[4.1] CCC_Sui géneris | TERMINADA | ©

Capítulo 10

Todos ayudamos a asear la casa para recibir a la madre de Flor. Hasta yo me estaba poniendo nerviosa. Ya sé que le di mi voto de confianza a Flor, e igual no creo que nada haga cambiar de opinión a esa mujer en cuanto a Colec, nada más no lo quiere.

La señora llegó a las siete en punto, con una bebida como presente, algo que es costumbre y se vio amable, no obligada.

—Ella es Jane, sobrina de Colec —Flor le presentó a la chica.

—Mucho gusto —creo que ni siquiera la miró, a mí sí, solo que con incomodidad y desprecio.

A Rebecca la he visto como cuatro o cinco veces y jamás le he dicho una sola palabra, porque sé que no le agrado.

Una vez me dijo que, como señorita de casa, debería estar en mi vivienda y solo salir con compañía.

—No tienen que estar aquí —nos dijo Colec—. Estoy seguro de que alguna grosería les va a hacer.

Jane asintió y subió al ático, y yo fui tras ella. Que no me cerrara la puerta en la cara me dijo que aceptaba que entrara a su habitación temporal.

Ya había supuesto que estaba quedándose en el ático, aunque no esperaba que se viera tan bien. Llegué a pasar un par de noches aquí y me bastaba con ordenar la cama.

Tomé asiento en el lecho y Jane abrió la cortina. Si quiere luz, podría encender la bombilla.

—¿Cómo fue que tus papás te dejaron venir aquí? —pregunté al recostarme.

—Debe ser que confían en Colec —respondió. Es increíble que me emocione cuando habla. Tal vez se deba a que, si espero a que diga algo, no lo hace, en cambio, si no, lo hace y eso me sorprende y hace saltar mi corazón.

—¿Por qué no le dices «tío»?

En serio quiero saber de dónde salió ella. Tal vez no vivía con sus padres, así que, en ese caso, me gustaría saber entonces dónde.

—No lo conozco mucho.

Así que acerté; no vivía con su familia... Aunque Colec en realidad no iba mucho a ver a su hermana y quizá a eso se deba la poca cercanía con ella y sus sobrinos.

—¿Por qué?

—¿No dijiste que ibas a salir? —me miró.

—No, dije que podíamos salir, no que saldría yo sola —creo que fui muy clara con eso.

—¿Y piensas quedarte aquí?

—En varias ocasiones dormí en este cuarto. Pero, si te molesta, me puedo ir —le di la oportunidad de echarme de aquí.

—Haz lo que quieras —se fue luego de tomar artículos para ducharse.

¿Eso quiere decir que me puedo quedar?

Me recosté boca arriba, pensando en cómo me voy a acercar a esta chica y en las miles de preguntas que tengo para ella.

Tengo que encontrar un modo de sacarle las palabras.

Giré hacia la pared, situé la cabeza sobre el brazo y me acomodé. No tenía pensado quedarme dormida, es solo que estaba cansada y no supe en qué momento perdí el conocimiento.

Cuando duermo, me lo tomo muy en serio. Tengo el sueño pesado, así que, si intentaron despertarme, no lo consiguieron.

...

Abrí los ojos de pronto, asustada. Me senté y vi una manta sobre mí. Tal vez fue Colec o Flor... ¡Jane! Observé la habitación, no parece que sea de mañana.

Busqué mi teléfono y vi que eran las 11 p.m.

Bajé de la cama, despacio, salí y me dirigí a las escaleras a hurtadillas. En la sala estaban Colec y Jane, acomodando el sofá. ¿Va a dormir ahí? Solo tenía que despertarme y enviarme a mi casa, no me habría negado.

—¿Cuánto tiempo más piensas intentarlo? —cuestionó Jane.

Me quedé escondida. No es que me guste espiar, es que, tratándose de Jane, no iba a dejar pasar la oportunidad de escucharla.

—¿Cómo que «cuánto...»?

—No me malentiendas, me refiero a cuánto te importa la aprobación de su familia.

Ah, es sobre eso. Eso significa que ya le dijeron o Jane ya cayó en cuenta de la mala relación de Colec con Rebecca.

—Es a Fiorella a la que le importa; no a mí.

—¿Por qué no les agradas? —preguntó. Hasta yo sé que esa pregunta no tiene respuesta, Rebecca solo es despectiva y ya, no tiene que tener una razón.

—Al principio pensé que..., no por ser mexicano, sino por no ser italiano, pero a toda la gente la trata así, con Lía siempre ha sido grosera.

No quiero que Jane piense que tengo defectos como para desagradarle a la señora, porque siempre he tratado de ser amable con ella o no molestarla.

—Si el problema no eres tú, ¿qué vas a arreglar?

Increíble.

—¡Jane!, me haces muchas preguntas.

—Ninguna de las cuestiones que te hice me interesan; a ti sí.

—Eres muy inteligente —dijo convencido. «Estoy totalmente de acuerdo», pensé—. Voy a pensar un poco en lo que dijiste. Descansa.

Me fui corriendo antes de que Colec me viera. Quería hablar con Jane o por lo menos devolverle su cama, pero preferí no molestarla.

Nota de la autora ☄️: 

Paralelo Capítulo 12 - Viraha