➵ 10 (Setenta y dos).

11K 696 51
                                    


— Gracias, yo también me alegro de veros.

Habíamos buscado a Scott por todo el bosque, teníamos que encontrarlo lo más rápido que podíamos, y es que podría estar haciendo cualquier cosa en este momento, teníamos que saber que estaba bien, o al menos averiguarlo. Por otra parte, cuando íbamos a ir en busca del hombre lobo por las calles del condado, Stiles casi atropella accidentalmente a algo, o mejor dicho, a alguien. 

— ¿Derek?

Preguntamos los dos a la vez. Se parecía demasiado a mi hermano, pero no estoy demasiado segura de que sea él por más que tenga el ceño fruncido y vista de negro como si fuese un enterrador. 

— No, soy su hermano gemelo, pues claro que si imbécil.

Nos bajamos directamente del coche, y en cuanto lo hicimos, mi hermano aprovechó para golpear a Stiles en la nuca. No supe qué decir, estaba completamente en shock, no podía creerme que estuviera vivo, me dijeron que estaba muerto. 

— Estaba escondido para que no me llevaran a la cárcel por vuestro increíble ingenio al decirle a la policía que el culpable de asesinar al conserje era yo. Y a ti, recuerdo haberte dicho que te alejaras de él. 

Señaló a Stiles, y es que estaba verdaderamente enfadado, en el fondo yo también lo estaba por haberle echado las culpas de todo, pero ahora mismo lo único que me nacía era abrazar a mi hermano lo más fuerte que pude, y él correspondió mi abrazo. 

— Scott está en su casa, lo llevé hace una hora. Necesitamos el colgante de Allison; es la pista para matar al alfa. 

(...)

— Sé lo que eres, Sarah, también se lo que son Derek y tu nuevo amigo. Quiero que me lo consigas. 

Si bien no había encontrado a Allison en todas las horas que estaba en el instituto, me había encontrado al gilipollas de Jackson, sin duda se había concienciado en arruinarnos la existencia a todos nosotros. 

— ¿Que te consiga qué?

Pregunté, con mis libros aún en las manos, pesaban demasiado, espero que fuera demasiado rápido como para decirme lo que quería antes de que se los tirara a los pies. Este tío no deja de sorprenderme. 

— Un mordisco, un arañazo, polvos mágicos bajo la luz de la luna, yo que sé. Consíguemelo, o todo el mundo, sabrá lo que sois.

No entendía por qué sabía lo que éramos, pero eso no era bueno, había que hacer lo que fuera, cuanto antes, mejor.  Sin embargo, no me dio demasiado tiempo a responderle cuando se había ido al ver que Stiles aparecer por el otro lado del pasillo. 

— Conseguir el colgante ahora no es el único problema que tenemos. Jackson sabe lo de los hombres lobo, sabe lo que somos, Stiles y si no le consigo un mordisco, se lo contará a todo el mundo.

— ¿Y ahora que vamos a hacer? Derek ha vuelto.

Me preguntó, creo que me había cambiado de tema inconscientemente, me parece que no estaba hablando del problema que teníamos con Jackson, pero iba a tener que ser más específico si quería que le respondiera. Tras varios segundos esperando a que me respondiera, logré entender que estaba hablando de nosotros, lo de la otra noche. 

— A la mierda Derek, Stiles.

Le dije cortándole, y es que la vuelta de Derek no iba a impedir que estuviera con él, al menos no iba a impedir que le besara, pues todavía no tenía intención de que fuera mi pareja, solamente quería pasar buen tiempo con él. Me incliné para dejar un corto beso en sus labios ahora que no había nadie por los pasillos, pero de nuevo fue interrumpido por la misma persona de siempre. 

— Me ha dicho que no le hable, y también he descubierto que no sé nada sobre las tías, son todas unas paranoicas. 

Scott se acercaba cada vez más rápido hacia nosotros mientras que yo me dedicaba a fulminarlo con la mirada por lo que había interrumpido de nuevo, ni siquiera encerrados en casa estábamos los dos completamente solos.

— Entonces vamos a robarle el maldito colgante. 

Todos nosotros nos dispersamos, y es que en menos de media hora los chicos tenían que jugar uno de los partidos de Lacrosse más importantes de toda la temporada, y sería el primero que iba a jugar el número veinticuatro. 

— ¿Dónde está Stilinski? Es su primer partido de Lacrosse. 

Me preguntó el entrenador, acercándose a las gradas mientras veía cómo Scott se acercaba al campo en el que iban a jugar. Ni siquiera sabía dónde se suponía que estaba, tenía que estar aquí en diez minutos o no jugaría el partido. 

— No lo sé.

Respondí, intentando llamarle para que viniera lo más rápido que pudiera, pero no estaba cogiéndome el teléfono, y eso podía ser verdaderamente malo sabiendo que había un alfa por ahí perdido. Sin embargo, cuando quise fijarme en Scott, ya estaba siendo acosado por Jackson. 

— Yo no puedo hacerlo, tiene que ser un alfa. Además hay cazadores, una familia entera. 

Espero que no esté contándole nada sobre nosotros, aunque en el fondo, tenía demasiado claro que sí lo estaba haciendo. Ya estaba arruinándolo todo de nuevo, no podía estar callado ni un solo minuto. 

— ¿Cazadores? Te estás quedando conmigo, ¿Ellos?, oh Dios, tiene sentido. Allison Argent, tanto tiempo con ella y no te lo has preguntado, su nombre, ¿Qué significa Argent en Francés? Plata, tienes setenta y dos horas. 

Jackson miró a los Argent como si de un partido de tenis se tratara y quisiera averiguar dónde estaba la pelota. Sin duda ese chico era demasiado listo, y estaba ansioso por ser uno de los protagonistas en el pueblo. 

El partido estaba a punto de empezar, y el Sheriff Stilinski estaba sentado en las gradas, pero su hijo seguía sin aparecer, debería estar aquí ya, estoy demasiado nerviosa. Esperaba que no le hubiera pasado nada, tenía que ir a buscarle, no podía dejarle solo en esto, espero que no le hubiera pasado nada grave. 

— Sarah, ¿Dónde está mi hijo?


Another Hale | Stiles S.Where stories live. Discover now