretendes dar amor, pero eres todo lo contrario.

Esa mancha negra eran muchas personas, seres humanos que no desearon que les pasará todo lo que les pasó para que se volvieran en eso, pero aún así, no hicieron nada para cambiarlo.

Aquella mancha estaba en todas partes, en todos los rincones del mundo, desde el más pequeño hasta el más anciano, creciendo y consumiendo todo a su paso, creando los más grandes conflictos en el mundo; pero ahora, solo había una persona en toda Tailandia con una mancha en su corazón tan negra, que cada acto que hacía, era de completo odio. 

Se odiaba así mismo, odiaba a sus padres, odiaba a sus hermanos, odiaba a la mujer que nunca lo amo, odiaba al hombre que se la quito.

Él nunca fue así, cuando nació fue el bebé más amado que podría existir, sus padres lo amaron desde el primer momento en que nació, fue un niño feliz y amado desde el día uno en la tierra, se sentía el chico más afortunado del mundo. Sus padres le daban todo lo que él pedía, estudiaba en un colegio respetado por la población, tenía grandes amigos que lo hacían sentir el más grande y fuerte del grupo, tenía todo lo que cualquier persona podría desear.

Hasta que eso cambió.

Una noche escucho a sus padres discutir, era la primera vez que sentía tanto miedo en su interior, no entendía porque todo aquello estaba pasando; su madre gritaba, su padre gritaba, escuchaba los mayores insultos que podrían existir, el chico solo podía cubrir sus oídos, cantando una canción de cuna que su madre le había enseñado, deseando que el tiempo pasará rápido para dejar de escuchar todas aquellas cosas. Sin embargo, el tiempo no pasaba rápido, el tiempo repetía aquellas escenas una y otra vez, durante todos los días, por largos meses, haciendo que lo único que conociera aquel chico, era la violencia que podría haber en un hogar.