Después de la muerte de sus padres, Kelyani Knowlton decide irse Asia para encontrarse con ella misma. En su viaje se encontrará con Ancestral, quien dará al inicio a sus enseñanzas por las Artes Místicas así como revelaciones de secretos familiares...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dos hermanas se encontraban en el interior de una tienda de autoservicio, agarrando todas las frituras que comerían en su camino de regreso a Lima, Ohio. Ambas sonrieron cuando pagaron, pero un ruido en el exterior llamó la atención de todos los que se encontraban adentro. Todos se acercaron a la ventana para ver lo que estaba sucediendo.
- Quédense aquí adentro- ordenó el cajero.
El muchacho salío a la calle, pero regreso inmediatamente para cerrar la puerta de tienda con seguro. La cara del cajero era de espanto y lo que se que había visto, lo había aterrado. En el exterior, la gente empezaba a correr de un lado a otro, seguidos de un ruido estrepitoso.
- Aruna, nuestros padres se encuentran afuera-comentó la menor de las hermanas preocupada.
- Yani, creo que estás exagerando las cosas- la mayor trataba de sonar tranquila-. Probablemente se encuentran en algún lugar seguro.
- O probablemente están en el coche o están en un gran peligro- se dirigió hacia la puerta.
Antes de que pudiera abrir la puerto, vio como un coche salía volando cerca de la tienda. Kelyani se quedó parada mientras veía como un monstruo grisáceo brincaba, haciendo que varios coches bajo sus pies quedaran destruidos. La menor grito al ver que uno de esos coches se trataba el de sus padres.
- ¡No!- grito al ver que que coche quedaba completamente destruido.
Antes de que pudiera continuar caminando, sintió como alguien la retenía. Llamaba a sus padres vio que el monstruo continuaba con su camino. Forcejeo por unos minutos hasta que el fin logro deshacerse del agarre. Corrió hacia la ventana rota para poder llegar más rápido y esperar que ninguno de los dos se encontrara adentro.
- ¡Kelyani! ¡No!- gritó Aruna.
La menor dio un salto para salir a la calle sin importarle el caos que se desataba a su alrededor. Se acercó rápidamente a las puertas, rezando que no estuvieran ahí pero estaban ahí. Trato de abrirlo sin ningún éxito. Sin pensarlo dos veces, rompió el vidrió con su brazo, haciendo que obtuviera varias cortadas. Trato de sacarlo, pero le fue imposible debido a los destruido que estaba el coche.
Escuchó un rugido haciendo que Kelyani alzará su mirada. En la misma calle se encontró con una criatura de color verde que se le quedaba observando por algunos minutos. La chica miró hacia sus ojos. Cerró los ojos esperando lo peor, pero nunca sucedió. Abrió los ojos en cuanto escuchó otro rugido y ver como la criatura se alejaba de dirección contraria de donde provenía las sirenas de las ambulancias y las patrullas.
- Kelyani- Aruna llegó a su lado para ayudarla.
Las dos sacaron el cuerpo de sus padres con la ayuda de los que se encontraban en el interior de la tienda. Kelyani se aferraba al cuerpo inerte de su padre mientras empezaba a llorar. Aruna también lo había hecho sin saber que hacer o decir.
- Lo siento- dijo la menor sin moverse de su lugar.
Las sirenas se escuchaban cada vez más cerca de ella. A Kelyani no le importaba su alrededor. Era como si el tiempo se hubiera congelado y nadie más que ella se movía. No quería que aquella visita hubiera terminado de ese horrible modo.
