53. Todo esto es culpa tuya.

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Stiles.

No sabía como tomarme eso, ni siquiera sé si era ella de verdad, o era el nogitsune intentando despistarme.

Melissa volvió a taparle la boca, creo que si en realidad fuera ella entendería nuestra postura.

Me duele verla de esta manera.

El timbre sonó y la puerta se abrió dejándome ver a Peter. Nunca había visto su cara de preocupado hasta ahora.

-¿De quién ha sido la brillante idea?-Pregunté asomándome a la cocina donde estaban todos.

-Ha sido mía.-Dijo Caroline cruzándose de brazos y mirándome indiferente.

-¿Por qué?-Pregunté mientras todos venían de nuevo al salón.

-Porque es el único que sabe como ayudarla.-Respondió.

Yo miré a Peter todavía sin fiarme de él, ni siquiera sé si debo hacerlo. Atacó a su hija el día del baile y poco después la utilizó para volver a la vida. Sin contar que fue un asesino en masa.

-Genial.-Murmuré.

Peter se paseaba mirando a Sarah mientras yo no le quitaba la vista de encima.

-No te ofendas.-Le dijo a Sarah mientras se ponía de cuclillas.- Pero quiero que mi hija vuelva, ¿Entiendes? Y no me das miedo.-Agarró la mano de Scott e hizo un giro de muñeca para que sus garras salieran- Vamos a entrar en su cabeza.

-¿Qué plan tenemos?-Preguntó Deaton.

-Scott va a entrar en las profundidades de su cabeza, y tendrá que entrar en lo más profundo de su subconsciente, pero no puede hacerlo solo.-Dijo peter.

-¿A qué te refieres?-Preguntó Scott.

-Alguien tendrá que ir contigo.-Me miró.

-¿Qué?-Pregunté confuso.

-Puede que no me gustes.-Me miró paseándose a mi alrededor.- Pero tú eres el único que puede traerla de vuelta.

Esto me daba bastante miedo, Scott tendría que clavar sus garras en mi cuello y eso no estaba entre mis planes.

Me senté en el sofá junto a Sarah y agarré su mano con fuerza. Ni siquiera sabía si ahora era ella, pero lo hice.

-¿Qué hacemos si la encontramos?-Pregunté mientras peter guiaba la mano de Scott hacia mi cuello.

-Vais a tener que guiarla de alguna manera.-Contestó.

Sentí las garras de Scott romperme la piel y acto seguido cerrar los ojos.
Cuando llegué a abrirlos ya no estaba en el salón de la casa de Scott y se me había olvidado por completo cual era mi misión.

Estaba en el sótano de Eichen house.
Sarah y Jake miraban unas hojas en el sofá mugriento.
Jake subió su camiseta mientras sarah pasaba los dedos por su espalda.
Miró sus ojos, segundos después la besó, le dijo que quería intentar algo más y tiró su camiseta hacia el otro lado de la habitación.

-¿Qué pasa con Stiles?-Le preguntó Jake mientras besaba su cuello.

-Nunca me importó.-Le contestó quitándose el pantalón.- Te amo Jake.-Contestó besando su cuello.

Frunci el ceño pensando en la última frase que había dicho, ella nunca dice " Te amo", me contó algo sobre eso, lo cual me hace pensar que esto no era real y que el nogitsune intentaba engañarme.

Me dirigí como pude hacia la puerta del sótano, pero para mi desgracia, esta me llevó hacia una habitación totalmente blanca y solitaria.

Scott estaba mirándome. Corrí hacia él y vi que no despegaba la vista de enfrente. Estaba mirando a Sarah y al nogitsune jugar a un juego de mesa sentados en el Nemetón.

Scott y yo nos acercábamos a un paso apresurado hacia el Nemetón, pero cada paso que dábamos no lograbamos avanzar.

-¡Sarah!-La gritabamos Scott y yo, pero no parecía escucharnos.

