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Valentina.

Mi mundo se había detenido, era como si solo existiera yo, y el reloj se detuviera, el doctor habló, pero no le presté la más mínima atención, solo me negué ante la imaginación de una réplica de el, salí del consultorio, me fui directamente al estacionamiento, me dirigí al coche, intenté abrirlo, pero fallé en el intento, estupido seguro, espere un momento y escuché que Mike abrió, me subí, no hablamos en el camino, y es que, no había nada de que hablar, o al menos no por ahora, me fui directamente a mi oficina, me miré en el pequeño espejo, aventé un porta lápices hacía el, haciendo que se quebrará, maldito Marcos, mil veces idiota, maldito hijo de puta, me senté en el sillón, me limpié mis lágrimas en el momento en que escuché la puerta abrirse.

Sus palabras se escuchaban como una novela, y aunque me agradaba la idea de que fuéramos papás, esta decisión no se tomaba a la ligera, no quería tener un bebé que me recordara a el, pero tampoco me sentía lista para detener el embarazo, mi ingenuidad no me lo permitía, suspiré, llegamos a la gran casa.

Dos habitaciones, una cocina no tan pequeña, el living, estaba en medio de la nada, con un gran jardín en la parte de atrás, fuimos a las habitaciones, no eran tan grandes, volteé a ver a Mike, nos alejamos un poco de la mujer.

-¿Te gusta? -Lo miré fijamente y crucé los brazos

-No finjas, a ti no te gustan las casas pequeñas, no que no sean acogedoras. Al ver las habitaciones solo pensaste en nuestros futuros hijos, y que la casa no es lo suficientemente grande para ti. -El se empezó a reír.

-No te dije dime lo que pienso.-Ahora fui yo la que se rió. -Me importa lo que tu digas. -Lo pensé.

-Muy pequeña para nuestros dos hijos planeados. -Rio y me dio un corto besó en los labios, nos dirigimos a la mujer, le dijimos que lo hablaríamos y le llamaríamos, nos subimos nuevamente al coche. Le mandé mensaje a Ana, ella me respondió en pocos minutos.-¿Me puedes dejar en casa de Ana por favor? -Me miró.

-Su clase de amistad me asusta.-Me reí, a mi también me asustaba, llegamos a casa de Ana, bajé y toqué, ella me abrió, me sonrió y me abrazó. Me despedí de Mike, quien se había llevado a Franco, entré su casa, ella me sonrió.

-Me tomo por sorpresa tu mensaje.

-Lo se... aparte de Mike, eres la única que sabe lo de Marcos, y quería hablar con alguien.

-¿De que?

-Estoy embarazada, y no se que hacer.-Ella se quedó callada, le platiqué lo que Mike me dijo, ella me miró, me dió un vaso de agua.-No quiero tomar la decisión equivocada, tengo miedo de hacerlo.

-No se que decir, y como lo dijo Mike, es tu decisión, si de algo estoy segura es que el te apoyara, te lo aseguro, ¿pero que quieres hacer? -La miré.-Ambas decisiones se necesitan pensarlas.

-No quiero que el detener mi embarazo sea mi sombra, y tampoco quiero que el bebé me recuerde lo sucedido, no se lo merece.

-Miedo.-Arquee una ceja.-Tienes miedo a no ser buena madre, no tanto el miedo o coraje que puedas sentir hacia el, si no el miedo de no sanarte de eso y verlo como el culpable, porque tu sabes que este bebé no tiene culpa de nada.-Lo pensé por unos momentos.-Tu tenías planes, como persona, como mujer, como esposa, ambos tenían sus ideas para el futuro, y te aterra porque no esta saliendo como ustedes, o tu, quieres. Serás una gran madre, con este bebé, o con uno de Mike, y el que no sigas con este embarazo, no te hace mala persona. De hecho, ambas opciones que tienes, solo demuestran lo fuerte que eres. Una vez le dije a Mike que eras buena mujer, no lo digo porque este hablando contigo, lo digo porque lo es, y si te soy sincera, la única opción que tienes es sobrellevar lo sucedido. -Sonreí. -Ambos serán buenos padres, ahora o en el futuro.

Bajo Acuerdo|MichaentinaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin