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Michael.

Desperté por mi alarma, sin hacer mucho ruido me puse un pants y mi sudadera, salí del departamento y fui a correr. Estuve aproximadamente 45 minutos corriendo, me regresé a casa y Valentina ya tenía el desayuno, me metí a bañar rápido y me puse mi traje, me vi en el espejo, sin duda estaba más presentable que otras veces, tengo que admitir que Valentina ah hecho un gran trabajo, desayunamos y nos fuimos a la oficina.

La visita de mis tíos me tenía mal, no podía concentrarme en la junta, Valentina supo como tranquilizarme, la junta fue de maravilla, los socios firmaron, empezaba a creer que Valentina me daba buena suerte, me sorprendí cuándo me besó, sin embargo, accedí, fue un beso corto, nos separamos y pude ver sus mejillas rojas, sonreí internamente. Nos subimos al coche y conduje al restaurante, me senté a lado de Valentina, mi tio estaba justo frente a mí.

—Y bien, ¿en dónde se conocieron? —¿De verdad pensaba que iba a contarles mi vida?

—Si piensas que me sentaré a hablar sobre mi esposa, o mi vida amorosa estás equivocado. Mejor hablemos de cosas más importantes... como por ejemplo, ¿cuándo se saldrán de la casa? Porqué Valentina y yo queremos vivir en Italia, con nuestros hijos, y obviamente será en casa de mis padres. —Y es que no podia hablar mucho, no podia decirle que me case con ella por un contrato. Lo que si podía era hacerle saber que sin duda, tomaría todo lo mio.

—Ya veo, te casaste con ella porqué la embarazaste ¿no?

—No, y si hubiera sido así, no seria de tu inconvencia, en un mes, pagaré mi deuda con la empresa, con la mitad de la herencia, y tenlo por seguro, que no tendré piedad, te quitaré todo lo que no es tuyo.—Doblé mis dedos apretando la copa, esta se rompió, vi como todos se sobresaltaron. Un poco de sangre corrió por mi mano, Maldije; me levanté de la mesa y fui al baño, me enjuagué hasta que me dejo de salir sangre, por suerte no fue una cortada grande, salí del baño y me encontré a Valentina. —¿Que haces acá?

—No es que tenga mucho que hablar con tus tíos, aparte que quería saber como estabas. —Tomó mi mano y vio la cortada.

—Estoy bien, ya dejo de salirme sangre, lo único que quiero es irme de aquí cuánto antes.—Ella asintió. —¿Te molesta si nos vamos ahora mismo?

—Vamonos si eso es lo que quieres. —La tomé de la mano y salimos del restaurante, nos subimos al coche y conduje a otro restaurante.—Deténte aquí, iré a comprar algo a la farmacia.—Rodeé los ojos pero así lo hice, me entró una llamada de Karol.

—¿Donde mierda están?

—No tengo ganas de lidiar con tus padres, me fui de ahí, diles que no los soporto más.

—Cuídate Mike, adios.—Corté la llamada y Valentina entro al auto.

—Préstame tu mano, te pondré una venda para que no se te infecte la cortada.—Ella me vendó la mano.—Listo, puedes seguir conduciendo.

***

Conduje por unos cuantos minutos más, llegamos al restaurante, se podía ver toda la ciudad, nos sentamos y ordenamos, la comida fue callada, a veces odiaba no tener temas de conversación con ella, normalmente nunca platicábamos al comer, y cuándo hablábamos era para pelear, que complicado era todo esto. Terminamos de comer y salimos.

—Tenemos que empezar a acomodar las cosas que llevaremos a la casa.

—¡No! O bueno, si, pero por ahora no, vallamos a dar una vuelta, ¿que dices?

Bajo Acuerdo|MichaentinaWhere stories live. Discover now