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Maraton 1/3
Michael.

Nunca en la vida había estado tan nervioso con una chica, y menos en una relación, pero debía admitir que me sentía contento, fuimos a cenar y después nos fuimos a casa, me fui a acostar.

***

Desperté por la alarma, gruñí, estaba harto, llevaba un día de haber regresado y ya no podía más, me metí a bañar y me vestí, bajé y ahí estaba Valentina, me saludó con un beso, podría acostumbrarme a esto, desayunamos mientras platicábamos, salimos de la casa y nos fuimos a que se inscribiera, demoramos un poco rato en la universidad y de ahí nos fuimos a la empresa, me dirigí a la oficina de Marcos y ahí estaban todos.

—¡Valla! Hasta que llegas.

—¿Que quieres tio?

—Quiero que pagues lo que le debes a la empresa, que son 4 millones de pesos, me pregunto para que los ocupaste.

—Hoy mismo té llega el dinero, ¿Algo más? 

—Si, la empresa está cayendo, necesitamos que inviertas. —Dijo Marcos.

—Tiene que ser una broma esto, ¿De verdad dejaste que la empresa de mi padre se fuera a la mierda? Verdaderamente eres de lo peor. No voy a poner ni un solo centavo de mi herencia, te lo dije, que cobrando mi herencia me iría, y así será. Me iré cuánto antes.—Volteé a ver a Karol, su rostro no decía nada, camino hacía la puerta y salió, fui tras ella.—Espera.

—¿Cuándo pensabas decírmelo? ¿Cuándo desocuparas tu oficina? ¿CUANDO?

—Hablemos en...

—Púdrete Michael, si te quieres ir, hazlo, pero haz roto la promesa. —Sin más ella se subió al elevador. Entré a mi oficina dando un portazo.

—Si tú estás así, no quiero imaginar como debe de estar mi novia.

—Digamos que discutimos, así que no hay que preocuparse por como esta, si no por dónde está.

—¿Que paso?—Pregunto Valentina, les conte todo lo que había pasado.

—Habíamos quedado en que no te irías.

—Lo se Ruggero, es solo que... no puedo más.

—Iré a buscar a Karol,no peleen.—Asentí, suspiré.

—Creo que deberías hablar con Karol, seguro ella te entenderá.—Asentí ante las palabras de Ruggero.

No quería irme, al final era la empresa de mi padre, pero estar bajo la sombra de mí tio, no era muy bueno, y menos trabajar con Marcos.

Pasaron unos cuantos minutos y entró Karol con Valentina, Karol me vió.

—Te envidio, tu si puedes irte, yo no, es solo que yo sola, lidiando con el estupido de Marcos, no se si pueda, y menos con mi padre.

—Si la empresa cae, puedes irte conmigo.—Ella sonrió.—Estaré contigo siempre.—Ella me abrazó. La veía cómo mi hermana.

—No me habías dicho que tu y Valentina estaban intentando estar juntos.

—Lo iba a hacer, pero bueno.—Ella asintió. Ruggero y ella salieron de la oficina.—¿Así que le dijiste a mi prima lo de nosotros?

—Así es,  le dije que estábamos juntos, y que esta vez no era por un contrato.—Sonreí y la besé. Despeinó un poco mi cabello.

—Me gusta cuándo despeinas mi cabello.—Ella sonrió.—También me gusta besarte.—Ella se sonrojó. Ana entró a la oficina, vi a Valentina rodar los ojos.

—Aquí están las copias de ayer, Valentina, lo que me pediste. Por cierto, Marcos te busca.

—Gracias, por cierto, te encargo que toques la puerta antes de entrar.—Ana salió. Me reí. —Ahora vengo.—La tomé del brazo.

—Dos cosas, una, ¿que te entrego Ana?

—Ahorita lo platicamos, la segunda.

—Sigues siendo mi asistente ¿cierto? —Ella asintió.—Llévale estos papeles a ese imbecil.—Ella río y tomó los papeles.—Que sean tres cosas. La tercera es que te besaré por un largo tiempo.—Sonrió y fue ella la que me beso, y como dije, fue largo. Salió de la oficina y yo me senté.

***

Papeles y más papeles, cheque la hora, Valentina no había llegado, no debía preocuparme, me preparé un café, escuché la puerta cerrarse, sentí unas manos en mi pecho, y un beso en mi cuello, podría jurar que no era Valentina. Voltee y vi a Ana totalmente desnuda, rodee los ojos, la detuve.

—Es mejor que te vallas, no quiero saber nada de ti en el aspecto sexual, lo nuestro se terminó Ana, ve a hacer tu trabajo. Lo nuestro solo será laboral, y por lo de tu hermano, no te preocupes, ya esta todo pagado.—Ella salió de la oficina, me volví a sentar y seguí con mis papeles. Valentina entró.

—Firmo estos papeles, toma.—Los tomé y le di las gracias.—¿Puedo preguntarte algo? —Asentí.—En si son varias preguntas, pero necesito que seas honesto.

—Solo haz las preguntas. —Me reí.

—¿Estuviste enamorado de Ana?—Quite mi vista de los papeles y la miré.—¿Es cierto que tomaste todo el dinero para ayudarla?

—Ese imbecil. ¿El te lo dijo cierto? —Ella asintió.

—Llevamos mucho tiempo de conocernos, su hermano, tiene 7 años, y sufre de leucemia, ya está avanzada por lo que sus tratamientos suelen ser caros, ella me pidió ayuda, y no pude negársela, no estoy enamorado de ella. Solo que no podía decirle que no.

—¿Por que lo hiciste? Digo a cambio de que.—Suspiré.

—Lo hice porqué conozco a su hermano desde los 2 años, es un gran niño, no le iba a cobrar nada, al final, ni todo el dinero que debo lo use para su hermano, pero entonces empezamos a tener sexo, y ella dijo que con eso me lo pagaría.

—Y por lo visto, te sigue pagando.—Arqueé una ceja. —Te quedo marca de labial rojo en el cuello.

—Valu, yo puedo explicarlo.

—Así déjalo Mike. —Tomó su bolsa, iba a salir pero la detuve.—Nos vemos en la casa, adiós.—Sin más salió.Me golpeé internamente, tomé mis cosas y me dirigí a la puerta. Pero Ruggero entró antes de que pudiera salir.

—Parece ser que nuestras chicas nos han abandonado, salieron juntas, no se a dónde iban, pero al parecer Valentina no estaba feliz.—Tomé mi teléfono y le marqué a Karol. Pero no obtuve respuesta. —¿Que pasa?

—Te invitó un trago.—El asintió y salimos de la oficina.

Faltaba un poco de desilusión por aquí.🤭 ¿Creen que puedan solucionarlo?👀

Bajo Acuerdo|MichaentinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora