67. No puedes salvarme siempre.

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Jake.

Sarah necesita saber la verdad de todo esto, o no creo que pueda aguantar mucho más con el secreto.

Tengo miedo de lo que pueda pensar acerca de mí, pero yo vine aquí por culpa de alguien, aunque no creo que sea adecuado decir su nombre. Solo diré que le fallé, no completé mi misión, ahora solo espero que no quieran aniquilarme. Ha pasado un año desde que estoy aquí, he ganado enemigos, amigos y he perdido a gente por culpa de esto, pero aun así he decidido quedarme.

Iba a largarme y a dejarles solos con esto la noche en la que matamos al nogitsune, pero me quedé aquí por una razón, Sarah había desaparecido.

¿Queréis saber más sobre eso? Ahora no es buen momento para contarlo, ni tampoco es buen momento hablar sobre mi pasado.

-Aguanta, ya casi estamos llegando.-Dije mientras sostenía a Sarah, y con la otra mano abría la puerta del departamento de Derek. Ella cada vez estaba más pálida, tenía ojeras y sus labios comenzaban a volverse rojos por la sangre que llegaba a expulsar de la boca. No había nadie en casa, lo cual esto sería realmente difícil para mí si no quería que ella muriera. No sé quien era el culpable de esto, pero estoy seguro de que no ha sido una persona al azar, han ido a por ella, también pueden venir a por mí.

-Jake.-Intentó decir Sarah, pero yo impedí que me dijera algo más, pues negué advirtiéndola. Llevé su cuerpo hasta la mesa que estaba en mitad del departamento, era grande, no parecía que su fin definitivo fuera comer en ella. La tumbé en ella boca arriba mientras que de sus ojos salía alguna lagrima.

-Esto va a doler.- Advertí para después romper sus pantalones con las manos y tirarlos hacia el otro lado de la habitación. Ella me miró confusa, pero debería seguir con lo mío si no quería que ella muriera.- El cuchillo estaba untado en acónito, no sé la especie que es, así que voy a tener que quemarlo.- Dije sacando un mechero de mi bolsillo. No solía fumar, o tal vez lo hacía cuando estaba lo suficiente nervioso. El humo en mis pulmones hacía que llegara a relajarme.

-Gracias.- Murmuró. Con la poca fuerza que le quedaba, llevó su brazo cerca del mío y entrelazó por unos segundos nuestras manos. Sonreí nervioso, pues no sabía si llegaría a hacerlo bien y acerqué mis labios a su frente, deposité un corto beso para después coger el soplete que estaba encima de la mesa, el calor que desprendía hacía saber que alguien lo había estado usando hace algunos minutos.

-Todavía no sé si funcionará.- Dije tristemente mientras ella sonreía y negaba levemente, parecía no tener miedo de lo que estaba pasando, no parecía tenerle miedo a la muerte.

-Está bien, Jake.-Murmuró. Recuerdo eso, recuerdo como Allison murió entre los brazos de Scott, y ella se limitaba a decir que estaba bien, que era perfecto. Pero Scott no lo estaba, él quedó devastado y por más que le dijera que murió en los brazos de su primer amor, él quedó con un vacío enorme, un vacío que no será capaz de llenar nadie. Y tengo miedo de eso, tengo miedo de que ella diga que está bien cuando está a punto de morir, tengo miedo de quedarme sin ella.- No puedes salvarme siempre.

- Pero voy a intentarlo, ¿Entiendes?- Dije apretando mi mandíbula y señalándola con el dedo.-Cállate y déjame salvarte la vida.- Fue lo ultimo que dije antes de usar el soplete en llamas. Con una mano agarré la suya mientras que con la otra me limitaba a acercarlo más a la herida infectada. Sus ojos se volvieron de color naranja y dio un terrible grito.

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Llevaba varios minutos esperando a que despertara, el calor hizo que perdiera el conocimiento.

-¿A dónde vas?- Pregunté con el ceño fruncido al verla andar hacia las escaleras, ella simplemente se limitaba a darme una sonrisa y a seguir subiendo.

-Tengo que darme una ducha.- Dijo enseñándome la parte negra del muslo por haber estado en contacto con el fuego. La herida había desaparecido, y yo la había salvado la vida.

-Bien, voy contigo.-Dije cruzándome de brazos y subiendo las escaleras, no iba a dejar que ella subiera sola al piso de arriba. Si alguien había intentado matarla, posiblemente habría más de ellos, conozco muy bien ese tema.

-¿También vas a meterte conmigo en la bañera?- Preguntó alzando una ceja al ver que ya casi estaba dentro del baño, ni siquiera me había dado cuenta. Negué avergonzado mientras me dirigía a sentarme en el borde de su cama.

Se introdujo dentro del baño y cerró su puerta para después poner la canción de "Shameless" una canción de uno de sus cantantes favoritos, "The Weeknd". Definitivamente cuando ponía ese tipo de canciones hacía que tuviera ganas de besarla, las canciones me tentaban a ello.

Decía algo así como "Por eso siempre me llamas, porque tienes miedo a que te amen. Pero siempre estaré ahí para ti".

Sin pensarlo dos veces mi mano ya estaba girando el pomo de la puerta y mis pies ya estaban dentro del pequeño baño. Sarah estaba de espaldas, solo tenía su ropa interior de encaje de color negro, tenía el pelo recogido, dejaba ver sus hombros.

- ¿Jake, qué...?- Intentó decir dándose la vuelta y tapando sus pechos con los brazos, pero me acerqué a ella con decisión y con una de mis manos cubrí su cuello para después poder juntar nuestros labios, los cuales hace demasiado tiempo que no estaban unidos. Ella no pareció negarse ante mi acto, pues siguió el beso hambriento y desesperado.

Mis manos viajaron por su cintura hasta llegar hasta sus muslos, e inmediatamente la senté en la encimera del baño. Sus manos jugaban con mi pelo mientras yo me dedicaba a jugar con mi lengua por su cuello y dar pequeños mordiscos para hacerla estremecer. Cerró los ojos al sentir la textura de mis labios viajar por sus hombros. Mis manos fueron directas a la parte baja de su espalda para atraerla más a mí, cosa que hizo que diera un pequeño gemido.

Agarré de nuevo sus muslos mientras ella enredaba sus piernas en mi cadera para que pudiera llevarla hacia la cama. La tiré delicadamente mientras me posicionaba encima de ella. Desabroché con torpeza su sujetador para después tirarlo hacia el otro lado de la habitación. Deslizó mis boxers color rojo por mis piernas para tirarlos detrás de la cama, al igual que lo hice yo con lo que sobraba de su ropa interior. Ella clavó sus uñas en mis hombros al sentir como entraba dentro de ella.

Siempre había tenido chicas con las que jugar, con las que pasar un buen rato. Pero ella no era una más, era diferente, yo realmente quería estar con ella.

De: Stiles Stilinski.

Te dije que no la perdieras de vista.

¿Estás con ella?

Para : Stiles Stilinski.

¿Por qué?

De : Stiles Stilinski.

Oye, no evites mis preguntas, estamos en el mismo bando.

Por cierto, hay una lista negra, estás en ella.

Another Hale | Stiles S.Where stories live. Discover now