21. ¡Magnus!

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Ahí, en un flamante auto azul, estaba una sonriente Catarina saludando, agitando su mano hacia ellos. Ignorando el hecho de que estaban separados entre ellos.

Magnus se levantó con una sonrisa y avanzó, como atraído por la presencia de su amiga, sin ver por donde iba.

—¡Magnus! —fueron tres gritos. Catarina que supo que no podría salir del auto a tiempo. Etta que había salido de la clínica para ver a Magnus irse y, al verlo discutir con su encadenado, decidió llamar a su contacto de emergencia. Y Alec...

...Alec que sí corrió a tiempo de atraer a Magnus hacia sus brazos justo cuando la bicicleta pasaba. No iba tan rápido, pero cualquier golpe en su estado era peligroso.

Él no lo quería, no quería a Magnus, y no sabía cómo sentirse sobre sus hijos, pero no por eso quería sólo que se hicieran daño.

Los brazos de Alec envolviéndolo sacaron a Magnus de su ensoñación feliz por haber visto a Cat, a alguien que sabía que sí le importaba y lo quería. Se abrazó a Alec, llevando una de sus manos a su vientre. Asustado por haber puesto en peligro a sus hijos por una distracción.

—¿Por qué no te fijas? —le gritó Alec, todavía asustado por haber visto a Magnus casi chocar con la bicicleta.

_No le hables así, está asustado y no ayuda que le griten. Debe estar tranquilo durante el embarazo —dijo una suave voz, mientras le quitaba a Magnus y empezaba a palparlo, su rostro, sus hombros, su vientre... Magnus pareció relajarse ante el toque y la vista de la doctora y luego empezó a llorar.

—J-juro que no me fije, y-yo n-no quiero hacerles daño.

Catarina estaba ya ahí, también quitando a Alec. —¿Estás bien, cariño? Debes tener más cuidado, Magnus —en sus caricias había la ternura que en las de Etta fue sólo profesionalismo.

Magnus se abrazó a ella todavía llorando. —Lo siento.

La doctora, Etta según Alec escuchó, empezó a darle indicaciones a la amiga de Magnus. Alec frunció los labios e iba a intervenir cuando el sonido de un auto deteniéndose sin cuidado alguno los hizo voltear. Isabelle se estacionó y bajó, ajena a lo recién ocurrido, agitó su mano mientras se acercaba. —¡Hey, Mags!

Eso era el colmo. Alec gruñó y fue asentarse a la parada.

¿Por qué todos parecían querer a Magnus, incluso su hermana, cuando él sentía sólo esta opresión en el pecho?

¿Por qué nadie le preguntaba a él cómo se sentía?

¿Por qué tenía que ser tan difícil?

¿Por qué tuvieron que ser ellos los primeros encadenados?






* ~ * ~ *

Gracias por su apoyo en esta historia. Al inicio yo les dije, Alec no es malo pero su reacción no será la mejor, al menos mientras intenta adaptarse. Entonces no pretendan que de un capítulo a otro, cambie de actitud...

Encadenados (Malec Mpreg)Where stories live. Discover now