70. Otra forma de decir "Te amo"

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«La próxima vez que hagamos el amor será libremente».

Magnus estaba seguro de que Alec lo quería. Más que seguro, ya que su encadenado se lo demostraba cada día, disculpándose con sus acciones presentes por su antigua actitud. Cada sonrisa, cada vez que entrelazaban sus manos, o lo besaba sin dudar frente a los demás, hacía que Magnus estuviera seguro de que lo quería. Tal vez tardaría más que él en decir esas dos palabras, ese "Te amo", pero Magnus estaba seguro que Alec también empezaba a sentirlo.

¿Y ahora, ese "hagamos el amor", no era un claro "Te amo"? Aunque con palabras distintas.

Magnus se había quedado en un repentino silencio, sorprendido por las palabras. Mientras Alec comenzaba a preocuparse por lo que había dicho, ¿estaba mal?

Recordaba, porque era algo que no podía olvidarse fácilmente, aquella ocasión en que tuvieron que estar juntos, cuando concibieron a Max y Rafa. Y nunca lo habría creído posible, pero después de dormir con Magnus, de abrazarse, de amoldar sus cuerpos juntos, volverse adicto a sus besos, a tocarlo, a sentir su piel desnuda, tenía que confesar que se había preguntado en más de una ocasión qué se sentiría hacer eso realmente por quererlo, por el placer y la necesidad de sentir a la persona amada. No tener sexo con tu encadenado, sino hacer el amor con la persona que amas y quieres sentir en cuerpo y alma.

—¿T-tú no... no q-quier...?

Pero Magnus lo detuvo cuando su sonrisa se estrello contra él en un beso eufórico.

Alec se rió de alivio mientras sostenía el cuerpo de Magnus, tan diferente del chico delgado que había conocido hace meses, y también era un completo cambio lo que sentía ahora con él, sus dedos contra su piel y sus labios contra los suyos.

¿Una persona embarazada puede hacer el amor o tenían que esperar?


* * * * *


Etta estaba mirando a Catarina dormir.

Una de sus manos estaba en el muslo de ella, sólo asegurándose de que esto era real.

Parecía incorrecto. Catarina tenía un encadenado y, por lo poco que ya la conocía, ella nunca entregaría a su hija. La había visto llorar cuando pensó que podría perderla, la había sentido temblar en el abrazo que Etta le dio, asegurándole que todo estaría bien. Porque ella haría hasta lo imposible para que la bonita amiga de Magnus estuviera tranquila.

Así que, por supuesto, Catarina nunca la elegiría a ella sobre su hija. Ella permanecería con el señor Fell, ya sea que hubiera amor o no, para conservar a su hija.

Y Etta no podía hacer nada porque ella ya había enviado una solicitud para mantener a un encadenado y a sus hijos -en caso de ser necesario-: Magnus Bane.

Y ahora que lo veía convivir con Alexander Lightwood, se arrepentía. Ellos parecían haberse acoplado, encontrado al indicado en un encadenamiento. Dudaba que Alec y Magnus se separaran ya nunca. Ellos romperían la cadena y comenzarían una verdadera familia llena de amor.

Pero Etta ya no podía cambiar su solicitud de ayuda. Si pudiera, pondría el nombre de Catarina Loss.

Aunque también estaba un hecho importante, más importante tal vez: nunca preguntó a Catarina si quería a su encadenado.

¿Y si ella realmente lo amaba?

Encadenados (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora