➵ 9 (Haz caso).

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— ¿Qué significa eso?

Preguntó con el ceño ligeramente fruncido. Por mi parte, creo que ya estaba demasiado claro, pero al parecer él no estaba entendiendo lo que estaba pasando por mi cabeza; y es que, sin duda me sentía atraída por él.

— Oh, dios mío, Stilinski.

Me quejé, acercándome y deslizando mi mano hasta su nuca, mientras él colocaba la suya en mi cintura, acercándome un poco más a él. Lentamente, me fui acercando lo suficiente como para juntar mis labios con los suyos, comenzando un suave pero sensual beso. Tras eso, me senté en la cómoda que se encontraba en su habitación, dejando que él me besara y mordiera el cuello. 

— Oye, oye, ¿Qué hacéis? Allison me ha dejado. 

Escuchamos una voz familiar detrás de la puerta, y en el fondo estaba rezando porque no fuera su padre, y es que, aún así la voz no se parecía ni un poco, por lo que lo agradecí. Me incliné hacia un lado para poder ver de qué se trataba, y era de Scott, con una botella de vodka en la mano. 

— ¿Te la has bebido entera?

Preguntó Stiles, sin centrarse demasiado en las palabras que había dicho su amigo cuando había entrado por la puerta, ni siquiera sé si le había molestado que nos interrumpiera. Sin embargo, era amigo suyo y parecía estar realmente deprimido. 

— Sí, pero no estoy borracho.

Señaló la botella vacía que estaba en sus manos. Yo también lo había intentado varias veces, sin embargo, no lo había conseguido, y es que, al ser hombre lobo, su cuerpo estaba luchando contra ello. 

— ¿Y por qué te ha dejado?

Cambié de tema lo más rápido que pude, estaba claro que ya se enteraría de que no funcionaba, además de que tampoco le iba a dañar el hígado. Solamente se gastaría catorce dólares en una botella que sabría mal, y no haría ningún efecto en su cuerpo. 

— Porque piensa que le oculto cosas.

Eso no era del todo mentira, por lo que no dije nada y dejé que Stiles le bajara al salón, posiblemente para profundizar más en el tema. En situaciones como esta, le pegaría, y es que por fin habíamos conseguido besarnos y había aparecido de la nada jodiendo nuestro momento, se la voy a devolver; aunque creo que nosotros lo hicimos primero con Allison y él. 

Yo, sin embargo, me puse la camiseta de Stiles como pijama y me fui a dormir, sin tardar demasiado en quedarme dormida, estaba demasiado cansada y saturada con lo que había pasado esa noche. 

Y, aunque yo no tardara en dormirme, Stiles tampoco tardó demasiado en despertarme, y es que ya habían pasado tres horas desde que había cerrado los ojos, habíamos llegado un poco tarde a casa. 

— Vamos, levanta, vamos a llegar tarde. Me he tomado la molestia de ir a tu casa a por algo de ropa. 

Me gritaba Stiles, haciendo que yo gruñera y me revolviera en la cama sin querer salir de ella, se me había olvidado que teníamos que ir al instituto la mañana siguiente. No sé cómo hacen ellos para dormir tan poco y levantarse con energía. 

Fruncí ligeramente el ceño en cuanto le vi con una maleta que no era mía, pero al menos, esperaba que lo que hubiera dentro sí que lo fuera, pues no tenía más ropa en este momento. 

Seguidamente bajo las escaleras y fue a desayunar, dejándome sola para que me pudiera cambiar, sin decirle nada al respecto, en el fondo sabía que era mi obligación asistir a clase.

Me quedé varios minutos sentada en la cama asimilando lo de anoche y después fui a ducharme, dándome cuenta de que había tardado más de lo debido cuando me iba a poner la camiseta, y Stiles apareció por la puerta. 

— Lo... Lo siento.

Se disculpó, dándose la vuelta lo más rápido que pudo para poder salir por la puerta. No me molestaba que sin querer me hubiera visto, al menos no se había quedado mirándome de esa manera tan sucia como otros de los chicos que había conocido. 

— Stiles.

Le agarré de la muñeca para que no se alejara demasiado, claramente no sin antes colocarme bien la camiseta para que no se me saliera ningún pecho. Me acerqué para dejar un pequeño beso en la comisura de sus labios.

(...)

La mañana transcurrió realmente bien, aunque todavía seguía sin asimilar lo de mi hermano, que estaba muerto y que en este momento, aquí no me quedaba nadie.  Mas, por la noche, Stiles y yo fuimos a la casa de Scott para ayudarle a que se controlara en la luna llena, pues Derek no podía estar en ese momento con nosotros. 

Las luces de su habitación estaban apagadas, así que las encendimos pudiendo ver como el dueño de la casa estaba en el sillón sentado; daba bastante miedo, ni siquiera sé cómo no grité. 

— Stiles vete.

Terminé por decirle, tenía la cara de un asesino en serie y probablemente tuviera la sensación d querer matarle en este preciso momento. Tenía que irse lo más rápido que podía, yo intentaría apañármelas con él. 

— Eso, haz caso a tu novia.

Scott se levantó, riéndose ante el propio comentario que había salido de su boca. Ni era la novia de Stiles, y tampoco tenía por qué hacerme caso en todo lo que le dijera, solamente nos habíamos besado una vez. 

— En realidad,  no me voy a ir a ninguna parte.

Stiles cogió una especie de cadenas que le habíamos traído para sujetarle, creo que no quería saber por qué tenía eso en su casa. Sin demorarse demasiado, se las colocó a su amigo, encadenándole al calefactor. 

— ¿Que coño haces?

Gritó Scott. Estaba claro que lo que buscábamos era protegerle de sí mismo, por lo que no contestamos a sus provocaciones. Por otro lado, Stiles sonreía victorioso como si hubiera ganado un millón de euros. 

— Me voy al pasillo. 

Stiles pasó por la puerta, creo que en este momento sabía que su amigo estaba a punto de comenzar a decir cosas que no pensaba, o que sí lo hacía, pero se estaban magnificando demasiado. 

— Me alegro de que Derek esté muerto, me alegro de que estés sola ahora mismo, y también me alegro de que a Stiles le guste Lydia y no tú.

Por dios, que alguien le pusiera esparadrapo a ese hombre en la boca, estaba empezando a molestarme. Le gruñí, dándome la vuelta para poder irme a buscar a Stiles, con intención de que me diera algo para impedir que su amigo hablara demasiado. Sus palabras me habían hecho daño, pero tampoco podía reprochárselo, a mí me había pasado varias veces, cuando no tenía un ancla. Aún así, cuando pude darme cuenta, había dejado de gritar. 

— Scott, ¿Estás bien? 

Another Hale | Stiles S.Where stories live. Discover now