98. Alguien viene.

2.2K 100 24
                                    

Bajábamos las escaleras de los túneles Malia, Scott y yo, mientras que Stiles se quedaba cuidando de su padre intentando comprender qué era lo que le estaba pasando, si empeoraba o mejoraba. Estábamos buscando la última quimera fallida, la cual había atacado al señor Stilinski, y todos nosotros teníamos un mal presentimiento, algo iba a pasar mal, no estábamos siendo conscientes de lo que pasaba, teníamos que despertar.

— Puedes decirnos qué te está pasado, a parte de lo de Stiles. Puedes contar con nosotros. — Dijo Scott mientras iba detrás de Malia, y ella cada vez iba más rápido, para que dejara de hablar sobre el tema.

— Os ayudo a encontrar a ese chico y lo hago para salvar al padre de Stiles. No me pidas que hable.— Sabía perfectamente qué le sucedía a Malia, y de alguna manera yo también estaba involucrada en ello.

— No te lo pido, te lo estoy ofreciendo. — Volvió a insistir, de alguna manera ya no me fiaba de él, y no debería estar preguntando este tipo de cosas.— Estamos aquí, si quieres.

— Vale ya. — Terminé por decir, captando el olor de ese chico y fui detrás de él, esperando que los demás me estuvieran siguiendo.— Lo tengo, tengo su esencia.— Mi mirada se clavó en un rastro de sangre que se encontraba en la pared.— Es de Noah, ha estado aquí, creo que está cerca.

— Chicas, creo que ya hemos estado en túneles como estos, cuando buscamos a Liam y Hayden.— Dijo Scott, separándose un poco más de nosotras para asomarse por uno de los pasillos.— Estamos más cerca de lo que creemos, quizá hay algo más aquí, pero no lo hemos encontrado todavía. 

No me dio tiempo a reaccionar, y aquella última quimera estaba intentando atacar a Malia, no podía permitir aquello, tenía que ser su propia madre quien recuperara los poderes, no es chico que estaba a punto de morir.  Le agarré con toda mi fuerza de la camiseta, tirándole al suelo mientras levantaba mi puño. 

— Ya vienen. — Fruncí levemente el ceño, y aquél ruido chirriante me recordó a los días en los que estuve secuestrada. Sin duda venían, y no tuve más remedio que soltar a aquél chico al que quería desgarrarle el cuello con mis garras.

— Tú no vas a ninguna parte, dejaste al sheriff medio muerto y ahora está envenenado. Vas a empezar a recordar cada detalle ahora mismo. — Grité, no iba a dejar que se fuera tan fácilmente, necesitaba una solución ahora mismo.

— Lo llevaré al hospital. — Agarró Scott al chico, tirando de él hacia la salida mientras Malia y yo nos quedábamos en el sitio, esperando que aquel sonido se acercara un poco más a nosotras, teniéndolos justo frente a nosotras.

— Sarah, vamos a morir aquí. — Malia abrió la boca después de tanto tiempo, mientras yo negaba con la cabeza varias veces.

— No lo creo.

— ¿Cómo estás tan segura? — Preguntó, poniéndose en posición de ataque, mientras yo hacía exactamente lo mismo.

— No eres la única a la que he llamado. — Murmuré, escuchando varios pasos detrás de nosotros. Cora a mi derecha junto con Aiden, no iba a dejar que perdiéramos esa batalla, no iba a dejar que muriéramos a manos de aquellos doctores. Caroline, Peter y Derek a la derecha de Malia, pero no eran los únicos a los que había llamado. Me faltaba uno, uno que no veía desde hacía años, Jackson, Jackson Whittemore.

Caroline  manejaba algunas armas que tenía guardadas en la casa del bosque, estaba disparando a los doctores del pavor, pero ellos desviaban las balas con aquellos poderes tan extraños que solían tener. Jackson se dedicaba a abalanzarse contra ellos para atacarlos, pero como a las balas, también le esquivaba.

— ¡Corred! — Gritó mi padre, a estas alturas probablemente Stiles ya habría logrado llevar a la última quimera al hospital, por lo que inmediatamente hicimos caso. 

Lydia. 

( Un par de semanas después)

— No era sólo un símbolo, ¿Verdad? Era una promesa para reunificaros. — Me preguntó el doctor.

— Sí. — Respondí, ni siquiera sabía por qué me estaba preguntando aquello, pero de alguna manera pensé que sería necesario.

— Pero Scott ya lo ha hecho, va a venir a buscarte, ¿Verdad?  — Volvió a preguntarme, mientras ambos escuchábamos el sonido de la puerta del psiquiátrico abrirse. 

— Alguien viene, y no es Scott. 




Another Hale | Stiles S.Where stories live. Discover now