88. Eres perfecto

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Magnus le sonrió a Alec cuando estacionaron el auto dentro de la mansión Lightwood y su encadenado le ayudó a bajar. Una mano de Alec tomó la suya, mientras la otra se posaba en la cadera de Magnus.

—Gracias, Alexander.

La sonrisa de Alec fue enorme y ahí mismo, a la vista de cualquier persona que pasara fuera de la casa, besó a su encadenado.

Un beso suave, pero suficiente para que Magnus se estremeciera en sus brazos.

—¿Estás bien? —Alec ya estaba frotando sus brazos—. ¿Tienes frío? Deberías traer algo más abrigador.

Magnus soltó una risita. Alec era tan exagerado. Traía su ropa y encima uno de los viejos suéteres de Alec porque éste había insistido en que se lo pusiera.

—No tengo frío. Sólo me encanta que me beses sin pensarlo, sin ocultarlo. Llámame inseguro, pero, honestamente, tenía fe en que llegáramos a un acuerdo para seguir juntos, pero ni en mis sueños más locos me hubiera imaginado que llegaríamos a este punto, que te fijarías en mí, que me...

La nariz de Alec recorrió un lado del cuello de su encadenado. —Te amo. Era imposible, estando junto a ti por meses, conociéndote, dándome cuenta lo perfecto que eres, Magnus Bane, que esto no pasara... Ahora vamos adentro, aquí hace frío y no te hace bien.

Magnus sólo sonrió. Si así estaba ahora, ¿cómo se pondría Alec al llegar la hora del nacimiento?

Sólo tres meses más.

Alec y Magnus saltaron apenas dieron un paso dentro de la mansión, cuando un grito se escuchó. Alec se puso frente a su encadenado al instante, protegiéndolo de cualquier posible peligro, justo antes de que un muy molesto Jace bajara las escaleras.

Y hasta aquí había llegado la tranquilidad de los días anteriores. —Hogar, dulce hogar —murmuró Alec.

Magnus se asomó detrás de él, mirando a Jace. —¿Estás bien, Trace? ¿Clary está bien?

Jace resopló, hubo algo como "Y ni mi nombre se saben" antes de que siguiera su camino a la cocina, a grandes y escandalosas zancadas.

Magnus hizo un puchero y Alec se molestó con Jace, pero antes de que fuera a reclamarle, Magnus lo detuvo. —Tal vez se molestó con Clary o está sensible por el embarazo. No te enojes con él, pero ve a ver qué le pasa.

Alec lo miró un momento sin creer sus palabras, después sonrió con ternura. —Eres perfecto, Magnus.

Magnus bajó la mirada, avergonzado por el espontáneo comentario de su encadenado. —Sólo ve y ya. Mientras tanto, yo iré a ver a Cat y a Etta, quiero saber cómo ha evolucionado esa relación. Sólo nos está esperando para hacerme la revisión del mes antes de irse.

Alec miró con duda hacia donde Jace se había ido y después a Magnus.

—Está bien. Ve. Hablaré con Cat mientras regresas. No empezaremos sin ti. Quiero que los veamos juntos. A Max y Rafa.

Alec lo rodeó con sus brazos para un suave beso. —Eres tan perfecto para mí —repitió.

Magnus sonrió contra sus labios. —Y tú para mí. Ahora ve a ver que tiene Trace.

Alec se rió. —Sabes que no se llama así; ni Simon, Sheldon, ¿por qué los molestas?

Magnus sólo sonrió inocentemente. —No sé de qué hablas, Alexander.


Encadenados (Malec Mpreg)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon