61. Contagios

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Te vi venir -los hermosos labios de Magnus se curvaron bajo su brillante máscara-. Nos encontramos el uno al otro.
(Red scrolls of magic)

* * *

«Yo quiero a nuestros hijos y...y te quiero a ti.»

Había sido más fácil decirlo de lo que Alec había pensado y, cuando su expresión cambió de dolor a después sorpresa y, finalmente, alegría, Alec no había podido evitarlo. Una de sus manos en un costado de Magnus, a un lado de su abultado vientre, la otra tomando su rostro, bajando a su cuello mientras, sin dudarlo ni un segundo, lo besó.

Sus labios se encontraron en un toque suave y lento, salado por las lágrimas que Magnus no había podido evitar, pero, para ellos, fue el beso más dulce.

Magnus suspiró a medio beso, sus brazos rodeando el cuello de su encadenado. Se alzó un poco de puntitas, pegándose a él todo lo que su vientre les permitía. Alec se rió feliz cuando sintió a sus hijos moverse.

Magnus rompió el beso, intentando alejarse un paso, pero Alec no lo dejó. Alec siguió abrazándolo mientras Magnus apoyaba su cabeza en su hombro. —Yo también te quiero —después soltó una risita—. Aunque ya lo sabías.

Alec acarició el vientre de Magnus. —Me gusta que lo digas. Y creo que a ellos también, parecen felices.

Magnus alzó el rostro, buscando aquella mirada azul, los labios de ambos estaban hinchados, las mejillas ruborizadas. Alec podía sentir algunas miradas sobre ellos y escuchar murmullos, pero no le importó.

Era feliz, por primera vez era feliz, ¿por qué tenía que ocultarlo?

—¿Podrías perdonarme algún día?

—Alexander, ya te dije que sí. Yo entiendo. No voy a negar que dolió, pero eso ya está olvidado. Ahora estás aquí y es lo único que importa...

El sonido de alguien fingiendo arcadas los hizo separarse. Era la misma mujer que peleó con Magnus por la ropa de bebé y lo había insultado.

—¿Así que era cierto? Cuando alguien me dijo que habías sido contagiado —la mujer miraba directamente a Alec— no quería creerlo.

—¿Contagiado? —en ese momento Izzy y Catarina, seguidas de Ragnor, Raphael, y Simon aparecieron.

—Él —la mujer señaló a Magnus— contagió al otro chico —ella negó casi con tristeza—, es una pena, George y yo creíamos que podría superar este trauma y seguir adelante con una vida normal.

Isabelle miró a la mujer como si quisiera golpearla. Simon se acercó rápidamente a ella. —Izzy, está embarazada y tú también. Y ella no tiene la culpa de ser ignorante.

La mujer, obviamente no importándole su embarazo, se acercó amenazante hacia ellos.

Catarina se interpuso porque Simon e Izzy estaban distraídos, pero antes de que llegara a tocarla, apareció Raphael, fue él quien recibió el empujón en vez de Catarina, aunque ellos chocaron por el impulso.

—Creo que deberías irte —le dijo Raphael molesto_. Aquí nadie está enfermo ni contagiando a nadie. Excepto tal vez usted con esos comentarios y sus insultos.

Ragnor y Magnus ya estaban preguntando a Cat si se sentía mal, si el golpe fue fuerte, si le dolía...

La mujer estaba por responder a Raphael, cuando un guardia de seguridad apareció y le pidió amablemente abandonar la tienda.

Hubo un aplauso después de eso. Tal vez había unos cuantos como esa mujer, pero la gran mayoría apoyaba el primer caso de un encadenamiento masculino y más aun el evidente amor malec que empezaba a surgir y a ser un tema público.

—¿Cat? —los ojos de Magnus estaban llenos de lágrimas de nuevo—. Lo siento, tú no tenías que intervenir. No me importa lo que ella u otros digan. Voy a llamar a tu doctor, no, voy a llamar a Etta, ella es la mejor.

—Sshh. Mags, no me pasó nada, Raphael estaba ahí para ayudar. No te pongas así que hará mal a tus bebés.

—¿Segura estás bien? —Magnus estaba haciendo pucheros. Alec ya estaba a su lado, intentando calmarlo.

—Sí, ya puedes estar tranquilo. Vamos a pagar la ropa de los bebés y volver a casa. Podemos descansar juntos.

Magnus se abrazó a su amiga. Los dos con un abultado vientre.

—Gracias —Alec aprovechó para agradecer a Raphael. Él estaba cuidando a su amiga, pero ella se interpuso para proteger a su hermana.

Antes de que Raphael pudiera responder, apareció Jace con aquel pequeño vestido negro para su hija y los pequeños trajecitos azules que Magnus había visto en primer lugar.

—¡Miren! —dijo feliz, ignorando las caras de todos—. Cuando los vi, recordé que Raphael dice "Monstruos" a tus hijos, Alec. Estos trajecitos tienen cuernos y son azules. Los voy a comprar para mis sobrinos.

—Jace —Clary llegó en ese momento, tomando su brazo, callándolo—. Creo que no es el momento.

—¿Qué? ¿Por qué no? Lo de monstruos es broma, Magnus.

Magnus intentó sonreírle. Fue Catarina quien dijo: —Son perfectos. Vamos a pagarlos y volver a casa, Magnus necesita descansar.

Magnus no quería soltarla, pero Alec lo logró con un abrazo. —Sé que no es el momento, pero no quiero que lo olvides por lo que acaba de pasar. Te quiero, Magnus.

Simon siguió tratando de controlar a Izzy. —Debes pensar en nuestro hijo. Esa mujer no lo valía.

Mientras Ragnor y Raphael llevaban a Catarina, vigilándola de cerca. —De verdad estoy bien —insistió ella—. Gracias, Rapha. Esa mujer estaba loca. ¿Cómo se atreve a insultar a Magnus, y además querer golpear a Isabelle? Además, estaba embarazada también. ¿Es que no le importan ni sus propios hijos?

Jace no entendía nada, pero iba feliz con Clary, los trajes para los bebés malec y el vestido para su princesa.

Y ahí iban, dos parejas convencionales de encadenados, la primer pareja de hombres encadenados, y un trio peculiar. Tal vez no se habían unido de un modo común y corriente, pero habían llegado a las personas correctas.







* ~ * ~ *

No recuerdo si les comenté que esta historia entró a un concurso, hoy publicaron los finalistas y pasamos 🙌 no sé si ganemos algún puesto, pero ya haber sido finalistas es algo, muchas gracias por leer ❤

Encadenados (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora