Bajo Acuerdo|Michaentina

07•

Valentina.

Toda esta semana no había salido, me había quedado aquí,haciendo comida,postres, la relación con Mike eran altas y bajas, ese chico peleaba por todo, ayer había llegado mi vestido, y ahora estaba frente al espejo del baño viéndolo , mi vestido estaba justo frente a mí, siempre imaginé que mi boda iba a ser con alguien a quien yo amara y que solo me casaría una vez, sin embargo... aquí estaba, a unas horas de casarme,y con un completo extraño. Tomé mi vestido y me lo puse, era sencillo, pero lindo.

Salí del baño y ahí estaba Michael, con un traje,  no podía negar que me iba a casar con alguien apuesto, pero aún así, tampoco iba a negar que no quería casarme así, suspiré.

—¿Estás lista?

—Hagámoslo.—Salimos del departamento y nos fuimos al registro civil.

Llegamos y nos bajamos del coche. El tomó mi mano y entramos, fuimos con el juez, estaba a punto de casarme, ¿Todo para que? Para no regresar con ellos nunca, y poder tener un futuro. Ahí estábamos,a punto de dar el si. El juez hablaba y hablaba, pero sinceramente no ponía atención.

—Felicidades,están oficialmente casados, que su amor duré para siempre.—Ambos agradecimos. —Pueden besarse.—Nos miramos a los ojos, nuestras miradas conectaron, y nuestras respiraciones se mezclaron.

Sentí sus labios sobre los míos,nuestros labios se movían lentamente, hasta que nos separamos, podría haber apostado lo que sea, que mis mejillas estaban sonrojadas. Salimos del registro civil y en total silencio nos subimos al coche. Me concentré en el camino, vi mi mano, ahí estaban ambos anillos, ya no había nada más que hacer, estaba oficialmente casada.

—Llegamos. —Salí de mis pensamientos, me sorprendí al ver que no estábamos en el departamento.

—¿En dónde estamos?

—Parece que te falla la vista. Estamos en un restaurante.—Yo rodeé los ojos.—Si te preguntas que hacemos aquí, te diré que es porqué tendremos nuestra comida de recién casados, ¿O piensas que soy un ogro y haría que fuéramos a casa a aburrirnos? 

—Por dios,de ti me puedo esperar lo que sea. ¿O ya se te olvidó que me dejaste durmiendo en el sofá?

—Pues es mi cama, no la tuya. Pero no importa eso, el chiste es que... vamos a tener nuestra comida,ven, mande a preparar la mesa más linda. —Bajé del coche y entramos al restaurante.

Era lindo, y muy elegante, el mesero nos llevó a una mesa, estaba alejada de todas, con una vista hermosa, nos sentamos y ordenamos. Platicamos un poco, hasta que llegó nuestra comida, no había mucho del cual platicar, sabíamos que éramos unos completos extraños que se acaban de casar, terminamos de comer y el pagó, salimos del restaurante, nos subimos al coche y el empezó a conducir. Le entró una llamada y el la atendió.

—¿Te molesta si me acompañas a la oficina? Prometo que no tardaremos, después haremos o iremos a dónde tu quieras.

—No me molesta, vamos.—Condujo hasta la empresa, llegamos y nos bajamos,fuimos directo a su oficina. Entramos a una oficina grande, había un sillón, un escritorio muy bonito, había un gran ventanal, el corrió las cortinas dejando a la vista la gran ciudad.—Es muy linda.

—Gracias, puedes sentarte. No tardaré.—El se dirigió a su escritorio, una chica entro sin previo avisó, un poco más bajita que yo,pelirroja, muy linda.

—Mike, aquí están los documentos, también aquí tienes lo que me pediste.—Se dirigió a mí y me inspeccionó.—No puede venir sin previa cita...

—Déjala Ana, es bienvenida siempre,es mi esposa. —Me quedé sorprendida, a decir verdad, no pensé que el me presentará así, la chica me miró con cara de pocos amigos y después se volteó con el.

—¿Es enserio? Tiene que ser una broma. ¡CONTÉSTAME, JODER!

—Deja de gritar, no eres nadie para gritar, y menos en mi oficina, que sea la última vez. Ella es mi esposa, no pienso pedirte permiso para casarme con quien yo quiera, así que... a partir de ahora la tratas como tal. —Yo estaba en medio de la discusión, y no sabía el por que tanto problema con mi casamiento con el. La chica salió.

—¿Hay algo que deba saber?

—No,no te importa. —Que horror de chico.—Esto es para ti, hace unos días dijiste que no sabías que estudiar, este libro vienen todas las carreras, por si te interesa leerlo.—Yo lo tomé, me senté en el sillón y empecé a leer.

***

Ahí estábamos ,en el departamento cocinando, o bueno, más bien ensuciando, Mike no sabía cocinar, y lo único que hacía era tirar la harina.

—De verdad,podemos encargar pizza a domicilio.

—¡No! Tu dijiste que hoy haríamos lo que yo quisiera, y quiero cocinar.

—Que mujer tan más... horrenda.—Sentí harina en mi rostro. —Eso y más te mereces. —Tomé un puño de harina y se lo aventé.

—Eso te pasa por ser el hombre más idiota.—Sin previó avisó sentí la salsa de la pizza en mi cara. Iba a reaccionar pero sentí mi ojo arder, al parecer el se dió cuenta y me ayudo a limpiarme.—Eres un imbecil.

—Y tu muy débil.—Terminó de limpiar mi ojo y ahí estábamos una vez más, muy cerca del otro.—Tenía razón.—Arqueé mis cejas.—El anillo de compromiso combina mucho con el color de tus ojos.—Yo sonreí. Nuestros ojos se quedaron mirando fijamente, nuestros rostros se fueron acercando, unos pocos centímetros separaban nuestros labios, la distancia no duró mucho, otra vez estaban nuestros labios juntos, parecían conocerse muy bien, a diferencia del beso anterior, esté era salvaje, su lengua pidió acceso a mi cavidad y yo lo acepté, me sentó en la barra de la mesa,un instinto hizo que le quitara la camisa,y así lo hice, el hizo lo mismo con mi blusa dejándome en sostén, el desabrochó mi sostén dejando al aire mis senos, los tomó en mano y los masajeó, solté un gemido, el bajo su pantalón y su bóxer dejándome ver su grande y erecto miembro. Detuve mis besos.

—¿Que pasa?

—Soy virgen.—Lo solté, sin más.

—Joder.—El se separó de mí.—¡¿Por que mierda no me dijiste?!

—No lo creí relevante.

—Vístete.—Hice lo que me pidió.—¡Maldición Valentina! ¡IBAS A PERMITIR QUE TE QUITARA TU VIRGINIDAD!—Iba a hablar pero el se fue dando un portazo.

¿Querían escena hot?👀🤭 pues en este capítulo no será 😌

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