-Sarah es parte de tu manada.- Le dije a Scott fatigado pues no parábamos de correr.

-¿Qué?-preguntó Scott confuso.

-Scott, tienes que traermela, traela conmigo por favor.-Le suplique.- Tienes que rugir.

Scott rugió pero ella seguía sin girar su cabeza.

-Creo que tú eres el único que puede.-Me dijo cruzándose de brazos.

-¿Cómo?-Pregunté.

-No tengo ni idea.-Respondió.

Di varios pasos hacia delante, rogando poder avanzar.

-No sé si te acordarás.- Hice una pequeña pausa recordándolo.- En el colegio, ¿Te acuerdas de nuestro primer beso? No fue en mí casa después de que creyeramos que Derek estaba muerto, fue en el colegio. - Estaba avanzando, lentamente pero lograba hacerlo.- Íbamos a clase juntos, siempre había estado enamorado de ti, una vez nos quedamos castigados en el recreo por mandarnos algunas notas en clase de lengua.- El nogitsune dejó de jugar al juego, mientras Sarah estaba mirándolo fijamente.- Fue ahí cuando te besé y pedí que fueras mi novia. Recuerdo que tú me odiabas porque empecé a salir con Heather días después, no es que no me gustaras, como tú crees.- Sarah hizo el intento de girar la cabeza.- Alguien me dijo que tú ya estabas saliendo con alguien más.- Sarah estaba mirándome confusa desde el Nemetón, estaba bastante cerca ahora.- Siempre había estado enamorado de ti, pero te fuiste y poco después apareció Lydia, ella era bastante guapa, y por algunos años tapó mis sentimientos hacia ti, aunque no logró destruirlos del todo.-Hice una pequeña mueca cogiendo su mano.- Pero cuando volviste, me descolocó de tal manera, que dejé de pensar en Lydia y volví a pensar en ti, porque una vez alguien me dijo que las personas están atadas con un hilo rojo, pueden haber pequeños nudos, pero siempre seguirían su camino, y tengo la certeza de que ese hilo es perfecto para nosotros.

Sarah me miró y tiró las fichas del tablero para después mirar con rabia al nogitsune.

El nogitsune gruño de alguna manera y mis ojos volvieron a abrirse encontrándome de nuevo en el sofá de la casa de Scott.

-¿Por qué no ha funcionado?-Pregunté mirando como sarah estaba prácticamente inconsciente.

Ella abrió los ojos rápidamente y dirigió sus manos hacia la cinta que tenía en la boca.

De su boca salían vendas, como las que cubrían al nogitsune.

Poco después de las vendas del suelo, empezó a salir una mano vendada, después una cabeza y acto seguido todo el cuerpo.

Me dirigí lentamente y empecé a quitar las vendas de su cara, pudiendo ver unos ojos marrones preciosos.

-¿Stiles?- Me preguntó con lágrimas en sus ojos.

-Dios mío.-Dije quitándole las demás vendas de su cuerpo.- Estas bien.-Murmuré.

-Sí.-Sonrió.

Miré hacia atrás pudiendo ver la puerta abierta, y Lydia y el nogitsune no estaban presentes.

-¿Donde están?-Preguntó Peter.

Todos nosotros negamos.

Alguien entró por la puerta velozmente y dirigió sus manos a mi cuello estampándome con la pared.

-Todo esto es culpa tuya.-Dijo Jake sin despegar sus manos.- Todo.

Uno de sus puños fue directo hacia mi cara.

-Jake...- Murmuró Sarah tirada en el suelo, a lo que él giró su cabeza para ver la cara demacrada de Sarah.- Por favor, no le hagas daño.

Jake soltó mi cuello y se dirigió a levantar a Sarah del suelo.

-Mierda.-murmuró Jake mientras la sentaba en el sofá.

-¿Qué pasa?-Preguntó Peter.

-Está muriendo.

Another Hale | Stiles S.Where stories live. Discover now