Capítulo 42

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No respondí y me tomó con más fuerza, acercándome a ella con un apretón en mi cintura y una mano en mi cuello, previo a un beso más intenso.

Puse las manos en sus hombros y, al tocarla, pude sentir que su corazón latía tan desesperado como el mío.

Básicamente, me cargó para que me acostara en la cama y ella se puso encima de mí. En esta posición, segura de lo que estábamos por hacer, dejé de tener dudas.

No va a dejarme.

Sujetó mi mentón para estirar mi cuello y empezó a besarlo. Su lengua se sentía fría, o quizá es que mi piel está incendiándose.

La incitación no me permite abrir los ojos por más de un segundo.

Me hizo abrir la boca y me besó con su lengua dentro. Esta vez quise hacer lo que ella y no dejarla hacerlo todo.

Se levantó y su mirada sobre todo mi cuerpo me estremeció. No voy a preguntarle nada, pero quiero saber en qué está pensando.

Temblé al sentir sus dedos en mi estómago cuando sujetó mi blusa y la fue subiendo, por lo que me separé de la cama para que me la pudiera quitar.

Podría decirse que la aventó a un lado y volvió a mirarme sin expresión alguna.

—No me veas así —supliqué y quise esconderme bajo las mantas.

Sin decir nada, se inclinó y besó mi vientre, pasando la lengua por toda la piel desnuda.

El nerviosismo volvió en cuanto buscó desatar mi sostén. No es que no quiera, sino que siento que soy yo la única expuesta, y así es.

Tomé sus manos y me miró a los ojos enseguida.

—Un segundo... —me separé de la cama.

Estar así y aquí, con ella, implicaba que yo también tenía la esperanza de conocer cada centímetro de su cuerpo.

Tomé la orilla de su blusa que de por sí no me dejaba verle más que las manos y el cuello y la subí para quitársela. Extendió los brazos y en realidad se la quitó ella misma. Ver caer su cabello sobre su cuerpo nada más cubierto por el sostén negro me hizo desearla por completo.

Quiero tocarla y provocar que ese frío cuerpo se caliente.

Solté el broche de mi sostén y me lo quité. Situó una mano en mi espalda y me llevó de nueva cuenta hacia atrás, besándome.

Su cabello me hace cosquillas y su piel acaricia la mía con delicadeza, como si su cuerpo entero estuviera tratándome con cuidado.

Tocó levemente mi pecho y un ruido salió de mi boca. Cuando dejó de besarme, creí que se debía a lo que hice, en cambio, besó mi busto y los quejidos siguieron saliendo.

Sentí sus dedos en mi estómago y estaba bien, solo que, al advertir que iba dirigiéndose hacia abajo, quise ver lo que pretendía, entonces sujetó mi cuello para devolver mi vista a ella y procedió con la caricia.

Sus dedos no estaban fríos, pero así lo sentí dado el contraste de temperatura.

Mi intimidad nunca había sido tocada por nadie, ni por mí misma en ese sentido. Es extraño. No quiero que deje de hacerlo, así que tuve que hacer de todo por no cerrar las piernas.

Tocó en lo superior con mucho cuidado hasta que sentí que iba a orinar, solo que no era eso, estaba buscando que me humedeciera. Jamás me había pasado esto. Para lo que vayamos a hacer, no pensé que fuera necesaria tanta preparación.

Retiró su mano, desabrochó mi pantalón y con las dos manos lo deslizó por mis piernas, llevándose mis bragas de paso.

Ahora sí estoy completamente desnuda.

[4.1] CCC_Sui géneris | TERMINADA | ©Where stories live. Discover now