➵ 37 (No respira).

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Nos enfrentábamos a una tormenta terrible, a pesar de que en las noticias de esta mañana avisaban sobre calma y tranquilidad, ambiente soleado incluso; podríamos decir que todo ello venía derivado por una única cosa: El Darach. 

Mientras tanto, Cora fue golpeada en la cabeza con una pesa por culpa de Aiden, su cuerpo por el momento seguía inconsciente, descansando en el hospital desde hace varios días, el cual evacuarían por el temporal. Los árboles rompían los cristales de las ventanas, instalándose en las salas como si se tratase de su lugar habitual, las luces parpadeaban y la señal eléctrica dejó de funcionar, el pánico llegaba y la gente enloquecía según transcurrían los minutos. 

— ¿Alguien va a decirme cuándo van a sacar a mi sobrina de aquí?

Gritaba Peter en un gesto casi desesperado y furioso. Sin embargo, la respuesta llegó a manos de aquella por quien pedía, siendo Cora quien abriese sus ojos en un impulso por sacar la cabeza de la camilla y vomitar una especie de líquido negro junto con muérdago. 

Mi nariz se arrugó por completo, a pesar de que mi ceja se mantenía alzada con asombro, y mis oídos alerta debido al ruido que acababa de escuchar al otro lado del pasillo, acercándome para comprobar una estampa completamente desierta. Y la cual, fue irreal pues los gemelos terminaron por empujarme contra la pared, ambos convertidos en uno solo para volverse casi invencibles, haciendo lo mismo con Peter detrás de mí.

Dolía, por supuesto que lo hacía, no siempre era agradable sentir cómo tu cuerpo chocaba contra una superficie dura y rígida; quizá ellos deberían sentirlo justo en este momento. Aún así, mis pensamientos fueron interrumpidos por el ascensor que subía, llevando consigo a Scott, Stiles, Derek y la profesora Blake. ¿Qué demonios estaban haciendo con ella?

Mi primo inmediatamente se dirigió hacia Ethan y Aiden, mas fueron ellos quienes le derribaron. Tras él; Scott, pero también fue embestido contra la pared, mientras las uñas de éstos se clavaban en la piel de su cuello. 

— Sólo la queremos a ella.

Hablaron a la vez, refiriéndose al Darach. Mis ojos terminaron rodando de forma inconsciente, pues de alguna manera librarnos de aquella mujer sería lo más beneficioso para nosotros en este momento.

— Es toda vuestra.

Dije secamente.

— No; la necesitamos para salvar a Cora.

Rápido me corrigió Derek, mientras que Blake escapaba libremente hacia el ascensor aprovechando la discusión entre todos nosotros. No tardé demasiado en recomponerme, crujiendo mi espalda con mis propios nudillos antes de dirigir mis piernas en busca de aquella que nos había engañado por tanto tiempo. Los gemelos nos pisaban los talones, pero buscamos una solución en la que Peter bajaría a Cora al estacionamiento, y esperarían en él hasta que dentro de diez minutos una ambulancia llegaría a recogerla. 

— ¡No te pares!

Gritó mi primo a Stiles. Pero este no le hizo caso, sus piernas frenaron en seco esperando a que ambos apareciesen por la puerta, dándoles con un bate de madera en la cabeza, que poco después acabó rompiéndose debido al endurecimiento de la zona. Scott ayudó en la faena con una lampara de techo, tirándosela y dejándoles inconscientes; el Karma llegaba el día de hoy demasiado tarde. 

Poco después llegamos a la habitación.

— ¿Dónde está el gigante?

Preguntó mi padre.

— Está cerca.

Añadí por mi cuenta, encogiéndome de hombros sin darle demasiada importancia al asunto, lo único que necesitábamos aquel momento era darnos la mayor prisa posible, y salir del hospital lo más sanos posibles.

Another Hale | Stiles S.Kde žijí příběhy. Začni objevovat