[4.1] CCC_Sui géneris | TERMINADA | ©

Capítulo 58

—Te portas bien y, si te vuelven a molestar, dime y yo me encargo, ¿prometido? —le ofrecí a Felix mi meñique y, luego de cruzarlo con el mío, me dio un beso en la mejilla y entró a la escuela.

Una vez que entró, volví caminando.

Hace ya unos meses que volvió a clases y lo han estado molestando. Yo sé muy bien por todo lo que está pasando y por eso no pienso dejarlo solo.

Es una tontería eso de dejarlos luchar sus batallas, es un niño y por lo menos necesitaba saber que cuenta conmigo.

Volteé cuando un perro asomó el hocico en la reja de una casa y, justo al devolver mi vista al frente, un chico estaba delante de mí, mirándome a mí, es decir, es a mí.

—¡Hola! —me saludó amablemente. Es americano.

—... Hola —miré detrás de él, algo confundida.

—Eres Lía, ¿cierto? —sonrió, mientras que yo enserié—. Tranquila, mi nombre es Logan, soy hermano de Jane.

Mi corazón se detuvo por un instante.

—Perdón, no... no te...

—Vine a visitar a mis tíos y te vi pasar, ellos me dijeron que fuiste muy amiga de mi hermana.

Tragué saliva. Su manera de decir «hermana» es... No me gusta.

—Amm...

—Tranquila, lo sé todo —bajó ambas cejas.

—¿Todo? —se me fue la voz.

—Sí. Por eso quise buscarte para hablar en privado. ¿Se puede?

—... —otra vez miré a mis alrededores, luego volví a él—. Claro, sí.

Fuimos a una cafetería cerca, porque no quería que él se perdiera o que estuviera lejos de la casa de Colec y Flor.

Lo único que ellos me contaron de Logan fue que era el único apoyo que Jane tenía en casa de su familia, por eso tengo mucha curiosidad de hablar con él, solo que algo no me checa.

No se parecen y su mirada es... fría. La de Jane también lo era, en cambio, la de este chico está vacía. Da miedo, la verdad.

Aunque esa fue la impresión que me dio Jane cuando la conocí.

—Cuéntame —bebió de su café—, ¿qué hizo mi hermana cuando estuvo aquí? No me digas que se metió en problemas.

—No..., ella... sabía cómo llevar su vida aquí.

—Es bueno escuchar eso —dijo en voz baja. Creo que ni siquiera parpadea.

—Disculpa, pero, ¿por qué estás aquí?

—¿Aquí en Italia o aquí hablando contigo? —tomó otro trago.

—Ambos.

—Solo vine a ver a mi tío. Él no puede ir muy seguido a México porque Alexey lo mataría en cuanto lo vea y quise venir a comprobar qué hizo que mi hermana se quedara tanto tiempo aquí.

Me aclaré la garganta, incómoda. Su manera de mirarme es insistente, al grado de perversa. No, no estoy cómoda.

—... Tengo que... —me levanté—. Perdón, pero tengo que irme —me asusté cuando se puso de pie.

—Te acompaño.

—... No hace falta.

—Si vas con Colec, vamos al mismo lugar —insistió.

—En serio, no hace falta y no voy con él... —temblando, saqué dinero y dejé el pago en la mesa, para luego salir casi corriendo.

Avancé por la calle y grité del susto en el momento en que me tomaron del brazo, obligándome a voltear. Es Logan.