95. Podemos repetir

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La sonrisa de Magnus era enorme, sus ojos radiantes mientras miraba hacia Alec desde el otro lado de la fuente.

Alec presionó el botón en la cámara y después del clic se apresuró a ir con él...ellos.

Magnus sostenía al pequeño Enaid en brazos. El niño reía feliz mientras Magnus hacía ruiditos graciosos y acariciaba su rostro con su nariz, golpeándolo suavemente.

Alec se acercó a ellos, sus manos yendo a las caderas de su encadenado, su pecho contra la espalda de Magnus, su barbilla apoyada en su hombro, miró al bebé tratar de atrapar con sus manitas descoordinadas el rostro de Magnus. En una ocasión su pequeño puño golpeó el ojo de Magnus y éste se rió, echando su cabeza para atrás, chocando contra Alec.

Alec se movió sólo un poco, aunque no lo soltó ni se apartó de él. Se rió también él, tan feliz, su estómago lleno de mariposas, su cuerpo sintiéndose caliente al estar en contacto con Magnus, giró su rostro, todavía riendo, e intentó dejar un beso a un lado del cuello de su encadenado, aunque fue más como un arrastrar de labios sonrientes sobre esa piel suave que otra cosa.

En la voz de Magnus se podía escuchar su sonrisa cuando se movió un poco, pegándose más a él. —Ustedes dos me van a matar.

Alec se sentía tan feliz, tan libre como nunca creyó posible, ¿quién diría que una cadena iba a llevarlo a la dicha total?

Nunca se habría imaginado que esto era posible, que la felicidad era real, que esa de la que él solía leer realmente podría encontrarse en la vida real.

El mundo estaba cambiando. La humanidad se estaba extinguiendo y el amor parecía perderse entre lazos forzados, pero todavía había pequeños milagros como éste.

Alec dejó un último beso en la mejilla de su encadenado, uno real, antes de moverse a su alrededor. Sus manos nunca lo dejaron, deslizándose a través de su espalda baja, sus costados, su vientre tan abultado que era imposible de ocultar. Y a Alec no podía importarle menos. Hace más de seis meses habían salido de la Clínica con él queriendo llegar lo más rápido posible a casa, para que nadie lo viera con Magnus, que no sospecharan siquiera que él era el primer desafortunado encadenado a un hombre y que éste era el primer embarazado del sexo masculino. Hoy, en cambio, Alec estaba feliz de salir al mundo con Magnus, de tomar su mano frente a todos y poder llamarlo "Mi amor".

Con una mano en un costado de su vientre y la otra acariciando una mejilla regordeta del pequeño Enaid, Alec preguntó: —¿Quieres dármelo? No deberías cargarlo tanto tiempo.

Magnus repitió ese mismo gesto sobre el rostro de Alec, atrayendo la mirada de éste sobre él. —Tiene unas semanas de nacido, Alexander. No pesa nada, cariño. Puedo sostenerlo y amo hacerlo.

Alec hizo un falso puchero, su mano frotando sobre el vientre de Magnus. —Nuestros bebés podrían ponerse celosos de que te guste tanto el hijo de Sebastian.

Magnus sonrió ampliamente. Su mano cubriendo la de Alec, sintiendo a Rafa o a Max moverse como si entendieran las palabras de su padre.

—Yo creo que es mi otro bebé el que se pone celoso —dijo Magnus en un ronroneo, amando el rubor instantáneo que cubrió las mejillas de su encadenado.

—¡Magnus! —Alec se quejó, esta vez con un puchero real—. No digas tonterías.

Pero Magnus sólo se rió. —Te amo mucho, mi bebé celoso.

Alec gruñó, aunque estaba sonriendo y susurró un "Yo también te amo...y no soy celoso" antes de tomar al bebé en sus brazos.

Una niña de unos tres años de edad llegó en ese momento, tirando de Magnus hasta que la miró. —¿Puedo tocar tu pancita? —ella preguntó, ya haciéndolo—. ¡Te vi en la tele!

Un hombre jadeante llegó en ese momento, sonriendo a Magnus apenado. —Lo siento tanto —él retiró la mano de su hija, deteniéndose curioso un momento sobre el vientre de Magnus, como si no lo hubiera creído real—. Hemos visto tu historia en televisión y realmente los niños están maravillados con tu historia.

Magnus le sonrió, para nada incómodo por la atención o las caricias sutiles sobre su vientre.

Aunque Alec miraba con el ceño fruncido la mano del hombre.

¡Pero, hey, no eran celos!

—No hay problema —Magnus dijo, golpeando la nariz de la niña—. Entiendo, ya nos ha pasado antes y ahora soy inconfundible, ¿cierto? —preguntó, frotando su vientre.

El chico asintió. —Baaastante. ¿Ya está por nacer? Te ves enorme, sin ofender.

Magnus sólo se rió. —No me ofende. Mis pequeños monstruos deben venir al mundo en aproximadamente dos meses más.

Los ojos del chico se abrieron demasiado. —¡Wow! ¿Dos?

Magnus asintió, pero fue Alec quien lo dijo: —Dos bebés en camino.

El chico lo miró por primera vez y después al pequeño Enaid.

—Ow. ¿Y ya tienen a uno? ¡Creía que era el primer embarazo y encadenamiento masculino!

—Lo es —Magnus acarició con su índice la mejilla del bebé y luego sonrió cuando éste logró atrapar su dedo—. Él es hijo de un amigo.

—Oh, bueno, se ven muy bien de padres. Suerte con eso.

Magnus asintió sonriendo. —Gracias.

La niña se acercó esta vez a Alec y él creyó que quería ver a Enaid cuando lo hizo agacharse, pero ella sólo le susurró: —¿Vas a casarte con él como en los cuentos?

Alec miró a Magnus que los miraba curioso y luego susurró a la niña: —Claro. Porque él es mi príncipe.

La niña aplaudió y corrió de nuevo, haciendo que su padre se despidiera apresurado antes de seguirla otra vez.

—¿Qué le dijiste? —preguntó Magnus.

Alec sonrió. Ya habían hablado de vivir juntos al nacer Max y Rafa, pero él quería una bella propuesta de matrimonio para Magnus cuando ya no fueran encadenados sino dos hombres libres eligiéndose para toda la vida.

Él comenzó a caminar. —Creo que prefiero a los pequeños como Enaid. Son más tranquilos.

Magnus lo miró con sospecha, pero luego lo siguió. —Sí, bueno, Max y Rafa no serán pequeños siempre...

Y entonces Alec lo sorprendió diciendo: _Cuando extrañemos a los pequeños, siempre podremos tener otro.

Magnus se quedó literalmente boquiabierto, cuando se recuperó dijo muy serio: -—Espero que para entonces el embarazado seas tú, Alexander.

Y la cara de Alec no tuvo precio.







* ~ * ~ *

¿Qué prefieren? ¿Mpreg de Alec o de Magnus? Yo amo a Alec, pero tengo de ambos, ya saben 😅❤

¡Cuánta dulzura malec y Enaid! ¿No los aman? 😻

Encadenados (Malec Mpreg)Where stories live. Discover now