Capítulo 15

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La puerta estaba abierta, así que me tomé la libertad de entrar, busqué a Colec o Flor, solo que no vi a ninguno de los dos, nada más escuché ruido en la cocina, de modo que me dirigí ahí y mi corazón se aceleró en cuanto vi a Jane de pie frente a la mesa, concentrada en cortar algo.

Tragué saliva, respiré hondo con las manos en mi estómago y entré con valor y confianza.

—Ey, ¿qué haces? —hablé y me aproximé a la nevera. Necesitaba aire frío en mi cara para no empezar a sudar o enrojecerme.

—Nada... importante —respondió sin un ápice de interés. Parece no interesarle que hace varios días no nos veíamos. Igual y pensó que no volvería a verme y estuvo aliviada.

Agarré una botella de agua, de cristal, luego fui a sentarme frente a la mesa. Retiré la rosca con los dientes porque las manos me tiemblan demasiado como para eso.

No estoy segura de cómo preguntarle si quiere ir a una cita conmigo, estoy casi segura de que me enterrará el cuchillo que tiene en las manos. Prefiero esperar a que termine.

—... Supongo que te debo una disculpa por lo que pasó —departió.

Me quedé sin palabras. ¿Está disculpándose? Supongo que Colec le dijo que tenía que hacerlo, porque no creo que haya nacido de ella.

Qué curiosa manera tiene para eximirse.

—A mí no, a Enzo.

Quise darme una bofetada por haberlo traído a tema.

Por primera vez la vi hacer un gesto con la cara que no fuera un ceño fruncido, solo que expresó desdén. Tal vez además le molesta que no hubiera aceptado su disculpa, aunque eso no fue lo que quise decir, sino que no hacía falta que me dijera nada a mí.

—No pensaba volver a verlo —susurró.

—Ya sé que es un patán —bebí un trago de agua para no quedarme sin voz, en cambio, casi me atraganto al ponerme nerviosa, ya que me miró de repente—, y, aunque entiendo que él también te provocó, ¿no crees que fuiste muy lejos?

—Tal vez...

—Pero fue divertido —aseguré para que no pensara que estoy molesta con ella por lo que pasó. De verdad quiero que dejemos eso atrás.

Dejó de mirarme así nada más. No me gusta que haga eso, es decir, me pone muy nerviosa que me miré, no obstante, detesto cuando deja de hacerlo.

Ya me cansé. Me levanté y dejé la botella a un lado, me aproximé a ella. Nada más quería preguntarle de manera muy privada si quería ir a una cita conmigo, es todo.

Recargué una mano en la mesa, queriendo tocar la suya. Que no se hiciera a un lado, me dijo que no le molestaba.

—Jane... —me interrumpí al ver a Colec entrar, por lo que me hice a un lado con brusquedad.

—Viniste —el sujeto se dirigió a mí.

—Quería pedirles perdón por lo que pasó —expliqué.

Con todo lo que estuve haciendo, no había tenido oportunidad de venir a disculparme como debía.

—No es tu culpa —aseguró mirando a Jane, quien se dio cuenta.

—Pero...

—¡Jane! —le alzó la voz en cuanto intentó justificarse, entonces ya no respondió—. Jane —repitió. Quiero decirle a Colec que la deje en paz.

—Prometo disculparme con Enzo y con Bianca, ¿está bien? —sugirió con evidente molestia.

—No es necesario —intenté intervenir.

—No, claro que es necesario, ¿verdad? —repuso Colec, todavía dirigiéndose a ella.

Me hizo sentir mal que Jane asintiera con una sonrisa falsa. Esa no es la clase de sonrisa que pretendía poner en su cara, yo quería una de verdad.

Ella volvió a lo que hacía antes de que yo llegara, mientras Colec se retiró por donde venía.

Volví a sentarme, no puedo irme así nada más, dejando la situación como está, porque a lo que vine fue a arreglarlo, no a empeorarlo.

Espero que Colec no vuelva a interrumpirnos.

—¿Estás enojada? —pregunté con miedo de que dijera que sí y todavía cuidándome de ese chichillo en su mano. Sentí un fuerte alivio al verla negar con la cabeza—. En ese caso..., ¿quieres salir conmigo? —lo solté así nada más.

No respondió. No está respondiendo. Ni hablar de voltearme a ver.

Yo estoy temblando como un chihuahua, sudando como hielo derretido, muriéndome de los nervios y ella ni siquiera parece haberme escuchado.

Carraspeé para atraer su atención.

—No quiero ir a ningún lado —contestó por fin y se dirigió al fregadero.

Creo que no entendió lo que quise decir. Pauline me aconsejó que le dijera que se trataba de una cita solo después de que accediera, paro Jane no funciona así.

—No, no —me volví hacia ella, solo que estaba de espaldas, lavándose las manos—. Hablaba de salir por ahí... —Demonios, ¿cómo le explico?—. Lo que quiero decir es salir, tú y yo, como... una cita.

Mi corazón se detuvo en cuanto volteó.

—¿Una cita? —me miró, recargándose en el mismo fregadero, para secarse las manos con una toalla.

—Sí...

—No —respondió convencida.

Sentí que me había enterrado ese cuchillo en el corazón. Acaba de rechazarme y ya le dije que era una cita lo que pretendía. Quiero morir, ahora sí quiero morir.

—¡¿No?! —me alteré.

—Tienes novio, ¿no es así? —se acercó una vez más a la mesa.

Me desenterró el cuchillo. Suspiré con alivio.

—¿Es por él? No, terminamos después del festival —casi me reía de mi misma y por culpa del nerviosismo abandonándome.

—¿Por qué? —preguntó y me volteó a ver. No supe qué responderle. Todavía no es momento para decirle que ella me interesa, primero tengo que saber si le van los chicos o las chicas.

—Te digo que era un patán y estaba buscando la oportunidad para cortarlo —mentí. Tampoco vine a que habláramos de Enzo—. En fin, ¿aceptas o no? —Estoy desesperada por una respuesta.

Una vez más, se quedó en silencio, terminando de cortar la naranja que le falta y depositó las rodajas en el cuenco.

—Claro, por qué no —accedió. Mi corazón volvió a latir y pude volver a respirar.

—¿En serio? —se me fue la voz. Me miró con expresión indiferente—. ¿Te gustaría ir al cine?

—No.

Se dirigió a la nevera.

—De acuerdo..., ¿comer?, ¿compras? ¿A dónde quieres ir?

No pensé en a dónde podía llevarla, solo quería que me dijera que sí a una cita. Debí haberlo planeado con antelación.

—A donde sea, tú vas a pagar —se recargó en la puerta cerrada de la nevera, con una botella de cristal en las manos, de la que bebió un trago. Fue muy directa con que yo tengo que pagar y resultó algo ofensivo que lo diera por sentado—. No hablo en serio —repuso.

Sonreí al darme cuenta de que sí sabe jugar con las personas y que tiene sentido del humor.

Con todo lo que llevo recopilado sobre ella y las emociones que me hace tener, ya llegué a una resolución; Jane me gusta y me gusta mucho.







Nota de la autora ☄️:

Paralelo Capítulo 14 y 15 - Viraha

[4.1] CCC_Sui géneris | TERMINADA | ©Where stories live. Discover now