➵ 25 (Los amigos).

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Aparecí en una calle oscura, no comprendía por qué me encontraba allí, con tan poca ropa, sintiendo un enorme frío en el cuerpo, apenas llevaba la bata que me prestaron en el hospital: también estaba con un chico que no conocía, el cual se acercaba a mí. Quería huir, pero estaba demasiado débil como para hacerlo. 

— No te fíes de ella, no te fíes de Allison Argent. Ahora que me has escuchado, tengo que irme, estás a punto de despertar. 

Decía con la voz ronca, apenas podía escucharle con claridad, sobre todo, si se estaba dando la vuelta para poder marcharse. Aunque si solamente era un sueño, entendía por qué podría conocer a nuestra amiga, mas, lo que me intrigaba era, quién era él.  

— No. Espera, ¿Quién eres?

— Me llamo Theo.


Abría los ojos lentamente, la luz me los dañaba, parecía como si llevara durmiendo varios días seguidos., y puede que realmente, así fuera. En este momento, no me impresionaba casi nada, al menos, no después de ver un enorme lagarto con problemas homicidas. Espera, estaba en el hospital. 

— Por fin despiertas, llevas aquí una semana. 

Pude ver una sombra delante de mí, la cual, pude descifrar, tras eso, que se trataba de mi amigo Stiles. Estaba despeinado, y bastante sucio, como si llevara aquí bastantes días, como si no se hubiera movido siquiera del sillón. 

— ¿Llevas una semana aquí?

Pregunté, mientras él me dedicaba una sonrisa y yo intentaba incorporarme en la camilla, extrañada. Recuerdo que una vez me pregunté a mí misma si se quedaría un fin de semana en el hospital si a mí me pasara algo, como lo hizo con Lydia; acabo de descubrir que estaría una semana. 

— Sí, eso es lo que hacen los amigos, ¿No? Ah... Creo que tengo que ponerte al día. Bueno, Érica y Boyd han ido a buscar otra manada, supongo que Derek ya no es de fiar para ellos o... Necesitan otro tipo de protección. Isaac últimamente está más amable, supongo que será porque sois novios ahora, sí; Peter está aquí, Lydia le ayudó, aunque ella no sabía que lo estaba haciendo. Matt fue asesinado por Gerard, y es de locos, ahora es él quien está controlando la Kanima... Y eso es una putada porque... Jackson no se quiere perder el partido de hoy. 

— Entonces, vámonos. 

— No, tú no puedes venir, no te han dado el alta.... ¿Por qué tus ojos parpadean? Son como... Naranjas. 

Mientras hablaba, me dediqué a apartar las sábanas de mi cuerpo, comenzaba a tener algo de calor. Me quedé mirando un punto fijo, en los lunares que él tenía, esos tan bonitos que cubrían su rostro. 

Fruncí ligeramente el ceño, levantándome la bata que me prestó el hospital, comprobando que la herida que me hizo, desapareció. 

— Entonces, ya puedo irme.

(...)

— ¿Vienes a ayudar?

Escuché la voz de Scott en el banquillo, logrando ver por el rabillo del ojo que alguien se había sentado a su lado. Y es que, el partido ya había comenzado, mas estaba demasiado pendiente en ver cómo Stiles jugaba, lo estaba haciendo realmente bien. 

— He venido a ganar. 

La voz de Isaac sonó en mis oídos, girándome levemente antes de bajar varios peldaños y sentarme en el mismo banquillo, aprovechando que el entrenador no estaba prestándonos atención. 

— ¿Hay un plan? 

Pregunté, apartándome un mechón de mi cabello, colocándolo tras mi oreja, captando parte de la atención de Isaac.

— No, pero la idea sería que Jackson no matara a nadie esta noche. 

— Eso sería más fácil si tú jugaras, hay que hacer que el entrenador no tenga más remedio que sacarte. 

— Tiene el banquillo lleno de gente que puede sacar antes que a mí, ¿Puedes hacerlo sin mandar a nadie al hospital?

Le preguntó a Isaac, el cual se estaba poniendo el casco para salir a jugar, el cual, en menos de un minuto, ya estaba derribando a un chico de nuestro equipo, ignorando los gritos del entrenador. Después lo hizo con otro chico diferente, aunque finalmente, él fue el derribado por Jackson, haciendo que varios hombres le subieran a la camilla para llevárselo.

— Me toca jugar, ve con él.

Asentí, dirigiéndome al vestuario de los chicos, donde aquellas personas le habían llevado. Me tocó esquivar a varias personas que se encontraban cerca de las gradas, y otras muchas que se encontraban manoseándose en los pasillos del instituto. 

— ¿Sabes? Una vez me pregunté si tú matarías a alguien sólo para salvarme a mí, y acabo de descubrir, que darías tu vida sólo para salvarme; como lo hiciste la noche en la que Stiles iba a dispararme.

Me dijo, acercándose para poder abrazarme, y yo acomodaba mi rostro en su pecho, escuchando como alguien entraba para interrumpirnos, pero ignorándolo completamente. 

— Eh, alguien se ha cargado a Jackson. 

Another Hale | Stiles S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora