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Valentina.

Era ya noche, Michael no llegaba, y eso de cierta forma me preocupa, se va sin decir nada, no regresa, y ni siquiera se digna a llamar. Tengo una taza de té en mano, son las 2:40 AM y yo simplemente no puedo conciliar el sueño. Iba a perder mi virginidad con un chico que acababa de conocer hace unos días, después todo se sale de control, el se va y no regresa a casa. Suspiré frustrada, y a decir verdad, ni siquiera se en que momento me quede dormida.

Desperté por los horribles rayos del sol, me pare de la cama y me metí a dar una ducha, me cambié por algo cómodo, marqué al número de Michael, pero no me contestaba, suspiré, no me iba a enfocar en el. Metí ropa a lavar, limpie el departamento, cociné, básicamente mi día se había basado en limpiar, cocinar y ver películas, una vez más, la noche llegó, pero no Mike. Solo esperaba que nada le pasará.

Lunes por la mañana y tampoco llegó, me estaba realmente enfadando, hice de desayunar y puse a hornear galletas, después me bañe y me puse un vestido casual, no iba a esperar ni un segundo más, salí del apartamento y tomé un taxi, si ese chico no estaba en la empresa, juró que conseguiría un abogado y haría que nos divorciáramos, valiéndome un carajo nuestro acuerdo. Llegué y le pagué al taxista, tenía que conseguir un empleo cuanto antes. Entré a la empresa, no estaba su secretaria, pero si estaba la de Karol, iba a entrar pero ella me detuvo.

—Señorita, el señor Ronda esta ocupado, no puede pasar, además no tiene cita, el no recibe gente sin cita. —Suspiré, el estaba adentro, y no podía esperar a decirle sus boludeces.

—Uno, no soy cualquiera, soy su esposa, dos, es algo de vida o muerte, y tres, si no quiere que le diga a mi esposo el trato que me está dando, déjeme pasar, al menos que quiera que la corra.—Ella se quito de la puerta. Juro que después me disculparía con ella, pero ahorita tenía mucho coraje. No llega a dormir a casa pero si viene a trabajar.

Abrí la puerta, de un momento a otro todo lo que tenía en mente decirle se me fue de la cabeza, ahora entendía el porqué el show que hizo su secretaria la vez pasada. Ella salió, podíamos tener un trato, pero no iba a dejar que me dejaran como una vil estúpida, un sentimiento raro se apoderó de mí, era furia, pero no tenia nada que reclamar. Salí de su oficina, me encontré con Karol, me limité a solo saludarla. Iba en mis pensamientos que no veía por dónde caminaba, choqué con un chico.

—Lo lamento, venía distraída.

—No hay cuidado ¿Estás bien? —Yo asentí.—Soy Marcos Depietri.—Le devolví el saludo.

—Valentina Zenere. Debo irme, hasta luego.

—Mi hora de comida ya llegó, ¿Quieres almorzar conmigo? Hay un café a la vuelta. —Lo dude, haría de todo para dejar de pensar en lo de mi magnífico esposo. —Podemos conversar un rato y conocernos. —Terminé por aceptar, esté chico me daba buena vibra.

Salimos de la empresa y el me abrió la puerta del copiloto, fuimos al café, platicamos un poco, no podía negar que era guapo, e interesante.

***

Marcos me trajo al departamento de Michael, me abrió la puerta del copiloto, nos despedimos con un abrazo, le agradecí y me metí al edificio, tomé el ascensor y marqué el numero del piso, abrí la puerta y me encontré con Michael, ¿Que hacía aquí tan temprano?

—No sabia que eras amiga de Marcos Depietri.

—No negaré que es un chico muy agradable.

—No quiero verte con el Valentina.

—No eres nadie para decirme con quien hablar y quien no.

—¡Soy tu esposo!

—Que raro, hoy que entré a tu oficina parecías no tener "esposa". De hecho, me sorprende lo rápido que llegaste a casa. ¿No te gusto follar con ella?

—Me vale una mierda. Te prohíbo que hables con Depietri, es más, ni te acerques a el.

—Como ya dije; no eres nadie, somos "esposos" por un acuerdo, así que... como tu puedes follar a quien se te de la jodida gana, yo también puedo hablar con quien yo quiera. —Sin esperar respuesta fui a la cocina, saqué alimentos para hacer la comida. Sin embargo no podía concentrarme en nada. El folla con quien sabe quien, y todavía se pone a prohibirme hablar con alguien.

Bufé molesta. Tomé mi bolsa y salí del apartamento, pare un taxi y fui al super, llegué, hoy haría pastel, tomé todo lo que necesitaba, pagué y me dirigí al departamento, entré y Michael estaba en el pequeño balcón fumando mientras revisaba unos papeles, rodeé los ojos.

Empecé a hacer pasta con albóndigas, en lo que se cocinaba, empecé a hacer el pastel, uno de chocolate con cerezas, lo metí al horno, limpié todo y me serví en un plato la pasta, Mike me miró, que se joda. Ese chico es bipolar, tomé el libro de carreras universitarias, empecé a leer, aunque me encantara la cocina, no me veía de chef, abogada, jamás, si quiero meter a Michael a una habitación solo por la discusión que tuvimos, no quiero imaginar cuando pierda un caso.

—Gracias por invitarme de la comida que hiciste.—Aunque... ahora que lo pienso, podría estudiar derecho, para cuándo mate a este chico, pueda auto defenderme y decir que fue por mi salud.

—Ahí está, sírvete.—El rodeó los ojos. Imbécil. Terminé de comer y era hora del postre.

Parti una rebanada del pastel y me senté en el sillón. Seguí leyendo, era un libro enorme, no se cuándo terminaría.

Me levanté a dejar mi plato, lavé todos y me dirigí al sillón, pero mi vista se dirigió a los papeles de Michael. Si que era demasiado. Se lo merecía, por creer que es mi dueño.

Acá la pregunta es: ¿Por que Mike no quiere a Marcos? 🤭👀

Acá la pregunta es: ¿Por que Mike no quiere a Marcos? 🤭👀

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