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Michael.

Vi a Ana alejarse, suspiré, ¿enserio iba a perder al amor de mi vida por miedo? A la mierda, la respuesta era un rotundo no, me dirigí a la habitación de Valentina, entré, no había nada de lo que ella me había dicho, quería ir y gritarle por mentirme de esa manera, me sorprendió que ella haya querido hablar conmigo, "nos vemos linda" que se valla al carajo, ¿que no le había quedado claro que yo era su esposo?

Todas mis palabras hacia ella fueron sinceras, no era falta de amor, era miedo, y cobardía.

Salí del hospital, marqué el numero de Ruggero, el me contesto.

—¿Que pasa? ¿Valentina esta bien?

—Si, ella esta bien, necesito que lleves a un lugar, ¿te veo en mi casa?

—Claro.—Tomé un taxi y me subí, el camino no fue tan largo, le pagué y me metí, me fui directamente al baño, me bañe rápido, escuché el timbre, Ruggero, terminé de alistarme, y salí. —¿A dónde vamos?

—Al departamento de Marcos, no hay muchas opciones donde esté escondido.—El asintió, condujo hasta allá, en el camino me marcó Yankel, contesté.

—¿Que pasa?

—Encontramos a tu tío, lo están trasladando al reclusorio.

—¿Y Marcos?

—Sebastian dijo que no ha visto a Marcos desde el día que te detuvieron, no podemos hacer nada si se ha declarado culpable. Te haz salvado de las audiencias, todo se te será devuelto, sin prologas, sin condiciones, todo lo que fue de tu padre, esta en tus manos, y lo agradezco, eres un cliente muy difícil.—Reí.

—Tal vez estemos en otro caso, en menos de lo que imaginas. Gracias Yankel.—Sin más colgué, llegamos al edificio de Marcos, por suerte para mí, iba subiendo a su coche, me baje y fui con el, lo tomé del cuello de la camisa y lo aventé a la pared.

—Veo que nuestra chica te ha dicho lo bien que nos la pasamos.—Le di un golpe, su nariz sangró, lo tiré al suelo, y le proporcione un par de golpes más, vi un palo cerca, lo tomé y le pegué en su espalda. Estaba tosiendo sangre.

—En tu maldita vida, te vuelvas a siquiera pensar en mi esposa, si te vuelves a acercar a ella, te juro, que yo te mataré con mis propias manos. Dile a tu madre, que la seguiré buscando hasta por debajo de las piedras, si te atreves solo a mencionar esto, saldrás perdiendo, y tu mejor que nadie lo sabe, tu padre no estará siempre para defenderte. —Sin más me fui de ahi.

—Toma, son las llaves de mi coche. Me llevaré el coche de el para que parezca asalto y no levantes sospechas.

—¡No! Toma, yo lo haré, eso si, pasa a dónde lo voy a dejar.—El asintió, me subi a su coche y me lo llevé, lo dejé a mitad de carretera, vi el coche de Ruggero, me subí.

—Amigo, ¿No quisiste irte a otra ciudad? —Me rei.

—Hasta dónde llego la gasolina de este idiota. ¿Me llavas al hospital? —Asintió.

***

Llegué al hospital, me despedí de Ruggero y entré, me dirigí a la habitación de Valentina, ahí estaba con Ana platicando, ¿debía tener miedo? Las salude a ambas.

—¿De que platicaban?

—Que chismoso.—Mire mal a Ana.—Cosas de niñas, metiche, me encantaría quedarme más tiempo, pero debo ir con Franco. Mañana tiene consulta.

—Le mandas saludos de mi parte, espero verlo pronto, gracias por no dejarme morir aburrida.—Ana río.

—Te pediré el taxi. ¿Puedes quedarte unos minutos sola?

—Acompáñala.—Salimos de la habitación.

—Conozco el camino y este hospital mejor que mi departamento.

—Lo se, es solo que mañana es su cumpleaños, ¿Puedes ayudarme con eso? —Asintió.—Se que tienes consulta con Franco.

—Habla Ronda, lo haré después de su consulta.

—No se, tu eres mujer, ayudame.—Rodeo los ojos.—Globos de feliz cumpleaños, pequeños arreglos, que se yo.—Ella solo negó.—Todo cárgalo a mi tarjeta.—Asintió.—Ahora si, te acompaño a tomar tu taxi.—Me supervise que ella se subiera, regrese con Valentina, quien estaba leyendo el libro que le había dado Jordi. —¿Como te sientes?

—Quiero irme a casa, y es enserio.

—No soy yo el que te puede sacar, hay que hablar con el doctor, a ver que te dice.—Sonreí.

—Quiero irme Mike, enserio, este lugar me hace recordar aquel lugar, es horrible.

—¿Quieres bañarte? Y después podemos ver la tele, o platicar, o lo que sea, pero no me pidas simplemente sacarte de aquí si yo no soy el doctor. Te traje ropa interior, para que te cambies.

—Bañarme me hará bien.—Asentí.

—Deja le digo al doctor. —Salí y busqué al doctor, el entró, revisó a Valentina.

—Tiene que tener paciencia señora Ronda, si todo marcha bien, puede irse el domingo. O bueno, mañana en la noche, todo dependerá de su avance, y si se va a duchar, que sea con cuidado, para que no se valla a lastimar.—Ambos asentimos.—Tu cara se está desinflamando, te haré nuevas radiografías, para ver tu costilla, así que nos vemos mañana.

***

Le terminé de cepillar su cabello mojado, guardé su ropa sucia, y volví a su lado, tomé su mano y la acaricié.

—Encontré tu cadena.—Se la mostré, ella sonrió.

—¿Y mis anillos? —Negué.—Esos anillos se querían ir de mi hace tiempo.

—Cuándo te compré el anillo, no lo vi en la sección de anillos de compromiso, pero lo compré porque era el mismo color de tus ojos.—Ella sonrió. —Así que tal vez sea el destino, el diamante por una vida a tu lado.

—Tal vez, es solo que...—Suspiró.—Enserio me gustaba.—Sonreí y le di un beso en la mejilla.—Meteré demanda hacía Marcos.—La volteé a ver. —Me hicieron los exámenes, en dónde decía que fui víctima de abuso, así que solo hay que...

—Lo se, y eres muy fuerte.—Ella sonrió. —Por cierto, feliz cumpleaños.—Le di un beso en la frente. —Te amo.

—También te amo. —Platicamos un gran rato, me acosté a su lado, y nos quedamos dormidos, me desperté antes que ella, después de los días de infierno para ambos, creo que lo necesitábamos, me levanté de la cama.

Todo mejorara para ellosss💕💕

Bajo Acuerdo|MichaentinaWhere stories live. Discover now