➵ 17 (Kanima).

8.5K 533 46
                                    


— Siento mucho lo del otro día, lo intento, saldremos de esta, y lo sé porque te quiero.

Stiles iba hablando con su mejor amigo por el pasillo con los libros ambos en uno de sus brazos, ni siquiera me interesaba lo que le estaba contando, quizá sí que tuviera atracción por los hombres, pero eso no era cosa mía. En cuanto me vieron aparecer, Stiles le hizo un gesto para que se fuera a clase, y él no tardó en obedecer. 

— No me importa Stiles.

Terminé diciéndole, y es que me miraba de una forma un tanto extraña, creo que se pensaba que había estado cotilleando la conversación que habían tenido los dos, pero nada más lejos de la realidad. 

— ¿Sabes lo que se siente para dejar ir a alguien que realmente quieres solo para que sea feliz?

Me preguntó, acercándose a mi con demasiado ímpetu, algo que logró que me le quedara mirando con una ceja alzada. Quizá sí que lo sabía, pero no tenía intención de ponerme a confesar nada ahora mismo. 

— ¿Me estás hablando de Lydia?

Pregunté, de nuevo, y es que me había sonado una voz demasiado borde, como si estuviera celosa o me hubiera levantado con el pie izquierdo. Sin duda, se notaba que no me había gustado para nada la pregunta. 

— Isaac, eres feliz con él.

Había dejado de entender lo que me estaba contando hacía demasiado tiempo, creo que necesito un manual para principiantes de cómo comprender al chico que me gusta, lo estoy necesitando ahora. 

— Eso es mentira, aquí el que está feliz con otra persona, eres tú. 

Me crucé de brazos, parecía incluso que le estaba reprochando y fuera una discusión de pareja, desde lejos, al menos lo estaba pareciendo, pues nuestros compañeros del instituto no hacían más que mirarnos.

— Mentira.

Terminó diciendo, deslizando su mano por mi cintura, atrayéndome hacia él con esa misma mano, y con la otra, me retiró el pelo de la cara y lentamente sus labios se juntaron con los míos.

Sin embargo, alguien cortó nuestro momento, cogiéndole del hombro, y tirando hacia atrás de él para chocarle contra las taquillas.

— ¡Isaac!

(...)


— ¿Dónde está Stilinski? ¡Tú! ¿Sabes jugar?

Preguntó el entrenador, ya que ahora mismo nos encontrábamos en el partido de Lacrosse que iba a suceder esta noche. Y es que, el equipo contrario estaba lesionando a todos nuestros jugadores, y ahora mismo estábamos escasos.  Seguramente  estaba haciendo de las suyas, no es la primera vez que falta a un partido de lacrosse cuando se le necesita.

— Boyd, di que no. 

Le susurré, para que nadie más pudiera escucharnos y que la conversación se centrara entre nosotros dos. Estaba esperando a que hiciera caso a mi advertencia, pero no parecía que quisiera hacerlo; este tío es gilipollas. 

— Sí. 

Apreté con fuerza la mandíbula, esperaba que no hiciera ninguna trastada hasta que estuviera a punto de acabar el partido. Llevaba poco en el campo, pero le faltó poco para derribar al más grande del equipo contrario, ni siquiera me quedé a verlo, pues Érica me estaba llamando desde las gradas para que fuera tras ella.

Supuse que algo estaba pasando, por lo que, dejé que Boyd se las apañara como pudiera, y las bajé lo más rápido que pude para dirigirme hacia donde me llevaba; la piscina. 

— ¿Qué es lo que viste en en taller?

Cuando quise entrar, Derek estaba preguntándole a Stiles sobre el suceso de la noche anterior, no entendía que era lo que hacían en ese lugar, por lo que simplemente me dediqué a escuchar sus palabras. 

— Pues varias infracciones muy graves que estoy considerando ir a denunciar al medio ambiente. La cosa era bastante escurridiza, la piel oscura, como con manchas y... Creo que tenía escamas, los ojos eran amarillos y rasgados, tiene dientes y también, también tiene cola. ¿Lo habéis visto? Se os ha quedado la cara como si supierais de qué hablo.

Terminó diciendo Stiles, por lo visto siendo ignorado por las otras dos personas, las cuales miraban hacia arriba, asustados los dos. Hice lo mismo, logrando comprobar que la cosa de la que hablábamos estaba justo ahí arriba. 

Él hizo lo mismo, mas no le dio demasiado tiempo a reaccionar, pues bajó para poder derribarnos a Erica y a mí, haciéndome un pequeño corte en el cuerpo que logró que se paralizara, haciendo lo mismo lo mismo con mi primo. Stiles le cogió para que no cayera al suelo. 

— Llama a Scott.

Le dije desde el suelo, ya que era la única persona que en ese momento no estaba paralizado, él iba a hacerlo, pero su móvil cayó, y Derek, él también cayó, pero a la piscina. Stiles fue a rescatarle dejando el móvil en el suelo y la cosa se acercó al agua, mirándola desde lejos, como si le tuviera miedo, o como si no supiera nadar. 

— Soy el que te está ayudando.

Dijo Stiles, al ver cómo Derek se limitaba a gruñir, pues en el fondo sabía que puede que se estuviera pensando eso de soltarlo por varios segundos para dirigirse hacia el teléfono móvil.

— Sí, y cuando la parálisis desaparezca quien luchará contra eso, ¿Tú o yo?

Terminó soltándole, como los dos nos temíamos, nadando hasta llegar a su móvil mientras Derek se sumergía en el agua. Intentó llamar a Scott, el cual terminó colgándole y no tuvo otra opción que sumergirse a por él, intentando llevarle hasta algún lado sin sujetarse, aunque ambos se hundieron. 

Tuve que esperar varios segundos a que mi parálisis se esfumara por completo, y me tiré directa a por Derek, dejando que Stiles nadara hacia arriba por no tener la carga que mi primo le estaba dando. 

Cuando logré sacarlos, fue cuando Scott terminó apareciendo, rugiendo a la cosa escamosa, la cual se abalanzó sobre él, tirándole contra un espejo. Mas él, fue demasiado rápido, cogió uno de los cristales; lo iba a usar como arma, pero el reptil se vio reflejado y huyó rápidamente.

— Derek, tenemos que trabajar juntos, y tal vez con los Argent.


Another Hale | Stiles S.Where stories live. Discover now