Capítulo 48

363 32 5
                                    

Entré a casa de Flor e intenté guardar la calma. Jane estaba en la sala, al igual que Colec y Flor. Solo tengo que hacerle una pregunta.

—Perdón por entrar así —hablé.

En cuanto vi que Jane, a pesar de haberme visto, puso toda la atención en su teléfono cuando sonó, empecé a perder los estribos.

Me humedecí los labios y junté el valor necesario.

—Vamos a...

—Estaba hablando con Rosario —interrumpí a Flor—, la profesora que arregló todo para que mi trabajo estuviera en la exposición... —intenté no llorar. Jane ni siquiera me volteó a ver, el que creo me respondió fue Colec—. Va a hacer otra exposición y quiere hacerlo más internacional —se me fue yendo la voz conforme hablaba.

Janette sigue sin mirarme.

—Suena excelente, pero, ¿por qué...?

—Es que me pidió preguntarle a la señora De'Ath —no dejé a Colec terminar—, si la fundación de su familia puede ayudarla con eso —dije por fin.

Nadie dijo una sola palabra o emitió un ruido, solo fijaron la vista en algún sitio en la nada, los tres. Yo no podía dejar de mirar a Jane, quien inclusive dejó de pestañear.

Volteó a verme y, que no expresara nada, me enfureció. No va a decir nada.

Apreté la revista con una mano y, sin pensarlo, se la lancé, sin medir a dónde, solo cayó al suelo.

—¡¿Cuándo pensabas decirme que estás casada?! —grité furiosa. Ella solo miró la revista en el piso y, después de una eternidad, me miró a los ojos—. ¡Habla! ¡Di algo!

—... ¿Qué quieres que te diga? —preguntó sin inmutarse.

—¿Es verdad?, ¿estás casada? —mi voz, mi respiración, la piel, yo, toda yo temblaba.

Le tomó tiempo, como si tuviera el derecho, y solo asintió.

—Sí —dijo. No pude evitar llorar... Me acaba de destrozar el alma—. Lía... —intentó acercarse.

—¡No! ¡Aléjate! —me encolericé—. Nada más quiero que me digas por qué no me dijiste nada, por qué me engañaste, ¡por qué me viste la cara como una estúpida!

—No, esa nunca fue mi intención...

—¡No te creo! —empecé a venirme abajo. Siento que me estoy ahogando—. Tú nada más estabas pasando el rato conmigo, ¿no es así? Vas a regresar con él, y cómo no, ¡es tu marido, por Dios!

—Cariño... —la voz de Fiorella me trajo de vuelta a la realidad.

—Ustedes lo sabían... —susurré mirándola. Claro que lo sabían. Quiero que me digan que no, pero... no hay manera de que no lo supieran.

—Lía, la situación es mucho más complicada de lo que te imaginas...

—¡No, si la entiendo muy bien! —no dejé que Colec me explicara nada—. Los apoyé incondicionalmente, los veía como a mi familia, ¡no les costaba nada decírmelo! —miré a Jane, con rencor—, porque tú jamás me ibas a decir nada.

—Ya lo sabes y no puedo hacer nada.

Me dio como una bofetada. ¿Es mi culpa por haberlo sabido hasta hoy? ¿Por no saberlo antes?

—Pues perdón por haberme enterado —dije con ironía y la miré con todo el odio que puedo tenerle a alguien—. No quiero volver a verte. Y te juro que si hay un infierno te vas a pudrir ahí.

No quise escucharle decir nada, por lo que solo me fui, justo como había llegado, pero dejando mi alma y mi corazón en esa casa.

En cuanto crucé la puerta, empecé a llorar desesperada. Puse una mano en mi estómago y seguí caminando hasta llegar a mi casa.

[4.1] CCC_Sui géneris | TERMINADA | ©Where stories live. Discover now