Capítulo 38: Karma.

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Podría considerar mucho el hecho de que el universo verdaderamente me odia, cuando deseaba que los días pasaran rápido era todo lo contrario, al mirar el reloj y sentir que había pasado una hora resultaba ser que solo habían pasado diez minutos, cuando sentía que era viernes la realidad era que aún estábamos en día lunes, tal vez era un error a mi al rededor o simplemente estaba tan distraída que no tenía un sentido del tiempo, o en realidad mi suerte se había ido.

Los días pasaban lentos, a pesar de que tenía trabajo acumulado y de que Billy era mi gran ayuda, aún debía supervisar cada cosa que Nam y Kai hacían, sumando un peso más a mis hombros, no quería que volvieran a cometer errores como el de la última vez, y ya eso era algo que me quitaba el sueño cada noche; incluso cuando solo había pasado tres días desde que Angélica y Becky firmaron el contrato, esta última se dio la fiel tarea de cumplir al pie de la letra la distancia que pidió.

Ella se comportó profesionalmente y solo apareciendo frente a mi cuando debía dirigirse a algún lugar de mi hotel. La única persona que me saludaba era Engfa, pero para el equipo de Becky, yo era una decoración más del lobby.

Para mí sorpresa Becky acepto utilizar mi gimnasio, sin embargo, solo lo hacía por cortas horas, luego salía y se iba al suyo, para finalizar sus entrenamientos, era muy pocas las veces en las que se mantenía en el hotel, solo utilizaba el restaurante y llegaba en las noches para dormir. No era como si estuviera siguiendo cada paso que hacía, pero tenía una mejor amiga que parecía querer saber todo sobre nuestras nuevas huéspedes.

Y no solo sobre Becky, descubrí a Nam también supervisando cada cosa que hacía Angélica; suponía que eso era parte de su trabajo, después de todo ella es la encargada de mí inauguración y ambas boxeadoras son mis anfitrionas de la noche, así que trataba de hacer oídos sordos a cada cosa que ella hacía.

Si eso lo consideraba su trabajo y luego llegar a reportarmelo, yo no era nadie para negarme a saber lo que descubría.

- Te lo digo en serio. -Nam habla alegre mientras salimos del elevador.- Ayer vi los entrenamientos de Angélica, esa mujer es una máquina. -Caminamos a paso lento, tomando la dirección hacia nuestro restaurante.- Pero los entrenamientos de Becky. -Ella silva, abrazándose a si misma, como si el solo pensamiento le diera escalofríos.- Ahora entiendo porque las personas las aman, esas mujeres no serían derribadas ni por una multitud. -Nos sentamos en una mesa, casi al fondo del lugar, queríamos observar quien entraba al restaurante para saber en qué momento detener la conversación.-

- Entonces tu trabajo ahora es vigilarlas, ¿no? -Nam golpea mi brazo, un mesonero se acerca para tomar nuestra orden, pedimos un desayuno ligero, pues hoy teníamos trabajo por hacer.-

- No te hagas la inocente. -Saca su teléfono, colocándolo sobre la mesa.- Te interesa saber lo que ambas hacen.

- Solo porque me da curiosidad saber si se conocen. -Me inclino de hombros, observando como llega el equipo de Becky al restaurante, con ella a solo unos pasos, alegre y sonriente. Suspiro.-

- Es obvio que se conocen. -Agradezco internamente que Nam no haya notado mi mirada sobre Becky, así que la bajo de inmediato.- Sin embargo, es mi trabajo supervisar que todo esté en orden con ellas, por eso sigo sus pasos.

- Harás que se molesten. -El joven mesonero nos trae jugo de naranja en dos vasos, colocándolo sobre la mesa.-

- No les molesta. -Nam bebe del jugo.- Angélica disfruta hablar conmigo cuando descansa. Y Becky... -Se queda en silencio, desviando su mirada.- ... Ella parece cómoda con mi presencia, además si no voy yo, está Kai, así que supongo que se estará acostumbrando.

- No quiero problemas. -Le advierto, notando como el equipo se sienta en la mesa grande del medio del restaurante, pidiendo su desayuno.-

- No tendrás problemas. -Nam habla confiada mientras juega con un cubierto.-

Strangers. (FreenBecky)Where stories live. Discover now