Strangers. (FreenBecky)

Capitulo 37: Contrato.

Disfruten:)

***

Era doloroso ver como la persona con la que cree tan hermosos recuerdos, la persona a la que llegue a amar tanto, la persona que me enseño cosas tan maravillosas, ahora me trataba de la peor forma, y no me refiero a insultos o golpes, me refiero a la distancia. No esperaba que ella me perdonara, tampoco esperaba que llegara corriendo a abrazarme después de tantos años, pero su indiferencia estaba siendo tan dolorosa dentro de mi al punto en que prefería un golpe directo en la cara.

Escuchar como me pidió que la llamara por su nombre fue como una cachetada con la mano mojada, dolió a un punto desgarrador dentro de mi pecho. Ya no quedaba nada de la Becky de hace siete años, ahora solo quedaba una persona llena de dolor y malos recuerdos.

Daria lo que fuera por saber al menos un poco de lo que tuvo que vivir. 

Una parte de mi aun pensaba en todo lo que sucedió en su oficina, una parte agradecía el plan de Angélica para hacer que ella aceptara, otra parte solo pensaba en como me ignoro completamente entre esas cuatro paredes, y otra solo me hacia pensar la enorme indiferencia con la que me trataban sus compañeras. Si ese momento fue incomodo, no quisiera imaginar como seria el resto de los días, cuando llegaran al hotel.

Necesitaba prepararme para mi segundo encuentro con Becky, ella debía firmar el contrato junto a Engfa, a pesar de que sentía algo de ilusión por tener ese momento con ella  a solas, después de tantos años, algo dentro de mi me repetía constantemente que Charlotte estaría presente, siempre fue una hermana protectora con ella y no me sorprendería que ahora me vea como una amenaza. Ella siempre esta lista para atacar.

Aun me preguntaba porque aquel cambio tan drástico de papeles en sus vidas, se supone que Charlotte era quien deseaba ser boxeadora, no Becky, aquella duda se sumaba a mis tan inalcanzables preguntas desde que ellas aparecieron nuevamente en mi vida, una tras otra, incluso podría hacer una larga lista.

Por tercera vez, no pude dormir, constantemente recordaba una y otra vez aquel momento, Bonbon se mantenía a mi lado, acompañándome en silencio, él parecía entender que deseaba compañía después de aquellos días tan abrumadores para mi, me conocía a la perfección. Mi cuerpo comenzaba a notar el cansancio, mi espalda dolía demasiado al igual que mi cabeza, mis ojos ardían y los sentía pesados, probablemente en cualquier momento podría caer dormida en medio del hotel; al amanecer decidí encontrarme primero con Angélica, quería saber hasta que punto ella conocía a Becky, pues ambas parecían conocerse a la perfección, era curioso su manera de llevarse.

Sin embargo, me reuní primero con mis tres compañeros de trabajo, sobre todo porque a pesar de toda la situación que me envolvía con Becky, había trabajo por hacer.

- Quiero que sea Nam la que guié a Becky por el hotel. -Se escucho mi voz en la oficina, dentro de pocos minutos ambas boxeadoras aparecerían a firmar el contrato y necesitaba mantener el orden. Al escuchar mis palabras Nam se puso de pie, con la boca abierta, algo sorprendida.-

- ¡¿Por que yo?! -Parecía asustada.- Me pueden lanzar por las escaleras, definitivamente no seré yo. -Luego se acerca a Kai.- Él te metió en esto, que las guié. -Kai abre la boca en sorpresa, indignado.-

- ¡Oye! -Paso mi mano por mi rostro, suspirando.- Yo no las conozco, y este no es mi hotel, solo soy el de seguridad y encargado del evento.

- ¡Con mas razón! -Ambos se colocan a discutir, detrás de mi escucho la risa de Billy, observando todo.-

- Ambos son los encargados. -Hablo, haciendo que me miren.- Y ambos me metieron en esto, ¡a mi hotel! -Paso los dedos por el escritorio, sintiendo mi mano palpitar justo en mi herida.- Alguno de los dos la debe guiar, Angélica ya esta instalada y su equipo llegara pronto, así que solo falta Becky por habitación. ¿Quien se encargara? -Ambos se señalan entre ellos, como dos niños pequeños, la risa de Billy resuena por el lugar, sujetando su abdomen.- ¿Lo quieres hacer tu, entonces? -Me giro, observándolo, él inmediatamente se detiene, aclarándose la garganta.-