65. Max y Rafa

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Etta ya se había instalado en la misma habitación de Catarina, los aparatos médicos que había pedido ya habían llegado.

Ragnor estaba un poco nervioso, tenía que ser más discreto con Raphael y Cat, ¿qué pasaría si la doctora se daba cuenta de la situación?

Magnus guardaba su secreto porque era su amigo, y los Lightwood nunca habían comentado nada, pero ellos entendían la situación, ellos también estaban esperando a sus propios hijos y harían lo que fuera por no tener que entregarlos, pero la doctora no tenía ninguna razón para mentir por ellos...

Unos días después de la instalación de Etta en la mansión Lightwood, "Probablemente sólo sea un mes" había dicho ella, "Si el embarazo de tu amiga va bien y promete llevar los cuidados que yo le diga, puedo sólo regresar a su chequeo mensual."

Porque sí, ella también llevaría a partir de ahora el embarazo de Catarina.

Catarina, igual que Izzy y Clary, ya tenían casi cinco meses de embarazo, mientras que Magnus tenía cuatro y medio.

La mitad del embarazo y su vientre ya era más grande que el de ellas.

Alec no le había regresado el "Te amo", pero no hacía falta, no ahora, no quería un "Te amo" que no sintiera, bastaba por ahora con saber que los quería a él y a sus hijos, el amor tal vez fue más rápido en Magnus que en Alec. Y dos palabras no cambiaban lo que ya tenían.

Magnus había estado un poco deprimido, seguía culpándose por lo ocurrido a Catarina.

—No es tu culpa —repitió Alec esa mañana, una de sus manos acariciando el vientre abultado de Magnus. Magnus sintió la sonrisa de Alec contra su cuello cuando sus bebés se movieron.

—Ellos te quieren —le dijo Magnus, con una pequeña sonrisa también.

—Yo también los quiero —Alec dejó un beso a un lado del cuello de su encadenado y luego se sentó para hacer lo mismo con su vientre. Había un brillo en el azul de sus ojos mientras veía la piel desnuda de Magnus que valía más que aquellas dos palabras que todavía no podía decirle—. No puedo creer que hubiera un tiempo en que no lo hiciera.

Magnus puso su mano sobre la de Alec. —Ya te dije que no es tu culpa. Era nuevo para todos. Has recapacitado y nuestros hijos lo saben —Magnus mordió su labio para callarse lo que estuvo a punto de decir.

—Fui un tonto por tratarte mal, igual que esa mujer en el Centro comercial. Si hay un culpable aquí es ella y su ignorancia. Tú y yo fuimos encadenados y es nuestra elección seguir juntos ahora, pero hay quienes no necesitan cadenas, hombres que se enamoran de hombres, como los Soñadores, y mujeres que aman a mujeres, y es correcto, no tienen por qué soportar personas que las juzguen como si fueran superiores por llevar una relación heterosexual. Cualquier amor o encadenamiento debe ser respetado. No te sigas culpando tú tampoco... Y deja de morder así tu labio, ya tienes sangre ahí...

Magnus sonrió, una sonrisa traviesa que hizo sonrojar a Alec. Alec se seguía acostumbrando a las ocurrencias de Magnus ahora que en su relación había más confianza. —¿No quieres ser mi vampiro encadenado?

Alec no pudo evitar una carcajada ante el tono de Magnus y una de sus cejas alzadas. —¿Qué me estás ofreciendo? —preguntó, aunque ya se estaba acercando a besarlo, y limpiar tiernamente con su lengua aquel labio roto.

Entrégame tus labios rotos, los quiero besar, los quiero curar, los voy a cuidar, con todo mi amor... —Alec tarareó aquella canción para Magnus y esos gestos eran más valiosos que un simple y convencional "Te amo".

—Uumm... Me gusta... —Magnus lo jaló para acurrucarse juntos.

—También me gustas —Alec dejó un beso en la comisura de sus labios—. Ahora dime qué tanto pensabas antes de provocar esto... —acarició su labio.

Magnus volvió a morder, dudando. —Es sólo si tú quieres, es decisión de ambos, no tienes que decir si, pero me haría muy feliz si estuvieras de acuerdo... Sé que antes estabas celoso de Rapha, pero...

—Quieres llamar a uno de nuestros hijos como él —Alec terminó por él y Magnus asintió tímidamente.

—No es necesario, pero me gustaría, Raphael es un gran amigo, me cuida mucho, como a todos, lo viste con C-Cat —la voz de Magnus se rompió.

Alec recordó agradecerle porque indirectamente protegió también a su hermana.

—No tienes que pedirlo, es tu hijo también, Magnus. Si tú estás de acuerdo, me gustaría elegir el otro nombre.

Magnus asintió con una gran sonrisa. —¿De verdad? ¡Gracias! Entonces, será Rafael, y... ¿Alexander?

Alec se rió. —No, no como yo. Yo tuve un hermanito, Max. Me gustaría que uno de mis hijos lleve su nombre.

Magnus tomó la mano de su encadenado, sin hacer preguntas.

—Max y Rafa serán.


Encadenados (Malec Mpreg)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن