Capítulo 76

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Entré a casa de Colec y Flor, a dejar la bolsa de croissants, encendí la cafetera, saqué tres tazas que puse en la mesa, busqué el azúcar, la crema batida, un cuchillo...

Flor se asomó y la asusté.

—No te escuché entrar —expresó con una mano en el pecho.

—Estaba abierto.

Hace ya un tiempo que no entro como si esta fuera mi casa y les asusta cuando me encuentran en la cocina como si nada. Ninguno quiere decir que dejaron de acostumbrarse a verme aquí casi todos los días.

Tomó asiento en la mesa.

—¿Cómo te fue en el museo? —preguntó porque ayer fui a dejar cuatro pinturas.

—Bien, no las van a tener aquí, una la van a donar a Australia —respondí sirviéndole café.

—Eso suena muy bien —sonrió cariñosamente. Tomó su taza y se levantó a buscar crema en polvo.

Dejé la jarra en la mesa y justo escuchamos que Colec bajaba corriendo.

Se asomó a la cocina.

Algo nos dijo, ambas lo entendimos y era la respuesta a su mirada perdida, también a que Flor soltara la taza de café en el suelo y que el líquido caliente quemando sus pies no le provocara nada.

No había ningún ruido en la cocina, en la casa, tal vez en todo Verona, todo provocado por lo que Colec nos había dicho.

Secuestraron a Jane.

...

Colec se fue en cuestión de minutos y nos costó mucho trabajo convencer a Flor de quedarse aquí, es más, casi la tenía encerrada en su casa y estaba muy molesta conmigo.

—¡Déjame salir! —gritó una vez más, llorando desesperada.

—Flor..., no..., no sé qué está pasando, pero todos ustedes corren peligro allá. Colec no puede preocuparse por ti y por Jane, necesita solo concentrarse en ella, él y todos los que seguramente la están buscando —hablé pegada a la puerta.

Si me muevo de aquí, es seguro que saldrá corriendo.

Gruñó alterada, se pasó una mano por el cabello y creí que se lo arrancaría, luego, rendida, se sentó en el sofá.

Desistí de la puerta para ir a sentarme con ella.

—Jane va a estar bien, estoy segura...

—No digas eso —me suplicó llorando—... Si algo le pasa, yo me muero.

La abracé y no se negó.

No puedo prometerle que ella va a estar bien porque no sé. Por mucho que quisiera las respuestas que Flor necesita, no las tengo.

Pasaron días, seis días enteros en que no sabíamos nada. Cada noche, Colec me llamó a mí para decirme que no tenían noticias, que buscaban sin descanso y nada.

Yo ya no sabía cómo tranquilizar a Flor. No quiso ninguna pastilla para dormir, entonces, cuando por fin se quedaba dormida, creo que en realidad se había desmayado.

No conseguía que comiera casi nada, ni agua. Me costó horrores una ducha, de hecho, por eso fue que conseguí que se durmiera.

Bajé a la sala, sin hacer ruido para no despertarla.

—¿Se durmió? —me preguntó Bianca.

—Sí —musité—. ¿Han dicho algo? —miré al televisor que tienen encendido en un muy bajo volumen.

—Nada —contestó Enzo.

En los noticieros, en todos, de todo el mundo, están pasando un reportaje minuto a minuto de la búsqueda y siguen igual que cuando empezaron.

Lo único que saben es que no se llevaron a Jane sola, sino con otra chica, Kim Eun-ji.

Hemos estado al pendiente cada día, inclusive Pauline me llamó cuando lo supo, pero en realidad yo no sabía nada. Nadie sabe nada.

Mi teléfono sonó y lo presioné en mi pantalón para que el sonido no llegara a Flor. Salí a la calle a responder.

Es Iris.

—¿Todo bien? —atendí.

Sí, vengo de ver a Derek —escuché que abría una puerta.

—Todavía no saben nada, ¿cierto?

Nada. Me dijo que su tío va a regresar hoy mismo.

—No sabía, pero gracias.

... Si sé algo, te prometo llamarte.

—Gracias.

Colgué y volví dentro.

Les avisé que Colec iba a volver, así que me ayudaron a hacer limpieza.

Cuando él regresó, me preguntó por Flor, una vez que le aseguré que estaba dormida y bien, se sentó en el sofá, respiro hondo y me partió el alma verlo llorar.

Había estado aguantando por Flor, pero ver a Colec así me quebró.

Me pidió que lo dejara solo para poder hablar con Flor, entonces volví a mi casa.

Entré a servirme agua y escuché a mamá desde que abrió la puerta de su habitación hasta que se asomó a la cocina.

—¿Qué pasó? —preguntó.

Negué.

—No saben nada.

—... —se abrazó a sí misma—. Lía, estoy segura de que va a estar bien —se refiere a Jane.

Bebí un trago de agua.

—Realmente quisiera creerte.

—Hija, tú más que nadie sabe lo importante que es ella, es mucha gente buscándola como para que nadie la encuentre.

Que la encuentren no es lo que me preocupa, sino que siga con vida.

—... Voy a tratar de dormir —dije y salí de la cocina, llevándome el vaso de agua.

Me acosté en la cama y en realidad no conseguía quedarme dormida. En mi cabeza había muchas cosas.

Todo lo que estaban sufriendo Colec, Flor y Derek; saber que el mundo no estaba durmiendo tampoco; y, sobre todo, Jane y Kim solas, donde sea que estuvieran.

Yo sé que Jane es fuerte, pero también sé que está muy cansada.

[4.1] CCC_Sui géneris | TERMINADA | ©Where stories live. Discover now