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Michael.

Tenía cierta furia en mi, Ana no tenía nada que ver en nuestros problemas, y a ese imbecil parecía no importarle, llegamos a casa, hablar con ella se sentía realmente bien, me estaba matando la lejanía entre nosotros, fuimos a acostarnos, vi que se quedó dormida, sonreí, tomé mi teléfono y le mande mensaje a Ana,

"Mañana no iré a trabajar, tomate el día."

Apagué el teléfono y me quedé dormido.

***

Desperté al no sentir a Valentina a mi lado, me puse mis zapatos y baje, a simple vista no la vi en la sala, me dirigí a la cocina y ahí estaba ella, a punto de cocinar, es que esa mujer es necia, sin dejarla hablar, la llevé a la sala, en dónde vi un arreglo de flores, Marcos, ese idiota piensa que puede coquetearle a mi esposa, me senté con ella, vi el gran jardín, y no pude evitar imaginarme a pequeños niños corriendo, mientras nadan, o simplemente pasando un rato, sonreí ante esa idea, y sonreí aún más.

—Me gustaría tener hijos contigo. —Sonreí y la besé.—Terminando la universidad, podemos comenzar a trabajar en nuestro primer bebé.

—Me parece bien. ¿Tiraras ese arreglo? —Se comenzó a reír.

—¡No! Son muy lindas, es más, ayúdame a ponerles agua.—La miré creyendo que era una broma, pero su cara decía que lo decía enserio, me levanté y dije lo que me pidió, rodeé los ojos.

—¿Si sabes que te puedo regalar muchos de estos? —Se comenzó reír. —Yo solo digo que el no tiene que comprarte lo que yo te puedo regalar.

—Deja el drama, no es para tanto.—Iba a protestar pero la comida llegó, ella recogió la comida, y la puso en el comedor. —Me encanta que te preocupes por mí, pero yo puedo cocinar.—Rodeé los ojos.

—No seas necia, tienes que hacerle caso al doctor.—Nos sentamos y empezamos a comer. —Como se que eres una mujer que no sabe estar quieta, ¿Que quieres hacer hoy? Nada de hacer algo aquí en la casa.

—Me gustaría sembrar plantitas en el jardín.—La miré.—Podemos ir al cine, a hacer compras, o simplemente quedarnos en casa mientras hacemos nada.—Terminamos de comer, y me ofrecí a recoger la mesa. —Mi amor, ¿Que pasará con Ana?

—No lo se, solo espero que no se metan con ella, ya mucho tengo con que este detrás de ti.—Le di un beso.—Me iré a bañar.—Ella asintió.

Subí al baño, y deje que el agua cayera por mi cuerpo, terminé y me cambié, salí y estaba Valu sentada hablando por teléfono.

—Si, me gustaron mucho, gracias, estoy bien, un poco, no te preocupes Marcos, chau.—Colgó, se acercó a mí.—¿Por que esa cara?

—¿Cual cara?

—Esa, la de enojado.

—Supongo que así nací.—Dije sin más.

—Si claro.—Me besó.—¿No te quieres volver a bañar? Juntos?  —Arquee una ceja. — Se que estás enojado, y no tienes porque, se preocupa por mí, y no puedes culparme por eso.—Suspiré. Ella tenía razón.

—No dije que fuera tu culpa; por mucho tiempo el ha sido mi sombra, y siento que esto lo hace para seguir en ella, y porqué te quiere conquistar, lo cual me parece absurdo, porque tu ya estás casada. —Se rio.

—No importa cuántos arreglos me mande, cuanto se preocupe por ti, no me interesa en lo más mínimo, es mi amigo, solo eso.—Sonreí. —Ahora me iré a bañar.

—¿Que pasó con nuestro baño juntos?

—Nada, cambié de opinion.—Sin más se fue al baño, reí, esa mujer me tenía a sus pies.

***

Salimos de la casa, y nos subimos al coche, conduje hasta la empresa, llegamos y fuimos a la oficina, valla sorpresa, Marcos estaba ahí, Ana me saludo.

—¿Que hace aquí?

—No se, no ah sacado sus cosas. Te deje los papeles en tu escritorio, cuándo te desocupes, necesito hablar contigo.—Asentí.—Valentina, aquí están los currículums de algunas señoras de limpieza, la vez pasada no me dijiste nada.

—Gracias Ana, amor, iré con Karol, nos vemos ahorita.—Se despidió y fue a la oficina, Ana y yo entramos a la mía.

—¿De que quieres hablar?

—Voy a renunciar.—La miré.

—¿Es por lo de mi tio? —Negó. —¿Que pasa?

—Pasa que te amo, y tu amas a alguien más, no quiero causar ningún tipo de problemas, me cansé, no puedo competir contra ella, cuándo la miras, parece que es la única, y siempre quise que me miraras así, pero no lo haces, tengo que alejarme un poco de ti, para poder olvidarme de lo que siento por ti, y tenerte cerca, hace que sienta un enorme coraje por Valentina, y ni siquiera me puede caer mal, se porque te enamoraste de ella, y eres afortunado, no quiero perder tu amistad.

—Por eso te alejas...—Conclui, y ella asintió. —Te voy a extrañar, respeto tu decisión, eres mi amiga, y si te quieres ir, adelante, pero no quiero que te vallas.—Sonrío.—Tienes tus razones, y esta bien, pero siempre tendrás trabajo aquí, un amigo, alguien que los proteja, llegaste cuando ni si quiera yo sabia que hacía, empezamos esto juntos, estuviste en mis peores momentos, y te voy a extrañar.

—No me voy a otro país.—Reímos.—Se lo mucho que quieres a Franco, y puedes verlo cuándo quieras, solo es momentáneo, no puedo pedir que me esperes, pero quiero estar sola unos días, no me voy mañana, me iré cuándo tengas suplemente, y le enseñé a hacer las cosas como te gustan. Después de eso, me gustaría que no habláramos, aclarar mis ideas.

—Tu sabrás cuándo estés lista. Lamento no corresponderte, cualquiera estaría afortunado de tenerte en su vida, te mereces a alguien que se sienta un poco más orgulloso de tenerte que tu de tenerlo.—Sonrió, la abracé.—Te quiero Ana.—Valentina entró, nos separamos. —Busca a la suplente.—Asintió.

—Seguiré leyendo, y te digo a quien escogí.

—Si está bien, con permiso.—Sin más salió.

—¿Que pasa? Te veo preocupado.

—Ana se va. —Me tire al sofá.

Parece ser que todo es tranquilidad para ellos.

¿Quieren que se valla Ana, o piensan que Valu y ella puedes ser amigas?

Bajo Acuerdo|MichaentinaWhere stories live. Discover now