Encadenados (Malec Mpreg)

19. De vuelta al mundo

Alec y Magnus recibieron ropa nueva para salir de la Clínica. Magnus demoró un poco más porque lo detuvieron para darle medicamentos, explicarle posibles síntomas -no había nada seguro porque era el primer embarazo masculino y cualquier cosa, buena o mala, podía suceder-, y agendar su primera cita, además de proporcionarle un número para llamar en caso de cualquier emergencia.

Y presentarle a la doctora a cargo de él. Era una mujer muy agradable, su nombre era Etta, había acariciado el vientre todavía plano de Magnus y le había dado su número privado también, "Para cualquier cosa que necesites. Eres mi prioridad en estos momentos. A cualquier hora puedes llamarme, Magnus".

Magnus incluso había sonreído un poco. Después de Cat y Ragnor, él no se había sentido querido o apreciado ni un poco. Ojalá Alec lo quisiera, aunque fuera un poco, en los meses siguientes.

—¿Por qué tardas tanto? _había gruñido Alec cuando por fin salió, tomándolo del brazo y llevándolo consigo.

Magnus se había ilusionado un momento cuando lo vio extender su mano, pensando que tomaría la suya. Que podían ser como algunos encadenados que él había visto salir no amorosos pero sí sonrientes.

Pero no, Magnus sintió un tirón cuando Alec jaló de él y lo llevo hasta la acera rápidamente, tratando de no ser visto por nadie. ¿Y qué pretendía, esconderlo durante nueve meses? ¡Nadie tenía por qué juzgarlos, esta no había sido su decisión, estaban encadenados!

—Llamé a Izzy mientras te esperaba —dijo Alec, mirando ansioso, moviendo uno de sus pies desesperado—, pero no llega, tomaremos el metro. Camina a mi lado.

Magnus empezó a sentir una oleada de pánico y náuseas. No. Él no quería viajar entre tanta gente, empujones, apretones, gritos. Sentía que se asfixiaba de sólo pensarlo. Nunca le habían gustado las multitudes así, y ahora, pensando en sus hijos, no iba a arriesgarse.

—No —lo dijo en voz alta, provocando que Alec, que ya lo había soltado, se detuviera unos metros adelante.