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Michael.

Efectivamente, nada era como lo recordaba, todo estaba cambiado, era como si esta casa  no fuera mi casa,me encontré con el piano, "Ronda's" eso estaba escrito en la tapa del piano desde que tenía memoria, toque unos acordes, en pocos segundos vi a Valentina en el marco de la puerta, le sonreí, empecé a tocar el piano, me sorprendía que después de tanto siguiera sabiendo como hacerlo. Me sentía en paz, los recuerdos inundaron mi cabeza.

Esto tenía que ser una broma, vi a Marcos reír, imbecil, si supiera que su madre me quito mi virginidad, y con su hermana eh follado incontable veces, seguro se le quita esa sonrisa, vi a Ruggero reír, el Enserio estaba disfrutando esto.

***

Agradecía aquellos tragos, salimos del bar y nos dirigimos a la casa, todos estaban comiendo, Valentina y yo nos subimos a mi habitación.

—¿Quieres hacer algo?

—¿No se supone que estábamos cansados? —Reí.

—Fue una excusa, haremos lo que tu quieras. Se que no te eh pedido tu opinión para muchas cosas, si quieres irte al departamento de Ruggero, vámonos, o si quieres irte a un hotel, te juro que nos iremos.

—Quiero estar contigo, a tu lado, en dónde tu quieras.—Dijo y me besó, nuestros labios se movían al compás, una vez más despeinó mi cabello. Nos separamos. —Debo admitir que tengo antojo de pastel—Reímos. La tomé de la mano y salimos de la habitación, por suerte ya todos habían terminado de comer.

—Michael, cariño, la vez pasada deje unas cosas en tu habitación, ¿puedo ir por ellas?—Asentí.—También quería mostrarte algo, ¿puedes venir?—Mire a Valentina.

—Anda, ve, estaré bien.— Le di un beso en la mejilla, vi entrar a Ruggero a la cocina, el rio, subí a la habitación.

—No sabía que estabas casado.

—Es reciente, nadie supo que me case, así que no te sientas mal.

—Cuándo supe que vendrías, solo pensé en divertirnos juntos, como en los viejos tiempos, cuando te quite tu virginidad—Dijo susurrando en mi oído.

—Tengo esposa Kathe ... —No me dejo terminar.

—Prometo no decir nada, pero se que quieres.—Se quito su vestido, antes de poder hablar ella me besó.

—Ronda...—La voz de Valentina hizo que nos separáramos. Esto tenía que ser una broma.—Volveré más tarde, cuándo ustedes terminen. —Sin más salió azotando la puerta.

—No necesito a otra mujer que no sea mi esposa, Katherine, lo que tuvimos, se termino hace mucho. —Sin más salí de la habitación, fui a la cocina y no estaba ahí, me encontré con Karol. —¿Has visto a Valentina?

—Esta en el patio, con Marcos.—Me dirigí hacía el patio, los vi, estaban sentados riendo, me dirigí hacía ellos. Me revolvía el estómago de verlos.

—Depietri, déjame hablar con mi esposa. —El volteó a ver a Valentina, ella solo asintió. —¿Podemos hablar?

—Ahora no, estoy cansada, quiero irme a dormir, solo estaba esperando a que tu y tu... lo que sea, salieran.—Sin más se dirigió a la habitación, la seguí, ella entró y se metió al baño, salió unos pequeños minutos después con su pijama.— ¿Quieres la cama o el sofá? —Suspiré.

Bajo Acuerdo|MichaentinaOnde as histórias ganham vida. Descobre agora