➵ 15 (Te merece).

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Isaac.

— ¿Podemos irnos ya? 

Pregunté, interrumpiendo el casi beso de Sarah y Stiles, en mi cara no iban a hacerlo, eso lo tenía demasiado claro. A mis espaldas, podían intentarlo, pero estaba claro que yo no iba a permitir nada de eso. 

— Sí.

Terminó diciendo Sarah, girando la cabeza para poder mirarme mejor de una forma un tanto enfadada, al igual que él lo estaba haciendo.  Lo único que quería era ir a casa de los Hale a descansar, y ya de paso aprovechar para entablar algún tipo de conversación con ella, las mismas que he evitado durante meses. 

En el coche de Derek, estábamos los tres en silencio, como si tuviéramos miedo de cagarla, por alguna razón, o puede que necesitáramos que nuestra mente descansara de lo que acababa de ocurrir. Ahora que mi padre había sido asesinado por un bicho tan grande como dos personas unidas, no tenía otro sitio donde vivir. 

Cuando llegamos, me metí en la ducha para disfrutar del agua caliente durante varios minutos, quizá más de diez y tras eso me puse la parte del pantalón del pijama, pero no me puse la camiseta, ya que dormía de esa manera. Cuando quise darme cuenta, alguien había tocado la puerta del baño y no tardé demasiado en abrirla.

— He... He venido a ver si estabas bien.

Sarah tartamudeó, y eso era demasiado extraño pues nunca la había escuchado hacer algo así, sus ojos comenzaron a volverse amarillos, después de color marrón y viceversa de forma demasiado rápida. Pude cogerla antes de que cayera desmayada al suelo, pero estaba demasiado confuso. 

— ¡Derek!

Grité, no sabía lo que estaba ocurriendo, era prácticamente nuevo en todo esto, apenas había estudiado qué era lo que le ocurrían a los hombres lobo con ciertas cosas; solamente me limité a mantenerla hasta que él llegara.

— ¿Qué ha pasado?

Preguntó, incluso antes de que hubiera subido las escaleras por completo, mas cuando llegó, su mirada se centró en la que era su hermana, o su prima, de eso tampoco tenía nada demasiado claro. 

— No... No lo sé... Yo, simplemente sus ojos parpadeaban y se desmayó.

Respondí, apenas me salían las palabras, parecía incluso que estaba mintiendo por no saber explicarle lo que acababa de ocurrir, pero él no tuvo que pensar demasiado, o al menos no estaba sorprendido. 

— Alguien la está usando como fuente de energía.

Me quitó a Sarah de los brazos, y la llevó directamente a su cama para que descansara, supuse que eso sería lo que necesitaría, según él, por la mañana estaría despierta. 

(...)

— ¿Isaac? Han retirado los cargos.

Me preguntó Stiles, sacándome de mis pensamientos, logrando que llegara a mirarle con la ceja alzada, normalmente no solía hablarme, por lo que me pareció demasiado sorprendente. Sin embargo, mi sonrisa se ensanchó al escuchar sus palabras; menos mal.

— ¡Joder!

Gritó Sarah, la cual no me dejó solamente casi sin tímpano, sino que saltó a mis brazos para darme un abrazo demasiado fuerte. Yo no quería soltarla, pero lamentablemente tuve que hacerlo, pues se giró para mirar a Stiles. 

Cuando quisimos darnos cuenta, la chica más siniestra de nuestra clase, Erica, se estaba montando en el coche negro de Derek Hale, esa chica que hacía varias horas había tenido un ataque epiléptico al escalar una pared en educación física. Estaba distinta, estaba vestida de una manera distinta, el pelo lo tenía peinado, no tenía granos; no tenía miedo. 

— Me lo temía, está haciendo su manada, primero Jackson, Isaac y después Erica, ¿Quién será después?

Sarah frunció el ceño tras sus palabras, mirando a su primo con los brazos cruzados, como si cuando fuera a casa iba a pedirle demasiadas explicaciones de lo que estaba sucediendo en este momento.

— Espera, ¿Jackson también es un hombre lobo?

La voz de Stiles resaltó entre todas las demás, y era bastante obvio pues sus gestos exagerados también lo estaban haciendo. Sus ojos parecían querer salirse de sus órbitas, y sus brazos se movían por encima de su cabeza.

— No, su cuerpo lo combate. 

Respondió, mirando todos nosotros como arrancaba el coche y desaparecía de nuestro campo de visión con una sonrisa ladina, victorioso, como si algo hubiera ganado, pero todavía no sabíamos el qué.

— Vamos, tenemos la pista de hielo para nosotros solos. 

Habló Scott, haciéndole un gesto con la cabeza a Stiles para que arrancara el coche mientras él lo hacía con su moto. Isaac, Lydia y yo nos montamos en el Jeep con el conductor, Allison iba con su novio en la moto. 

Tras varios minutos conduciendo, nos bajamos todos del coche, y Stiles abrió la puerta con las llaves, sí que parecía que la pista estaba vacía para nosotros solos, no quiero saber cómo lo ha conseguido. 

Cuando entramos, todos nos abrigamos bien para no quemarnos con el hielo de la pista, también nos pusimos los patines, antes de comenzar a patinar cada pareja por nuestro lado; Allison enseñaba a patinar a Scott, yo me reía junto a Sarah, hasta que pude comprobar que algo no le gustó. Lydia comenzó a gritar desconsoladamente contra el hielo de la pista, realmente no sé por qué lo hacía, pero me dolían demasiado los oídos; corrimos hacia ella tan rápido como pudimos, sin embargo Stiles se adelantó, abrazándola por la espalda. 

Vi como la cara de Sarah pasaba de asombro a tristeza, ella solo se fue corriendo al baño, y yo no tardé demasiado en seguirla sabiendo qué era lo que ocurría. 

— No te merece.

Dejé claro, entrando al baño de las chicas al ver cómo estaba refrescándose la cara en el lavabo, pero no estaba llorando, solamente estaba muy agitada, como enfadada; decepcionada por lo que acababa de ocurrir. 

— Entonces, ¿Quién me merece?

Se giró, con los labios entreabiertos, esperando una respuesta por mi parte, la cual estaba a punto de llegar, pero no sabía cómo soltarlo.

— Yo.

Another Hale | Stiles S.Where stories live. Discover now