Capítulo 50

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Media hora después, bajamos a cenar con Flor y Colec. Como dije, quería verlos y hablar con los dos, pero es muy difícil para mí hacerlo justo ahora.

—¿Todo bien? —Asentí a la pregunta de Flor, aunque la verdad es que no todo está bien.

—Bueno... Perdón, por lo que te dije —me disculpé—, y también a ti —me volví a Colec—. No era culpa de ninguno y nunca debí hablarles así.

—No te preocupes —sonrió Colec—. Pudimos haberlo evitado.

—No, no creo —me reí de mí misma, recordando lo insistente y empalagosa que fui con Jane en mi proceso de conquista.

Ayudé a poner la mesa, además de servir una porción de pasta para los cuatro y nos sentamos a la mesa.

A veces me cuesta mucho irme de aquí y volver a mi casa, antes porque sabía que ahí no había nadie esperándome, ahora es porque sé que mi madre se encuentra ahí.

No sé si voy a poder decirle todo lo que pasó y por qué no salí de mi habitación en una semana y luego regreso como si nada.

—¿Entonces todavía no has convivido con tu casi padrastro? —me preguntó Flor durante la cena.

—No, se... presentaron varias cosas —no quise decir que fue por lo que sucedió con Jane—. Supongo que mi mamá va a organizar otra cena, ya están comprometidos, así que, quieren celebrarlo.

—Será bueno que te acerques a tu mamá —aseguró Colec.

—Eso espero —reí con nerviosismo—, poco a poco —bebí un poco de vino—. Por cierto, la primera vez que fuimos al museo, Jane y yo, dejó impresionado al pianista y a Rosario. ¡Ella es un genio del piano! —dije emocionada.

—¿De verdad? —Flor sonrió de oreja a oreja.

—Qué envidiosa eres —la acusó Colec—, ¿por qué no nos habías dicho?

—... No me pareció importante —respondió Jane.

—Tienes mucho talento y creo que podrías hacer lo que quisieras —aseguré, haciendo referencia a lo que le había dicho recién, sobre que puede ir a donde quiera y hacer lo que le plazca, sin el permiso de nadie.

Jane solo me miró sin decir nada. No tiene que responder, quiero que lo piense correctamente y algún día tome una decisión que cambie su vida y la haga mejor.

—Terminen antes de que se enfríe, niñas —indicó Flor cuando Jane y yo nos quedamos mirando por un momento.

—¿Puedo quedarme a dormir? —pregunté.

—¿Tu mamá no va a...?

—Está bien, yo me arreglo con ella —dije segura a la duda de Flor, quien solo entonces asintió dándome su permiso, al igual que Colec.

—Pero la puerta del ático se queda abierta —decretaron al mismo tiempo. Yo me puse roja, al contrario de Jane que no se inmutó.

A veces siento que yo cargo con las emociones de las dos.

Al concluir la cena, Jane subió al ático y yo me quedé a recoger la mesa, junto con Colec. Quería aprovechar la oportunidad de hablar con él y disculparme como debía.

Llevé los platos a la cocina y los dejé en el fregadero, después me volví al sujeto guardando el resto de la cena en la nevera.

—Otra vez..., perdón por hablarte así —dije. Colec se incorporó y se volvió a mí.

—Está bien, hija.

—No está bien —insistí—. No consideré que estaban protegiendo a Jane y yo hubiera hecho lo mismo de estar en su lugar.

[4.1] CCC_Sui géneris | TERMINADA | ©Where stories live. Discover now