Encadenados (Malec Mpreg)

27. Abrazos

—¡Rapha! Creí que ya no ibas a venir —Magnus estaba siendo más efusivo de lo normal, probablemente por las hormonas, y terminó apretando cada vez más su abrazo. Hasta que Raphael hizo una mueca, no porque fuera doloroso sino porque ya era incómodo y demasiado largo el abrazo.

Tomo de las caderas a Magnus, intentando retirarlo suavemente. A pesar de todo, él nunca sería brusco -al menos físicamente- con Magnus, y menos ahora. —Uumm, Magnus...

Entonces, inesperadamente, Alec ya estaba ahí. Retirando a Magnus, rompiendo el abrazo.

Raphael alzó una ceja y Alec sólo le dio una mala mirada. —Estaban muy apretados —explicó Alec—. Pueden hacer daño a los bebés.

Ragnor, que iba entrando junto con Catarina, se rió. —¿Cuál daño a los bebés?

—¡Estaban muy juntos! —insistió Alec—. Podían aplastarlos.

Simon y Clary intentaban reír en silencio desde su lugar.

Magnus por fin dejó de mirar a su amigo. Puso una mano en el hombro de su encadenado. —Alexander, no creo que funcione así. Ellos son muy muy pequeños ahora y un abrazo...

—Muy apretado.

Magnus apenas logró reprimir una sonrisa. —...un abrazo, muy apretado, no hace daño —entonces lo abrazó a él, fuerte, su primer abrazo real—. ¿Ves? Y nuestros hijos siguen vivos.

Nuestros hijos.

Esas dos palabras y el abrazo de Magnus dejaron a Alec lo suficientemente atontado para ya no decir nada cuando Magnus los llevó a su habitación para pasar un momento sólo los cuatro. Catarina y Ragnor tenían su propia habitación, pero el amigo sólo venía de visita.

Cuando Alec regresó de su pensamiento, Clary y Simon lo veían. —¿Qué?

Simon negó y volvió a lo que estaban cocinando. Clary le sonrió. —¿Las cosas van mejor entre ustedes? El primer día se notaban tensos.

Alec sintió algo de culpa, recordando cómo había tratado a Magnus. Si bien seguía sin estar cómodo con la situación, también era consciente de que Magnus no tenía la culpa y debía estar tranquilo y cómodo durante el embarazo. —Sí —se sorprendió con lo bien que se sentía decirlo—. Estamos bien, hablamos y llegamos a un acuerdo por el bien de todos.