Capítulo 27

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Bajé antes de que Jane terminara de ducharse. Flor ya estaba ahí, a lo que empecé a ayudar con el resto de la limpieza.

—¿Ya va a poder salir de la cama? —pregunté por el estado de Colec. Lo conozco y sé que no le gusta mucho que lo mimen, se desespera.

—Sí, pero no quiero que baje escaleras todavía.

—... ¿Y tú?

Ella también va y viene, pues insiste en ser la que lleve gran parte del cuidado del sujeto y lo entiendo, solo que eso implica subir y bajar escaleras como diez veces al día.

—Me siento bien —aseguró con una mano en su estómago—. Mandé a Jane por las compras, ve con ella, para que no se pierda.

—Sí quiero ir, pero, ¿está bien que te deje sola?

—Claro, hoy no hay clases. Me voy a quedar allá arriba con él —sonrió.

—... Bueno.

Jane bajó lista, a recibir las indicaciones de Flor y el dinero, tomó su teléfono, así como las llaves y se dispuso a salir.

—Voy contigo —le dije y no respondió, aunque, ya empiezo a entender que ella otorga con el silencio, de lo contrario, solo dice que no sin consideración alguna.

Salimos juntas y ella parecía saber muy bien a dónde ir, pues a mí no me preguntó nada. Tal vez yo misma corra más peligro de perderme que ella.

Me provoca algo de ansiedad que camine sin ver por dónde va, ya que va con la atención en el papel que Flor le dio, donde le anotó todo lo que tiene que comprar.

—Oye..., ayer platiqué con Enzo y quiere disculparse contigo, por lo que te dijo —le comenté.

—¿Por lo que me dijo? —desistió de la hoja. En serio necesito que vea por dónde camina.

—Sí, cuando levantaron la denuncia, por la discusión entre ustedes.

Pensé que Colec y Flor le habían contado lo que pasó o había escuchado la sirena afuera de la casa, pero parece que no.

—¿La denuncia fue por la discusión?

—Pues sí...

¿En serio no le dijeron nada? Y, aunque así haya sido, ¿ella no consideró importante preguntar?

Por un momento, siguió caminando en silencio, solo que pensando. Si está considerando averiguar lo que sucedió, ya es muy tarde, porque ya pasó todo.

—¿En qué piensas? —me superó la duda.

—En ti —su respuesta me detuvo el corazón. Me paralicé al momento en que mi respiración se aceleraba y mi cara se ruborizaba—. No es en serio, Lía —se fastidió.

A pesar de que debí haberme ofendido, no puede evitar sonreír. Sin importar lo desgastante que es, me fascina que pasar tiempo con ella resulte un sube y baja de emociones.

Me hace enojar, interesarme, ponerme feliz como una niña, asustarme y acelera mi corazón si siquiera dirige sus ojos a mí.

Con respecto a las compras, Jane se hizo cargo de todo. Me genera una sensación de soledad que ella no me pida nada, que no busque mi ayuda porque no la necesita.

Volvimos demasiado pronto, cuando yo quería que tardáramos más, que tomáramos algo o hiciéramos lo que sea, cualquier cosa, como una cita.

Mientras caminábamos de regreso, recibí un mensaje.

«Ya tienen tu vestido.»

Es Bianca y entiendo que se refiere al vestido que encargué en la boutique hace unos meses, cuando supe que me habían aceptado en la exposición libre del museo y quería el atuendo perfecto.

[4.1] CCC_Sui géneris | TERMINADA | ©Where stories live. Discover now