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P.O.V Michael

Hoy Valentina comenzaba a trabajar conmigo, y no podía esperar a ver esto. Este era el costo que estaba pagando por no verla con Marcos, y es que de solo recordar eso,  la furia vuelve a mí. Llegamos a la oficina y estaba Ana semidesnuda, Valentina la puso en su lugar, me estaba riendo de ellas, Ana salió hecha una furia y me quedé con Valentina, le dije lo que necesitaba, después de todo no era tan malo, si me aburría, podía pelear con ella, cambié mis tardes de sexo por tarde de peleas. No era lo mejor pero me distraía.

Fuimos a comer y de ahí a comprar las cosas para la casa, había visto la casa en fotos, era muy grande, casi como la de mis padres, soy Mexicano pero desde que nací vivi en Italia, pues mi padre era italiano, después de su muerte volví a México con mis tíos, y ahora ellos están allá, justo en la casa de mis padres, pero volvería a Italia a reclamar lo que es de mi familia, después de pagar mi deuda con la empresa, iré hasta allá y reclamaré todo, dejaría a mis tios sin nada que no les pertenece, no seguiré permitiendo que vivan al costo de la muerte de mi padre. Suspiré, compramos las pocas cosas, después, al paso del tiempo compraría las demás, fui a caja a pagar, al regresar vi a Valentina con un chico platicando amigablemente, bufé, siempre estaba platicando con chicos, nos dirigimos a la empresa y fuimos a la oficina, firme los papeles y fui a la oficina de Marcos, al salir me encontré a Ana.

—Estaba pensando en terminar lo que no pudimos empezar ¿que dices?

—Ahora no Ana, y no quiero que Valentina nos vea juntos.

—Valentina, Valentina, esa chica me tiene harta, ¿Por que no la dejas en casa y nos divertimos tu y yo? —Era tentadora la oferta.

—No Ana, al menos hoy no, y acostúmbrate, porqué verás a Valentina aquí mucho tiempo. —La deje y me fui a mi oficina, entré y me encontré a Karol y Valentina.—¿De que hablaban?

—De nada primo, cosas de chicas, quería avisarte que para la junta de mañana entrará Marcos también, así lo pidió mi padre.

—Tu padre me tiene hasta los huevos, igual que ese imbecil.

—¡Michael! Karol no tiene la culpa de nada.—Miré a Valentina.

—Déjalo Valentina, no es nada de lo que no esté acostumbrada. Simplemente te quería avisar. —Rodeé los ojos. —¿Te gustaría ir de compras algún dia de estos? —Valentina asintió.

—Lo siento, se que no tienes la culpa de nada. Solo que tus padres me sacan de quicio.—Karol asintió y salió de la oficina.

— Fuiste muy grosero Michael.

—Le pedí disculpas, se le olvidara y a mí también, si te refieres a lo que dije de Marcos o de mi tío no me interesa.

—¿Por que lo diría por Marcos?

—Haz estado muy cerca de el, supongo que son muy buenos amigos ¿no? —Dije y la miré fijamente.—Eres muy sociable.—Ella arqueó una ceja.—Si, hoy con el chico del centro comercial, Marcos, etc.

—¿Te enoja eso?—Esa misma pregunta me la hacía yo; no sabía que responder, si bien, si sentía una reacción algo extraña.

—No dije eso. Simplemente dije que eras sociable.—Ambos nos quedamos en silencio mirándonos fijamente. Me perdí en sus ojos azules.—Si ven muchos tus ojos, se pueden perder en ellos, son azules como el mar.—Ella se sonrojó y sonrió. Su sonrisa era linda.—Te pareces a una linda coneja, por tus dientes.—Sin más la besé. Ella lo aceptó rápido, la tomé de la cintura y ella me tomó del cuello, sentí que enredo sus dedos en mi cabello. Sus labios tenían un lindo sabor, y nuestros labios encajaban demasiado bien, diría que estaban hechos el uno para el otro. Ella fue la que pidió acceso a mi lengua, se lo di, mis manos bajaron a sus nalgas y la acerqué más a mí. Era un beso apasionado pero sin prisa, nos separamos al oír la puerta abrirse;Ana.

—Solo vine a decirte que Marcos trajo los papeles ya firmados, pero veo que estás ocupado.—Dijo y miró a Valentina de pies a cabeza.

—Para la otra toca la puerta antes de entrar, por favor.

—Solo cumplo ordenes de Mike, no suyas.

—Ana, ya te lo dijo Valentina, toca la puerta antes de entrar, gracias por los papeles, dile a Marcos que se pudra. Ya nos vamos, mañana quiero todo listo, no quiero fallas.—Ella asintió y salió.

Guarde los papeles en el portafolio, Valentina había ido al baño, suspiré, ¿que había sido lo de hace un momento? Algo muy raro me estaba pasando con la ojiazul, y eso de cierta forma me asustaba. Valentina era una chica demasiado atractiva, no podía negarlo, pero me frustra no saber que era lo que pasaba.

—Todo esto tiene que ser una broma, te acuestas conmigo pero tienes esposa ¿que soy yo Mike? Te eh dado todo, quiero ser tu esposa, tu mujer, no solo la chica con la que follas cuándo te da la gana, quiero ser con la que hagas una familia.

—Ana, siempre has sabido nuestra relación,  no es una broma, puedo besar a mi esposa cuándo quiera, no quiero nada contigo, nada más que follar de vez en cuándo.

—¿Nos vamos? —Volteé a la puerta y estaba Valentina, asentí y salí de la oficina. Nos subimos al coche y conduje al departamento; llegamos y Valentina se puso a hacer de cenar, nadie habló de lo sucedido, y lo agradecía, porqué lo primero que ella haría seria preguntar ¿que fue eso? Y ni siquiera yo lo se, no se que me esta pasando con la chica, solo se que es algo raro, algo que nunca lo había sentido.

Que tal el beso que se dieron?👀😍 Mike le empieza a dar su lugar💁🏼‍♀️

Que tal el beso que se dieron?👀😍 Mike le empieza a dar su lugar💁🏼‍♀️

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