Capítulo 67

347 36 12
                                    

En realidad, no me dijo nada más. Me llevó al departamento de Colec y dijo que vendría por mí a las siete, para ir a cenar a su casa.

Todo seguía en pie, pero al mismo tiempo que esperaba por una respuesta suya, estaba segura de que, lo que fuera, ella lo habría pensado muy bien, queriendo lo mejor para ambas.

Así que aguardé tranquilamente.

No me dio tiempo de desempacar mi maleta, solo saqué uno de los vestidos que traía listos, me di un baño y me arreglé.

No pude evitar buscar en internet algo sobre el estado de salud de Logan y, por las fotografías que hay en redes, él estuvo durante aquella pelea que vimos Bianca y yo.

Dentro de todo, a él fue al que peor le había ido.

Cuando llamaron a la puerta, agarré mi bolso, la chaqueta y salí.

Iris sonrió mirándome.

—Si me dices lo que sea, voy a enrojecer —advertí y su risa me estremeció.

Su casa no estaba nada cerca, fue casi media hora de traslado e igual seguí esperando. Hasta llegar.

Es un lugar pequeño, perfecto para una persona y la calle no es solitaria, tiene muchos vecinos y, de hecho, hay bastante ruido afuera.

Me había dicho que no tiene mascotas porque las dejaría solas todo el día y paga por que vengan a hacer limpieza, entonces, no tiene muchas cosas personales por ahí.

Dejé mis cosas en un sofá y miré la mesa puesta.

—¿Cocinaste tú? —pregunté.

—Por supuesto que cociné yo —respondió.

Me reí.

No le acepté más que un poco de vino porque el alcohol y yo seguimos sin llevarnos bien, además, conversar con ella es algo que disfruto completamente.

Fue una cena realmente buena. Yo acostumbro especias y sabores más concentrados, pero estos eran más suaves.

Muy diferente a lo que conozco.

—Pensé en lo que me dijiste —habló luego de beber de su copa.

—... —me limpié con una servilleta—. ¿Sobre... Jane?

—Sí. Lo único que me importa eres tú y lo que pasaría si Alexey se llega a enterar.

—Bueno, a pesar de todo, estoy completamente segura de que no le diría nada. Sé cómo suena esto, pero, ella no dejaría que él me haga nada.

En primer lugar, Jane no se lo diría, la conozco, y, si se llegara a enterar, no le permitiría tocarme un cabello. Por otro lado, creo que ya no soy tan importante para ella y, en consecuencia, para Alexey, ni siquiera me conoce.

Una vez más, se enfrascó en sus pensamientos.

—Pretendo algo serio contigo, Lía —dijo directamente—. Solo te pido que me digas lo que necesite saber.

Me mordí el labio y asentí.

No venía a quedarme con ella, ni hacerlo y estaba segura de que ella tampoco iba a insinuarlo porque empiezo a conocerle el ritmo.

Aquel beso robado fue maravilloso, pero, tratándose de algo más, ahí si vamos a tener que poner las cosas claras antes.

Me llevó de regreso al edificio e íbamos hablando, por eso llegó hasta la puerta del departamento.

Desde hace un rato, mi teléfono había estado sonando, así que, fastidiada, lo apagué. Lo que sea, contestaré más tarde.

Me recargué en el muro, a un lado de la puerta.

—¿Somos novias? —pregunté y sonrió.

—Solo si tú quieres.

Asentí, mirándola.

—Sí quiero.

Viéndola acercarse, ladeé la cabeza y recibí su beso, besándola yo también.

Sentí la presión de sus manos en mi cintura y yo la acerqué al tocar su cuello.

Me recargué en el muro, con ella presionándose más conmigo y mis deseos íntimos, uno por uno, empezaron a despertar luego de tanto tiempo dormidos.

Justo antes de que me pasara por la cabeza ofrecerle entrar, nos detuvimos al escuchar ruido dentro del departamento.

—¿Hay alguien ahí? —me preguntó Iris.

—... Se supone que no —contesté.

Saqué las llaves de mi bolso, abrí con sigilo y aventé la puerta, quedándome afuera, con Iris.

Ella puso una mano en el marco para entrar primero y, al ver que no encontró nada, entré.

Cuando de la cocina salió un chico, Iris me hizo a un lado, colocándose delante de mí. Yo asomé la cabeza, tratando de ver quién es, pero no lo conozco.

—¿Quiénes son? —nos preguntó, igual de receloso.

Se ve demacrado, delgado, desnutrido, con gran barba y cabello sin cortar. Parece un vagabundo. Creo que es él quien no debería estar aquí.

—¿Cómo entraste? —cuestioné.

Bajó la mirada, hacia mis manos y me vio las llaves del departamento, además, yo vi unas en el comedor. No forzó la puerta.

—Este departamento es de mis tíos —habló con dureza, pero creo que es su tono, porque no luce molesto.

Abrí los ojos de par en par.

—¿Derek?

[4.1] CCC_Sui géneris | TERMINADA | ©Where stories live. Discover now