Capítulo 58: Aliada.

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Disfruten:)

***

Como si fuera una recompensa por toda la tristeza que tuve en el pasado, la felicidad dentro de mi desbordaba por cada fibra de mi cuerpo, me sentía en una nube, era como si hubiera alcanzado la gloria y la hubiera tocado con mis dedos, como saborear un helado de alegría y tranquilidad, era como recibir el mayor de los reconocimientos.

No sabría decir en qué momento todo cambio tan drásticamente, pero me encantaba.

Pasamos de un momento tenso y casi desgarrador, de instantes en donde ella no soportaba mirarme, a momentos de abrazos y besos, momentos en donde adoraba quedarse a mi lado, abrazándome por toda la noche, sintiendo su respiración junto a la mía.

Después de siete años volvía a tener aquel amor dentro de mi, el recuerdo de ese sentimiento tan hermoso y mágico que estuvo en mi corazón por mucho tiempo, el recuerdo de la sensación de estar enamorada, el solo recuerdo de sentirme en paz con solo mirarla.

Me sentía como hace siete años, pero esta vez eran mucho más intensos mis sentimientos hacia Becky.

Estar enamorada de Becky era como una montaña rusa, cuando iniciaba, sentía el miedo y la ansiedad, la inexplicable sensación de no saber lo que pasaría mientras avanzaba, todo era tranquilo, un camino recto; y cuando comenzaba a subir por aquella ruta, las emociones explotaban, me permitía sentir en cada parte de mi cuerpo todo lo que ella explotaba, me lanzaba al vacío, sabiendo que el golpe jamás llegaría porque estaría allí, sosteniendo mi mano.

Las montañas rusas suben y bajan, y el amor es igual.

A veces estás en el punto más alto, sintiéndote el ser humano más feliz del mundo, y luego bajas de golpe, dándote cuenta de que no todo es color de rosas y el único modo de avanzar de allí, es haciéndolo juntas.

Crecer juntas, explorar juntas.

No podía evitar pensar en lo enamorada que me siento de ella al mirarla dormir, se vuelve una persona tan diferente mientras descansa, el como sus mejillas rosadas se notan más voluminosas, como sus labios están apretados, sus párpados cerrados y su respiración tan calmada.

No me arrepiento de haber subido a esta montaña rusa, porque la verdad, es el juego más divertido que puede existir en un parque de diversiones.

Paso mi mano por su cabello, acariciando su frente con mis dedos, notando el largo suspiro que suelta, como si logras reconocer mi tacto; continuo con las caricias, pasando mis dedos por su cuero cabelludo, acariciando con suavidad el área, dejándome envolver por el agradable silencio al rededor.

La amo tanto.

Recordar la depresión en la que estuve hace años por su perdida es un miedo que se mantiene dentro de mi, pero saber que ahora está conmigo, dispuesta a pelear por lo nuestro, solo me llena de más amor para darle.

Becky vale tanto la pena.

El sonido de su teléfono resuena por la habitación, causando que detenga mis movimientos y me mueva un poco sobre la cama, tomando el aparato de la mesa de noche para observar el nombre. Charlotte la está llamando. Y no es sorpresa, ya pasan más de las nueve de la mañana y la boxeadora parece desmayada en mi cama.

Mi mano tiembla mientras sostengo el aparato, dudando en si debo de contestar o no, hasta que Becky toma mi mano para colocarla de nuevo en su cabeza, acercándose a mi para acomodarse sobre mi pecho, tomando el teléfono y contestando, colocándolo en altavoz.

- ¿Debo preocuparme porque no tengo señales de vida de mi hermana? -La voz de Charlotte resuena, calmada pero al mismo tiempo, notando su preocupación.- Fuiste al club con Angélica. -Charlotte no pregunta, ella confirma con sus palabras.-

Strangers. (FreenBecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora