➵ 4 (Asesinos).

14.9K 936 162
                                    

Esa noche me había acostado llorando y a la mañana siguiente tenía clase, no me quiero ni imaginar las ojeras que llevaría a clase. Ni me gustaba Stiles ni tampoco Scott, pero estaba claro que mi hermano no iba a dejarme en paz con eso, estaba alejándome de los pocos amigos que había hecho después de tanto tiempo, supongo que en cualquier momento tendré que explicárselo muy despacio para que lo entienda, aunque de momento, esperaré a que las cosas se calmen.

Las clases no fueron bien, no podía concentrarme después de lo que pasó anoche, solo deseaba que tocara el timbre para irnos a casa, y después de cuatro horas aguantando ese suplicio, tocó el timbre de la salvación. Agarré mi mochila y salí por la puerta en dirección al bosque, quedándome bastante confundida al ver como Stiles casi atropellaba a mi hermano con su chatarra de coche, ¿Donde se supone que se había sacado el carnet? Sin embargo, no me dio tiempo a quejarme cuando éste se desmayó frente a su coche, tuve que salir corriendo en su busca, esto no podía ser bueno. Y, mientras que Stiles, Scott y yo recogíamos a mi hermano del suelo para subirle al coche, los demás conductores pitaban el volante.

— ¿Qué ha pasado? 

Pregunté mientras hacía fuerza hacia arriba para poder levantarlo, pero de alguna manera los otros dos no me estaban ayudando demasiado. Estaba acostumbrada a que solieran empeorarlo todo en vez de echarnos una mano, cosa que nosotros siempre hacíamos con ellos, o al menos, lo intentábamos.

— Me han disparado.

Terminó de decir Derek, quejándose, como era de esperar en él, yo mientras tanto barajeaba las posibilidades del culpable de aquello. No conocía a demasiadas personas que quisieran hacer daño a un hombre lobo, pero a Derek como persona; sí.

— ¿Por qué no te curas?

Preguntó Scott, el cual ya empezaba a tirar de su cuerpo, aunque Derek era bastante pesado para su edad, creo que tiene que dejar de tomar tanta proteína, o lo que fuera que tomara para parecer un armario empotrado.

— No puedo, era una bala diferente.

Dijo finalmente, quejándose todavía de dolor, haciendo fuerza con los pies para poder levantarse. Estaba tan pesado como si fuera un muerto, y no quería pensar que realmente eso era lo que le estaba pasando.

— ¿Una bala de plata?

Preguntó Stiles, incrédulo. Seguía sin entender de dónde sacaba ese tipo de cosas, probablemente se pasara más tiempo en el ordenador buscando cosas sobrenaturales antes que estar estudiando para el examen del próximo viernes.

— No, idiota. 

Respondió Derek directamente a Stiles, dándole en la nuca. Mi hermano estaba débil, pero aquello podía hacerlo perfectamente, aunque realmente siempre había tenido la mano demasiado suelta.

— Espera espera, a esto se refería con lo de cuarenta y ocho horas. 

Añadió Scott, yo ni siquiera sabía a lo que se estaba refiriendo, ni yo, ni tampoco Stiles, pero Derek, comenzó a mirarle de una manera un tanto extraño, como si de alguna manera se lo esperara.

— ¿Qué? ¿Quién dijo eso? 

Pregunté, ¿De qué narices estaba hablando? Y si era importante, ¿Por qué demonios no lo había dicho antes?

— La que le disparó.

Contó, mientras nosotros terminábamos de meter a Derek en el coche, todavía no entendía cómo era posible que supiera todo aquello y yo no, eso me pasaba por no estar metiendo las narices en todo.

— Necesito que descubras el tipo de bala.

Le pidió Derek a Scott, mientras yo me dedicaba a ponerle el cinturón por si a Stiles se le ocurría dar otro frenazo. No es que fuera demasiado bueno conduciendo, al menos, las veces que yo había visto, casi se había estrellado. 

Another Hale | Stiles S.Where stories live. Discover now